12 de diciembre de 2024

Kagoshima (Sakurajima)

Hoy tocaba visitar la atracción principal de Kagoshima: el volcán Sakurajima, que es uno de los volcanes más activos de Japón. 

De hecho, suele ser normal verle echar humo/vapor por la parte derecha. Y es que está compuesto por 3 picos y el más activo es justo el de la derecha. 
 
Kagoshima
Para llegar a la zona, lo más rápido es en ferri. A pesar que, desde la gran erupción de 1914, Sakurajima ya no es una isla, el acceso por carretera da mucha vuelta. 

Nosotros nos acercamos a la terminal del ferri en tranvía y empezamos a utilizar el pase de día de la ciudad, en el cual entran también los transportes en la zona de Sakurajima. 
En este tipo de pase hay que rascar la fecha en que lo usas y después lo vas mostrando a los conductores o en las taquillas. 

La zona del embarcadero no es que oliera muy bien pero nos emocionamos al ver que el volcán sacaba un poco de humo. ¡No teníamos ni idea de que iría a más! Después descubrimos que es algo normal. jeje. 

Sakurajima


El trayecto en ferri dura 15 minutos, hay salidas cada 30 minutos y se paga (o enseña el pase) en el lado de Sakurajima, al entrar y salir de la zona de embarque. 
Y algo curioso es que, en el ferri venden unos udon típicos de la zona, para que te los comas en lo que dura el trayecto. Y sí, son solo 15 minutos pero da tiempo. Van súper rápido sirviéndolos (además, tienes más minutos de margen si subes al ferri nada más llega). 
Para los japoneses es como una tradición el comer esos udon. Nosotros decidimos comerlos a la vuelta (por la tarde), porque era muy pronto y no nos entraban para desayunar.

Sakurajima
Al llegar a la terminal de Sakurajima me acerqué a la oficina de información, para confirmar algo que ya había estado mirando: Y es que, hoy en día, dar la vuelta entera a la península en transporte público es complicado.

Sakurajima
Los buses turísticos hacen una ruta circular cercana al volcán y a la terminal del ferri (círculo rojo/azul a la izquierda del mapa).  
Para ver el resto de la zona es mejor llevar coche de alquiler. Los autobuses regulares pasan cada mucho y, entre algunos puntos, hay que hacer trasbordo. Así pues, optamos por no agobiarnos y ver con calma la zona accesible (nos quedó pendiente la famosa torii enterrada por la lava de la erupción de 1914). 

Justo en frente de la terminal se encuentra el pequeño santuario Tsukiyomi. 

Sakurajima
Sakurajima
Un rincón precioso que muchos de los visitantes se saltaban.

Sakurajima
De ahí, nos acercamos caminando hasta el centro de visitantes. En él hay una exposición, gratuita, sobre los volcanes, su funcionamiento... Y también sobre la vida en la isla y las diferentes erupciones importantes que ha habido, sobre todo la última gran erupción (con bastantes víctimas) de 1914. 

Sakurajima
De hecho, en la entrada tienen un contador de los días al año que ha habido "una erupción" o "una erupción explosiva" (con explicación de que es considerado cada una). Pues estábamos a 6 de febrero y ya llevaban unas cuantas. De hecho, pocos días después de nuestra visita, hubo otra erupción.
Vamos, que no mienten cuando dicen que es de los más activos. 

Sakurajima
En el centro venden algunos productos, como unas piedras volcánicas redondas (pulidas) por 100 ¥ que compramos a modo de souvenir, ya que la entrada es gratis y creemos que es interesante que se mantengan lugares con ese tipo de información. 

Justo al lado se encuentra un onsen y una zona con baños de pies termales. ¿Consejo? Llevarse siempre una toallita a estos destinos con aguas termales. 

Sakurajima
Los baños de pies son gratis, y ahí nos sentamos a tomar unos onigiris, relajados, con vistas al volcán.

Sakurajima
Por cierto, en la zona hay muchos gatos. La mayoría super simpáticos y tranquilos, que se acercan a la gente y a las zonas de baño. 

Sakurajima
Sakurajima
Desde la zona de aguas termales empieza un sendero, de unos 3km, que recorre la costa: El sendero de lava de Nagisa. 
A lo largo de su recorrido atraviesas una zona que se creó con la lava de la gran erupción. Y se puede ver como ya ha ido creciendo la vegetación. 
Nosotros decidimos recorrer los 3km (la mayoría de gente solo caminaba unos metros) y disfrutar con calma de los paisajes. 

Sakurajima
Sakurajima
Al final del sendero se encuentra una parada del bus turístico, con gato incluido. jeje

Sakurajima
Los buses pasan cada 30 minutos y justo faltaba poco para el siguiente. Así pues, lo tomamos rumbo al observatorio Yunohira, que es el mirador más cercano al cráter.

Sakurajima
Desde él hay unas vistas muy bonitas. Y sabiendo que el bus pasa cada media hora, uno puede organizarse un poco en cuanto al rato a estar allí. 
A parte del observatorio, hay una mini tienda/cafetería, así que nosotros hicimos las fotos de rigor, con calma y bajamos en el siguiente bus.

Sakurajima
Sakurajima
De bajada cometimos un "novatada", y es que como el final de línea del bus era en la terminal del ferri, nos bajamos. Pensando que sí o sí te tenías que bajar. 
Y por no esperar al siguiente, nos fuimos a pie hasta el último lugar que queríamos visitar. Sin recordar que: ¡El bus es circular! Podíamos habernos quedado y bajar en la parada del propio lugar al que íbamos jajaja En fin... Hicimos un poco de piernas, no pasa nada. 

¿Y a dónde íbamos? Pues a "Hinoshima Megumikan Rest Stop", es decir: una estación de servicio. 
En Japón, estos lugares son una maravilla: con restaurantes y cafeterías donde ofrecen platos locales, tiendas de productos típicos de la zona, baños limpios, etc. Merece la pena pasarse por ellos. 

Y justo en el de Sakurajima promocionan dos de los productos famosos del lugar: La mandarina más pequeña del mundo y el nabo más grande del mundo. ¡Tierra de contrastes!

SakurajimaSakurajima

En el exterior incluso tienen un pequeño campo de nabos. 

Sakurajima
Eso sí, la mandarina no la vimos porque no era temporada de cosecha (había otros cítricos), pero pudimos probar un zumo (350 ¥) y un helado (300 ¥) hechos con ella. Todo muy bueno. 

Sakurajima
Y aquí dimos por finalizada nuestra visita al volcán Sakurajima. Regresamos a pie hasta el ferri, que además justo llegaba y no tuvimos que esperar, y nos tomamos nuestros Satsuma Udon (500 ¥ cada uno) en el camino de vuelta.

SakurajimaSakurajima

Bueno, yo tomé el udon, Jordi prefirió la versión con fideos soba, que le gustan mucho. La verdad es que están muy buenos y son baratos. Una experiencia que hay que probar. ^_^

Para la tarde, se nos planteaba un dilema:
  • Plan A: Ir a ver los jardines Senganen: un jardín paisajístico, que alberga edificios de la época Edo y Meiji. Un lugar con mucha historia, pero suponíamos que mucho por ver y que cerraba a las 17h. Eso nos dejaría una hora y media para ver todo el complejo y supusimos que no sería suficiente (No queríamos ir corriendo, sin disfrutar del museo, las explicaciones...).
  • Plan B: Ir en busca del Gojoin del castillo, con calma, y después subir hasta un mirador desde donde hay unas vistas muy guapas de la zona. Por último, paseo por otra zona histórica de la ciudad.
Lo dicho, nos supo mal renunciar a la visita de los jardines, pero preferimos no ir corriendo. Así que tomamos rumbo a los terrenos del antiguo castillo, para entrar al museo y preguntar por el sello. 

Kagoshima
Kagoshima
¡Peeeeeeeeeero resulta que ahí no lo tenían! Sino que lo venden en la Oficina de Turismo, que está justo al lado de la estatua de Saigo Takamori. Por suerte está ahí al lado, así que: ¡Conseguido!

Kagoshima
Además, justo enfrente pasa el bus que nos subiría al mirador de Shiroyama. Un lugar que, si está el día despejado, tiene unas vistas increíbles.

Kagoshima
Para bajar decidimos hacerlo a pie, siguiendo uno de los senderos que tiene el parque, hacia la zona de la estatua de Saigo. Es 1 km, por un camino amplio y pavimentado, fue fácil de recorrer, tranquilo y relajante. Parece mentira que estés en una ciudad.


Al llegar a la carretera, nos subimos al tranvía rumbo al lugar de nacimiento de Saigo Takamori, donde seguiríamos aprendiendo mucho sobre historia. 

Kagoshima
Ese lugar está al lado del río, donde han hecho un paseo lleno de monumentos y explicaciones sobre la vida de los samuráis que vivieron en ese barrio, la época Edo, la Restauración Meiji... Y lo han llamado: Way of Kotsukigawa History Road Ishin Furusato.
También han construido un Museo dedicado a la Restauración Meiji (que estaba cerrado esos días y no pudimos visitar) y una réplica de una casa antigua del barrio samurái. 

Kagoshima
Kagoshima
Es un agradable paseo, donde ir parando a leer los carteles, que están disponibles en inglés. A nosotros nos encantó.

Y al finalizar, estábamos en el puente que da a la estación, con lo cual fue ideal para ver la noria iluminada, acercarnos a mirar algunas tiendas, la zona de las recreativas...

Kagoshima
Kagoshima
Y ya que no habíamos merendado... pues a cenar otro Tonkatsu, esta vez de cerdo normal en vez del kurobuta y bien prontito ya que el restaurante cierra a las 20h (2596 ¥ los dos).

Kagoshima
Después, de nuevo tranvía hasta el hotel, comprar el pudding de postre de rigor en el conbini y a descansar. Al día siguiente cambiábamos de zona y nos esperaba nuestra noche en ryokan con onsen. ^_^



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