11 de diciembre de 2018

Nara-Uji-Fushimi Inari

Este iba a ser un día intenso.
Aunque Nara da para un día entero, habíamos tomado la decisión de ver solo lo más destacado y la parte del parque más cercana a la estación para poder incluir Uji, una visita que también resultaría nueva para Jordi y para mí.

Nara

Nara, la primera capital permanente de Japón (en el año 710), es sin embargo más conocida por sus embajadores "kawaii", representados por todos lados: ¡Los famosos ciervos!

Nara
Nara

Hasta la mascota de la policía es un ciervo.

Nara

De camino al parque fuimos viendo algunos preparativos para una festividad, entonces caí en cuenta: 7 de abril... ¡Por esas fechas vimos la celebración del aniversario de Buda en el 2012, en nuestra anterior visita a Nara! Y Google Photos no tardó en recordárselo a Jordi: ¡Hace 6 años, ese mismo día, estábamos realizando la misma visita! Nos quedamos flipando, ni hecho aposta...

La entrada al parque la hicimos por una zona arbolada llena de los ciervos sagrados, mensajeros de los dioses.

Nara

Ahí estaban muy tranquilos, a su aire. Después ya nos fuimos encontrando a otros, en las zonas donde se venden las galletas para alimentarlos (no se les ha de dar otra comida que no sea esa, puesto que les podría hacer daño), y ahí ya estaban acechando a la gente, acercándose para ver si tienes o no comida. Y en cuanto compras las galletas es raro que no te veas rodeado por unos cuantos.

Nara
¿Esto se comerá?
Nara
¡¡Galletas!!

Aunque algunos suelen dejarse tocar, no hay que olvidar que son animales salvajes y, por tanto, imprevisibles.
Hay carteles advirtiendo que pueden dar golpes y quitarte bolsas, mapas u objetos que lleves en las manos o lugares accesibles, cosa a tener en cuenta porque de tragarlo sería perjudicial para su salud.

NaraNara

En cuanto a los golpes de cabeza, siempre los vi por el mismo motivo: no darles las galletas a tiempo.
Y es que la gente se ha enterado de que muchos ciervos han aprendido a hacer una reverencia antes de darles la galleta. Nosotros lo probamos con algunos y es cierto, si les enseñas la galleta y haces reverencia, ellos te la devuelven en mayor o menor medida.

Nara

Peeeero mucha gente quiere la foto perfecta, con la reverencia perfecta y no le da la galleta tras la primera vez, les insiste en que la repitan. ¿Que pasa? Que el ciervo se cansa de tanta tontería. Cabezazo y listo.
Y también pasa cuando se juntan varios ciervos. En ese caso es imposible pretender que se líen a hacer monerías, ellos quieren las galletas y hay competencia.
Así que para futuros viajeros: Si queréis hacer la gracia, aseguraros de coger un ciervo solo (ojo que muchos ven de lejos cuando compras las galletas y no te los vas a quitar de encima hasta que las des), mejor irse a las zonas mas alejadas del parque donde están más separados, y recordad, una galleta por cada intento, salga o no salga bien.
Si vienen más de uno, lo mejor es empezar a repartirlas con calma y listo. Cada pack de galletas cuesta 150¥.

Nara
La pandilla de ciervos macarras xD

Otra cosa que pudimos ver fue a algunos ciervos cruzando por los pasos de cebra que hay dentro del parque. ¡Si es que es increíble lo que los animales llegan a aprender! Cruzar por ellos es más seguro.

Nara

Y de ciervo en ciervo nos fuimos acercando al Todaiji. Construido en el 752, es el templo principal de Nara y uno de los más famosos de Japón.
Justo en el exterior pudimos ver un espectáculo de danza humorística por parte de unas señoras mayores muy salerosas.

Nara

Su pabellón principal (Daibutsuden) es el edificio de madera más grande del mundo, a pesar de que la reconstrucción actual de 1692 es solo dos tercios del tamaño del salón del templo original (dentro tienen una maqueta con la comparativa). (Entrar al templo cuesta 600¥)

Nara
Nara

Dentro del pabellón se encuentra una de las estatuas de bronce de Buda más grandes de Japón, con 15 metros de altura.

Nara
Nara

Y si el buda de Nara es famoso, el agujero del pilar, donde conseguir la iluminación si se logra pasar, es, sin duda, la expectación del lugar. 
Esta vez se pusieron a la cola Jordi y mi hermana. Mi cuñado y yo, realistas como somos, nos dedicamos a sacar las fotos del momento. 

Nara

Al salir, dimos una vuelta por el recinto, compramos unos souvenirs (tienen unos imanes muy bonitos, entre ellos ciervos kawaii, a muy buen precio) y regresamos al parque para deshacer el camino hasta la estación. De camino cayó un helado de melón de Hokkaido muy bueno (400¥). 

Nara

Nos dejamos bastante por ver en Nara, pero es que el grupo había decidido que queríamos pasarnos por Uji para ver el famoso templo Byodoin y porque mi hermana y yo somos muy fans del té. 
Durante el Período Kamakura (1192-1333), las hojas de té verde importadas de China y cultivadas en Uji comenzaron a ser populares entre la nobleza.
El sacerdote zen que importó el budismo zen a Japón desde China, presentó los beneficios de la bebida en un libro y asesoró a los sacerdotes de Uji en el cultivo y preparación de la planta del té. Más tarde, el consumo de té se hizo popular entre las masas, y Uji se ganó una reputación por su excelente producción de té como uno de los primeros lugares dedicados a su cultivo. Hoy en día todavía se considera de calidad superior.

Llegamos a la estación a las 13:30h y nos pasamos por la oficina de turismo donde nos indicaron como llegar paseando hasta el templo, a través de la calle comercial Omotesando.
La calle está llena de tiendas de té y dulces hechos con el mismo, donde nos pararíamos más tarde para hacer unas cuantas compras. 

Uji

Pero primero visitamos el Byodoin (600¥, 300¥ extra si se quiere ver el hall por dentro, pero nosotros optamos solo por la visita exterior). 
La verdad es que es una estampa preciosa, con el estanque rodeándolo...

Uji
Uji

Este templo se construyó inicialmente en 998 como una villa de retiro rural para el poderoso político Fujiwara no Michinaga .
Fue su hijo quien lo convirtió en un templo y ordenó la construcción de su característica más espectacular, el Phoenix Hall, en 1053. Nombrado así por su forma y las dos estatuas de fénix en su techo.

Al igual que sucedió con otros recintos templarios, sus edificios se perdieron en sucesivos incendios, teniendo que ser reconstruidos posteriormente. Menos el famoso Phoenix Hall, siendo una de los pocas estructuras de madera del periodo Heian que se conservan de origen. 

Uji
Uji

Tras visitar el jardín, pasamos por la exhibición de la casa del tesoro, incluida en la entrada, donde vimos una pequeña muestra de objetos del templo. 
Al salir ya corría mucha hambre y, repasando los restaurantes que habíamos visto, optamos por la opción barata de un ramen con muy buena pinta (ver en el mapa).
Los fideos del ramen eran de matcha al igual que las gyozas. Y es que en Uji todo gira alrededor del té.

Nos pareció curioso probarlo y la verdad es que estaban muy buenos. Salimos a 1120¥ por persona. 


Uji
Uji



Después nos paramos con calma en las tiendas de té, algunas de ellas incluso mostraban parte del proceso de preparado de las hojas, y eso impregnaba la calle de un ligero aroma tostado. 

Uji

Tras unas pequeñas compras, regresamos a la estación. Uji tiene más puntos de interés para visitar, en especial al otro lado del río (algún templo, casas de té...) pero todavía teníamos pendiente la última visita del día: Subir al Fushimi Inari. Y para ello era necesario llegar sobre las 16h para tener todavía luz durante la subida. 

Conocido por su cientos de toriis rojas y por salir en la película "Memorias de una geisha", este santuario está dedicado a Inari, Dios del arroz y por tanto, hoy en dia, del "comercio y los negocios". Probablemente su símbolo más conocido es el del "kitsune" (zorro), mensajero del Dios.

Fushimi Inari
Fushimi Inari

Como era de suponer, la parte inferior del santuario estaba lleno de gente, pero al ser una explanada bastante amplia se podía caminar bien. 

El problema fue al llegar a la famosa zona de los dos caminos de toriis... Estaba a reventar de gente. Tanto que hasta habían puesto un cartel para dirigir el tránsito: derecha para subir e izquierda para bajar. ¡Vaya como se ha puesto con el hanami!

Fushimi Inari

Teníamos fe que al oscurecer hubiera menos personas, como había sucedido en nuestras dos visitas anteriores. Y es que para nosotros, subir arriba del Fushimi Inari al visitar Kyoto es ya casi una tradición.
Pero esta vez tuvimos algo más de ayuda: ¡Empezó a llover de repente!
Nos pusimos unos minutos a refugio, sacando los chubasqueros, puesto que teníamos claro que queríamos subir. En cambio, la mayoría de personas empezaron a irse... ¡Genial! 

Fushimi Inari

Cuando aflojó empezamos a subir con calma. Y, la verdad, es que al final cesó la lluvia y hasta pudimos dedicarnos a hacer fotos tranquilamente y exploramos los pequeños rincones que te vas encontrando de camino a la cima. 

Fushimi Inari
Fushimi Inari

La lástima fue que al perder tiempo con la lluvia, llegamos al mirador a las 17:05h, justo cuando el chiringuito que hay y donde siempre comíamos los helados de soy bean cerraba. Así que nada, esta vez tocaba afrontar la parte final de subida sin el rico helado. 

Fushimi Inari
Fushimi Inari

Un cambio que hemos notado desde la vez anterior, es que había muchas más toriis nuevas, y otras en proceso de montaje, en la parte superior del recorrido, mejorando mucho su aspecto. 

Fushimi InariFushimi Inari

Nos entretuvimos bastante con las fotos, incluso los chicos practicaron la técnica del zooming.

Fushimi Inari

Al llegar a la cima, mi foto de reto conseguido por tercera vez. Y es que tras haber sufrido un brote de la esclerosis múltiple unos pocos meses antes del viaje, llegar allí arriba volvía a ser mi objetivo. 

Fushimi Inari

¿Y de bajada? Pues volvimos a disfrutar de la magia que inunda el lugar al caer la noche. Y los pasillos antes repletos de personas, ahora estaban a nuestra disposición y de nuestros trípodes. 

Fushimi Inari
Fushimi Inari

Tanto, que Jordi se permitió un rato de diversión.


Aunque daban ganas de quedarse por la paz que se respiraba, la verdad es que el ambiente era muy frío y empezaba a calar. 
Así que optamos por finalizar el día en el Yodobashi Camera, donde mi hermana y cuñado se compraron unas maquetas y Jordi... ¡El objetivo para la cámara! Si es que ya sabíamos que acabaría cayendo jajaja. Entre el tax free y un descuento que hacían por pagar con VISA, salió muy a cuenta. 

Como no apetecía hacer cola en la calle para el ramen al que fuimos unos días antes, cenamos en el Sukiya que había al lado del hostel, esos bols de arroz con carne que tanto nos gustan (entre 520 y 650¥ cada bol).

El día había sido intenso, pero estábamos contentos con todas las visitas que pudimos realizar. Solo faltaba decidir el plan del día siguiente (teníamos varias opciones) y esperar que resultara una buena elección. ^_^

Fushimi Inari


2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Sí, lo normal es ir desde Kyoto o bien desde Osaka, que son la spoblaciones "grandes" cercanas.
      Aquí puedes ver todo nuestro itinerario y los detalles del viaje: https://www.viajarcodeveronica.com/2018/06/japon-2018.html

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