Hakone es una zona termal muy famosa cerca de Tokyo. Sin embargo, nunca nos
había cuadrado en nuestro itinerario hasta este viaje.
Ahora bien, para nosotros, esta excursión debía incluir, sí o sí, una parada en
Odawara para ver su castillo, y por tanto hacer noche en la zona de Hakone o
no daría tiempo a ver nada.
Madrugamos para poder subir en el tren de las 8h, teniendo en cuenta que
teníamos que pararnos a comprar el Hakone Free Pass (que comentamos en el
post de preparativos), previa localización de la estación de la línea Odakyu, dentro de la
inmensa Shinjuku.
El tren que lleva a Odawara es tipo metro, pero por suerte pudimos sentarnos, ya que el viaje dura 1:20h.
Al llegar al destino aprovechamos para desayunar y dejar las mochilas en una
de las taquillas de la estación (400 ¥ que pagamos con la IC card).
Y nos fuimos paseando hasta el castillo.
Aunque es una reconstrucción de hormigón que alberga un museo dentro, este
castillo fue un enclave muy importante durante las guerras de unificación en
el periodo Sengoku, y durante todo el periodo Edo.
Su localización fue clave para proteger y controlar la zona de Kanto y, por
tanto, la ciudad de Edo (Tokyo).
Y de hecho, cuando en 1590 Toyotomi Hideyoshi (el segundo de los tres
unificadores de Japón) atacó el castillo para arrebatárselo al poderoso clan
Hojo, era el castillo más grande de Japón.
Aparte de reconstruir la torre principal, también lo han hecho con algunos
muros y puertas.
Dentro del museo hay explicaciones básicas en inglés sobre la gran batalla
en que los Hojo fueron derrotados, la historia del castillo y su
reconstrucción.
Si se quiere tener explicaciones más amplias, hay una audioguía a la
que se va accediendo mediante códigos QR.
La entrada cuesta 510 ¥ pero hay una entrada combinada de 610 ¥ en la que se
puede visitar un pequeño (muy pequeño) museo samurai en el mismo
recinto.
Por 100 ¥ decidimos entrar a verlo. Se trata de una pequeña exposición de trajes samurais y
armas. Si no se es muy fan, es totalmente prescindible, pero bueno, tampoco es
que cueste tanto...
A lo que no entramos es al pequeño museo ninja, que más que un museo es un
mini parque de pruebas ninjas.
En cambio, paseamos un poco haciendo fotos a los ciruelos en flor y a un
cerezo del tipo kawazu-zakura, que florece antes que el resto.
¡Por cierto! Obviamente, me compré el Gojoin correspondiente, optando por una
edición limitada (me dijeron que solo venderían 5000 ejemplares) en la
que sale la flor del ciruelo y estaba hecho en papel washi. (500 ¥)
Como el trayecto en tren a Hakone Yumoto (la puerta de entrada a la zona de
Hakone) solo duraba 15 minutos, decidimos ir a comer allí. ¡Error!
Si lo llegamos a saber comemos en Odawara, donde había mucha más oferta de
restaurantes (alrededor de la estación) y menos gente.
Hakone Yumoto nos recordó a Andorra la Vella (para quien la conozca): Una
calle muy transitada y comercios a los lados, con un ir y venir de gente
constante.
A esas horas había muchos visitantes picoteando en las diferentes tiendas que venden cosas para comer de pie.
Nosotros intentamos ir a un restaurante famoso por su soba que está en la zona del río, algo más bonita que la vía principal, con algunos edificios de estilo tradicional. Pero había una
tremendísima cola... Vamos, que por algo era famoso.
Al final encontramos otro restaurante donde ofrecían soba también y donde
había mucha menos cola.
Optamos por el zaru-soba (la versión fría) porque el plato de la zona, llamado
tororo-soba, que lleva ñame rallado encima, no nos convencía. Nos costó 1900 ¥
los dos. Estaba bien de precio, pero las raciones eran más pequeñas que las que
veníamos acostumbrados en Kyushu.
De postre, nos fuimos a por un helado de miel (400 ¥) para Jordi y unos onsen
manju (120 ¥ cada uno), que son unos pastelitos rellenos de judía roja dulce y
cocinados con el vapor de las aguas termales, para mi.
También me pasé por la Evangelion Store.
Recordemos que ésta es la zona donde suceden los eventos de la serie, donde
se supone que está situada Tokyo 3 y la base de NERV, así que hay varios
lugares con detalles de la serie.
Ahora bien, como ya me pasó en la tienda de Ikebukuro, no compré nada. Y es
que TODO está muy caro, y lo poco asequible que había no le veía yo utilidad en mi día a
día.
Por la tarde empezó a lloviznar (no daban muy buena previsión para ese par de
días), y decidimos ir a por el bus que nos llevaría a Hakone-machi, la pequeña
población donde dormiríamos la primera noche, y que se encuentra en la orilla
del lago Ashi.
El trayecto dura unos 40 minutos, por carretera de montaña con curvas, y sería
precioso si no fuera por los mastodontes de hormigón que no paran de levantar
en las laderas.
Y es que, como la zona es tan famosa y cercana a Tokyo, se lleva el turismo de
masas y para ello han creado hoteles enormes (y aún están levantando más
porque vimos muchas grúas).
De este tema (la masificación de gente y de hoteles enormes) he hablado con
gente que estuvo hace 10 años o algo más y han alucinado. La zona ha cambiado
y está cambiando mucho, no para bien, desde nuestro punto de vista.
Aún así, no negaremos que hay tramos bonitos, de bosque frondoso.
El bus para justo enfrente del alojamiento, así que no tiene pérdida (ver post de los alojamientos).
Tras dejar todo en la habitación, aprovechamos que lloviznaba muy flojito para
ir hasta Moto-Hakone a pie (20 minutos), por uno de los tramos de la
antigua ruta Tokaido.
Una de las cosas interesantes que le encontramos a Hakone es, precisamente, estos tramos de senderismo por la que era la ruta que unía Kyoto con Edo y que poca gente se para a hacer, porque no van con tiempo suficiente o
priorizan otros lugares más típicos de la zona.
Teníamos en mente hacer el otro tramo (más largo) el último día, pero la
lluvia no nos lo permitió.
Moto-Hakone es otra pequeña población, a la orilla del lago, donde está el
famoso santuario con la torii que da al agua y el muelle de los barcos piratas
que hacen la ruta famosa por el lago.
Al fondo, se supone que se puede ver el Fuji... pero a lo lejos. No me cansaré
de recordar que, si se quiere ver el monte Fuji, es mejor la zona de los Cinco
Lagos que no Hakone.
A esas horas, nuestro destino era el único konbini de la zona para comprar la
cena, puesto que los restaurantes de ambas poblaciones cierran muy pronto. O
tienes la cena incluida en tu alojamiento o poca cosa más puedes hacer.
Justo al salir del konbini, empezó a llover fuerte. Estaba claro que regresar
a pie no era una buena opción, así pues nos fuimos a esperar al bus que nos
llevaría de vuelta al alojamiento.
¡Y justo nos tocó uno de los que están tematizados de Evangelion! En concreto el
de mi personaje favorito. ^_^
Con la que estaba cayendo, solo se podía cenar tranquilamente en la habitación, descansar y
dormir prontito para encontrarnos por la mañana con nuestro amigo Alexsi de
Turismo Victoria.
Con él hicimos, hace unos años, la
ruta por los Cinco Lagos
y ahora quería mostrarnos la zona de Hakone, además de reencontrarnos para
ponernos al día. ^_^
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