Ésta era nuestra última mañana en Tokyo del Japón 5.0, pero no resultaría muy provechosa.
Y es que, yo amanecí sintiéndome mal y con algo de febrícula, ninguno de los dos parecía haber curado bien la bronquitis.
Si a eso le sumas que estuvo lloviendo, pues decidimos bajar las revoluciones, hacer las compras justas y listo.
Dejamos las maletas en el hotel y nos pasamos por la estación de Ueno, donde habían montado un mercadillo con muchos dulces, y aproveché para desayunar unos Ichigo daifuku mochi, intentando levantar un poco el ánimo.
De ahí, nos pasamos por el Yamashiroya, la friki-tienda que está justo enfrente, y a la que siempre vamos.
Por último, nos acercamos al Takeya (unos grandes almacenes en Ueno-Okachimachi, que tienen de todo) a por curry y Kit Kats, como siempre, para acabar de llenar las maletas.
Como yo no mejoraba, decidimos recoger las maletas e ir con calma al aeropuerto, para apalancarnos en algún lado y comer.
Al ser Haneda, llegamos en unos 40' desde Ueno, usando la Yamanote + Monoraíl. Y una vez allí, nos dirigimos al piso superior, que está lleno de restaurantes y tiendecitas.
Comimos unos gyudon baratos (bol de arroz con carne), descansamos un rato y facturar. Nos sabía mal dejar Japón de esta manera, sin muchos ánimos, pero es que este viaje resultó ser durillo por lo que respecta a la salud.
Y por primera vez, había ganas de llegar a casa y descansar bien para recuperarnos.
De hecho, estábamos tan KO, que apenas hay un par de fotos de estas últimas horas en Tokyo.
Los vuelos de vuelta fueron bien. Esta vez sin retrasos ni alteraciones por ninguna huelga, pero llegamos muy agotados.
Aunque habíamos disfrutado de ciertos lugares y días, otros quedaron empañados por el malestar físico, sobretodo para Jordi. Así que, una idea no tardó en ir calando: Volveríamos, pronto, y volveríamos a Kyushu para poder disfrutarlo y estar en buenas condiciones con nuestras sensei, en Nagasaki. ^_^
Japón 6.0 no tardó en empezar a fraguarse...
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