A Irlanda, concretamente la del norte, nos llevó la serie Juego de Tronos y el sueño de mi padre de ver la Calzada de los Gigantes.
Mas allá de eso, no teníamos mucha idea de que nos encontraríamos. Pero yo sabía que en la mente de todos quedaba el recuerdo de nuestro viaje a Escocia: Las impresionantes Highlands, los castillos...
Por eso, cuando leí varios viajeros que, al igual que nosotros, habían visitado Irlanda tras Escocia y que se habían decepcionado un poco por la comparativa paisajística, decidí advertir al grupo para que no se esperaran esas grandes montañas del país vecino.
Creo que fue precisamente eso, el mentalizarnos que era otro tipo de paisaje lo que hizo que disfrutáramos de sus verdes praderas, manchadas del amarillo chillón de las flores y llenas de ovejas, de las carreteras que recorren la costa y te muestran los Glens o valles llenos de niebla...
Y permitió también que nos sorprendiéramos con lugares inesperados como el precioso Tollymore Forest.
Mas allá de eso, no teníamos mucha idea de que nos encontraríamos. Pero yo sabía que en la mente de todos quedaba el recuerdo de nuestro viaje a Escocia: Las impresionantes Highlands, los castillos...
Por eso, cuando leí varios viajeros que, al igual que nosotros, habían visitado Irlanda tras Escocia y que se habían decepcionado un poco por la comparativa paisajística, decidí advertir al grupo para que no se esperaran esas grandes montañas del país vecino.
Creo que fue precisamente eso, el mentalizarnos que era otro tipo de paisaje lo que hizo que disfrutáramos de sus verdes praderas, manchadas del amarillo chillón de las flores y llenas de ovejas, de las carreteras que recorren la costa y te muestran los Glens o valles llenos de niebla...
Y permitió también que nos sorprendiéramos con lugares inesperados como el precioso Tollymore Forest.