Era nuestro último día entero en Japón pero, tras la mala noche que pasó
  Jordi, decidimos no madrugar en exceso. 
  Aparte del dolor en las costillas, volvía a toser más. Entonces no lo
  supimos, pero de vuelta a Barcelona, el médico volvió a darle tratamiento para
  la bronquitis porque no la había curado del todo. 
  Así que, con calma, nos fuimos al parque Ueno a desayunar
  tranquilamente. 






