Este día madrugamos para encontrarnos con nuestro amigo Alexsi, de
Turismo Victoria, y así aprovechar bien el día.
Antes de empezar, destacar que no todo lo que vimos entra en el tour que
ofrecen por Hakone, ya que lo adaptó para que viéramos un par de lugares que
nos interesaban.
Como ya estábamos por la zona, nos recogió en nuestro alojamiento y subimos a
ver las "impresionantes vistas" que hay desde el Monte Taikan y su famoso
columpio.
Como podéis comprobar, impresionantes, ese día, no iban a ser. jeje. Ya nos
habíamos hecho a la idea de que el clima no iba a acompañar para ver el Fuji. Al
menos desde la zona de Hakone.
Siempre insistiremos que para eso es mejor la zona de los Cinco Lagos, puesto
que Hakone está alejado y no se ve tan de cerca el Fuji (en caso de poderlo
ver).
Eso sí, al ser domingo, nos encontramos con un grupo de coches deportivos y
clásicos, puesto que la zona es famosa para hacer rutas de carretera. Y Alexsi
se puso a hablar con ellos, mientras nos dejaban hacer fotos y grabar los
vehículos.
Eran muy majos y hasta nos ofrecieron café calentito de los termos que
llevaban.
Volvimos a bajar a la zona del lago Ashi, en Moto-Hakone, para sacarnos unas
fotos con la famosa torii de fondo.
Y después nos acercamos a un lugar que descubrí en la
Japanguide: El antiguo Palacio Imperial de verano, de la época Meiji.
Está rodeado de unos jardines y su acceso es gratuito. Dentro hay una pequeña
cafetería, baños y una pequeña exposición sobre el palacio, donde explica que
antes era más grande y estaba formado por varios edificios.
Lo que se conserva es una pequeña parte y no tiene mobiliario dentro. Pero al
ser gratuito nos pareció curioso visitarlo. Si hubiera hecho buen tiempo,
además, desde la terraza se vería el Fuji.
Porque obvio, no iba el emperador a construir su casoplón de verano sin
buenas vistas... Así que creemos que puede ser muy buen mirador, si el tiempo
acompaña, y probablemente sin gente. ¡Porque estuvimos completamente SOLOS!
Bajando, nos dirigimos a otro lugar histórico, donde seguiríamos casi solos
(algún que otro japonés y poco más): El
Checkpoint
o Punto de control de la antigua ruta Tokaido, que unía Tokyo y Kyoto por la
costa.
El día anterior hicimos un tramo de esa ruta a pie, y en este punto se
encontraba uno de los muchos puntos de control que tenían las antiguas
carreteras.
Lo que visitamos es una fiel reconstrucción de varias de sus estancias, además
de poder subir a una torre de vigilancia.
Tiene también un pequeño museo donde aprender sobre el movimiento de
mercancía y el transito de personas en la época Edo. Por ejemplo, controlaban
que las mujeres llevaran en regla los papeles, para cerciorarse que no
escapaban de sus casas (ejem, maridos) o del lugar donde estaban "retenidas", y es que, en aquella época las familias de los grandes señores feudales permanecían en Edo (Tokyo) para estar controlados por el shogunato, mientras que ellos, iban y venían de sus tierras.
La entrada cuesta 500 ¥ (400 ¥ si tienes el Hakone Free Pass) y nos gustó mucho,
aunque es un recinto pequeño. Al final, forma parte de la historia de la época
Edo.
Además, coincidimos con el rodaje de un anuncio promocional (quieren atraer a
más visitantes) y se prestaron a hacerse una foto con nosotros.
¿Pero no decías, en el post anterior, que Hakone estaba a petar de gente?
¿Donde están? Pues en los Instagram spots tan famosos y en la ruta circular
típica del tren/barco/funicular...
De hecho, nos acercamos ahí mismo al Santuario Hakone, para comprobar la
enorme cola de turistas esperando para hacerse una foto en la Torii de la Paz,
del lago Ashi. (No sale toda en la foto, y Alexsi nos comentó que en temporada
alta hay incluso colas de casi 2h... Nos parece una burrada, la verdad).
Nosotros pasamos, hicimos la foto en el impase entre los anteriores turistas que salían y los siguientes que iban a entrar y nos dirigimos a la zona
alta de las escaleras, para ver el santuario que, aunque tenía muchos
visitantes, al ser amplio te permite visitarlo con cierta calma.
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Aquí Alexsi nos explicó la leyenda del dragón de 9 cabezas que habitaba el
lago Ashi, bebimos de su fuente, y aprendimos también el fuerte vínculo de
lugar con Minamoto no Yoritomo, fundador del shogunato Kamakura, tras derrotar
al clan Taira en las guerras Genpei (una parte muy importante de la historia
japonesa).
En la zona del pequeño estanque hay una tiendecita/cafetería donde compré un
"Kashiwamochi de la felicidad", con forma de corazón (350 ¥). Está relleno de
anko y me gustó mucho.
Tras el santuario, el plan era que Jordi y yo hiciéramos la turistada de cruzar el lago con el
barquito, ya que nos entraba con el pase, pero antes de subirnos, Alexsi quiso que
probáramos unos dulces que venden
enfrente del muelle: Una especie de tortitas rellenas, también con forma de corazón. El de Jordi
relleno de anko y queso y el mío anko con yomogi (una planta que se llama
artemisia), ambos muy buenos. ¡Os lo recomendamos!
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Y de ahí, ¡al barquito! Que es lo que es, una turistada. jaja Pero bueno, vas
viendo el lago y los paisajes, ni tan mal.
Y nos dejaba en el muelle Togendai, que está decorado de Evangelion. ^_^
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Alexsi nos dijo que si queríamos subir a la zona de Owakudani con el
teleférico (también entra en el pase) que nos esperaba abajo, porque la
carretera suele estar muy concurrida, tardando mucho en cada trayecto, y más
siendo domingo.
Pues bien, llegamos a Togendai y: ¡Teleférico en mantenimiento! Se tenía que
subir en unos autobuses de sustitución.
Así pues, abortamos visita, porque no queríamos perder tanto tiempo. Subir
para comer los famosos huevos negros no compensaba.
Nos subimos en el coche y tomamos rumbo a la zona del lago Yamanaka, el que
está más al sur de los 5 lagos del Fuji, y que nos quedaba por ver.
Porque en el tour de los lagos se quedan en la zona de los otros 4. Por
cierto, tour que el propio Alexsi recomienda más que el de Hakone.
El tiempo seguía sin acompañar, así que renunciamos a las fotos con vistas y
nos fuimos a ver Oshino Hakkai, un pueblo tradicional MUY turístico que tiene
8 estanques de agua, alimentados por los deshielos del monte Fuji.
A pesar que no llega el tren, se llena de autocares y coches, sobre todo
mucho turismo asiático. Y si lo comparamos, la verdad es que preferimos la
visita a
Iyashi no Sato, en la zona norte de los Lagos, que realizamos hace unos años con Alexsi.
La visita a la aldea es gratis, solo se paga un jardín con vistas al Fuji,
pero en ese día no merecía la pena. El resto es ir paseando entre los
edificios de estilo antiguo, cafeterías, tiendas de souvenirs... nosotros
comimos un Yomogi Mochi hecho en brasas, buenísimo (teníamos planeado
comer tarde ese día) y nos fuimos abriendo paso hasta la zona del estanque
central.
Para acceder a él, hay que pasar por dentro de un edificio lleno de tiendas, a
lo Duty Free en el aeropuerto, vamos. Nos pareció todo super impostado, la
verdad. Pero como ya nos lo había advertido nuestro compi, ya nos lo tomamos
con humor.
Era un domingo de Febrero. No quiero pensar como debe estar en temporada alta, la verdad.
Solo os diré que nunca he visto unos baños tan sucios como los de ahí (por
la cantidad de gente que estaba pasando).
Si aún así se quiere visitar, el mejor consejo es dormir allí al lado, como
hicieron unos amigos míos, que se levantaron pronto, antes de que llegaran los
autocares.
Alexsi tenía en mente llevarnos a un restaurante en concreto, y de camino
paramos en un punto que también se está volviendo muy famoso. De hecho cree que
en breve será muy difícil poder subir, porque apenas hay sitio para aparcar.
Se trata del Tenku no Tori, con vistas al Fuji.
Y resulta que justo ahí se dejó vislumbrar un poco, una esquina. jeje.
Tenían una cajita para poner 100 ¥, para ayudar a mantener y ampliar el lugar
(en vista de la afluencia de visitantes) así pues le dejamos ahí nuestros
200 ¥.
Y ahora sí, tocaba ir a comer la especialidad de la zona: Hotto Udon. ^_^ (Ya
lo comimos en Iyashi no Sato en 2018 y nos encantó).
Para ello nos llevó a un restaurante muy chulo, con tatamis, llamado
Kosaku Kawaguchiko.
Eran las 15:30h y no tuvimos que hacer cola, pero nos comentó que a mediodía
suele haber mucha gente y, por eso, en los tours a veces han de elegir otro restaurante. De ahí que nos propusiera comer tarde.
Aquí comimos un Hotto Udon de cerdo y miso buenísimo, que además entraba
genial con el frío, por 1800 ¥.
Como no había mucha gente, nos lo tomamos con calma y aprovechamos para darle unos
detallitos que trajimos de España y charlar tranquilamente.
Después, nos pasamos por un konbini a por nuestra cena (esta noche no la
teníamos incluida) y nos acercó a nuestro
hotel.
Nos despedimos con pesar, deseándole lo mejor en sus
tours
y agradecidos por haber compartido ese día con nosotros.
Para nosotros, que no queremos conducir allí, sigue siendo la mejor forma de
ver las zonas del Fuji. Además de poder aprender mucho de los lugares que se
visitan. Eso sí, compartimos la opinión de Alexsi y preferimos el de
Los Cinco Lagos. Ahora cada cual que elija libremente. jeje.
Al llegar al alojamiento, aprovechamos para ir a los diferentes onsens.
Aunque, como comenté en el post de "Alojamientos", en mi caso el público no salió bien y regresé al del propio hotel.
Al salir de los baños termales, un poco de leche fresca, como es tradición
allí (160 ¥), y a descansar. Al día siguiente queríamos hacer una pequeña
caminata, pero no teníamos nada claro que el tiempo nos lo fuese a permitir...
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