25 de diciembre de 2024

Fukuoka (Museo Sailor Moon y barrio antiguo)

Este día cambiaríamos la paz y relax de Ureshino Onsen por el ajetreo de Fukuoka, donde asistiría a una exposición de una de las serie de mi infancia (y no tan infancia jeje). 

Sailor Moon MuseumSailor Moon Museum

Como teníamos el desayuno a las 8h, nos levantamos bien temprano para disfrutar un poco más del rotenburo. Eso sí, estábamos a -1ºC, así que, en cuanto salí al exterior, me metí rápido en el agua caliente.

Ureshino onsen
Unos masajitos con las bolsitas de té... y a por el desayuno tradicional. 

Ureshino onsen
Siempre salimos rodando de tanto platillo que ponen (además del pedazo bol de arroz). Aunque a Jordi el yudofu (tofu hervido en agua termal) y las ochazuke (arroz con té) no le convencieron. Pero el chupito de vinagre con té (según la señora mayor, para coger energías) y el yogurt estaban buenísimos. 

Ureshino onsen
Muy a nuestro pesar, tocaba irse pronto. Aunque en la zona hay una plantación de té que se puede visitar, sus horarios eran incompatibles con los nuestros, puesto que tenía entrada para la exposición de Sailor Moon en Fukuoka. 
Además, no hay transporte público para llegar hasta la plantación, teníamos que ir en taxi (que por suerte no es caro) o a pie, pasando de paso por unas pequeñas cascadas, pero hacía demasiado frío para esta última opción.  
Si hubiera sido temporada de cosecha, me lo habría pensado, por tener la experiencia de recolectar, pero siendo febrero priorizamos mi frikismo y me limité a comprar té, el día anterior, en las tiendas del pueblo. 

Así pues, nos despedimos del ryokan, donde el señor mayor nos dedicó un "Buen viaje, gracias por venir" en español, que me dejó con la lagrimilla.
Ellos mismos se encargaron de acercarnos a la estación a tiempo para nuestro shinkansen hacia Hakata.


Al llegar a Fukuoka dejamos las mochilas en las taquillas de la estación, cosa que costó un poco porque había muchas ocupadas, y tomamos rumbo al Museo de la Ciudad de Fukuoka, lugar que albergaba la exposición temporal de Sailor Moon, que conmemoraba el 30 aniversario de la serie. 

Sailor Moon Museum
Era una exposición pequeña pero llena de detalles, explicando los procesos de creación de la série, mostrando vestidos de representaciones teatrales...

Sailor Moon Museum

Sailor Moon MuseumSailor Moon Museum

merchandising de diferentes épocas, posters donde hacerte fotos...

Sailor Moon Museum

y una peculiar zona de creaciones de diferentes artistas, anuncios... pero ahí no dejaban hacer fotos.
Por último, como no, una tienda donde dejarse los yenes. jeje (A parte de para mí y regalitos varios, llevaba algún encargo de alguna amiga mega fan. ^_^)

¿Y dónde se metió Jordi, mientras?
Pues, como la Torre de Fukuoka y la Playa de Momochi estaban muy cerquita, se fue para allí a pasear y hacer fotos. 

Fukuoka
Fukuoka
Ahora bien, no se atrevió a pasear por la playa poniendo de fondo la bachata que Juan Luis Guerra le dedicó. No es coña, dejamos el enlace al videoclip. jeje

Tocaba desandar el camino, recoger las mochilas en la estación e ir a nuestro hotel a dejarlas antes de comer. 
Ese día comeríamos tardecito, sobre las 14h. Pero es que me apetecía ir a un restaurante especial, cerca del hotel, y que cerraba a las 16h (es decir, que no podíamos dejarlo para la cena). 
El local se llama Shungetsuan Jotenjimae y supe de él gracias a mi compi Gloria, de la Maleta de Glo, que lo vio en internet y pensó rápidamente en mi. ^_^

¿Por que es especial? Pues resulta que siguen elaborando los fideos udon y soba al estilo antiguo, de cuando llegaron a Japón.
Y este local se encuentra justo al lado del templo que fundó el monje que trajo, en el s.XIII desde China, los métodos de elaboración de los udon, los soba, los manju y el yokan. ¡Casi nada! 

Por suerte a esa hora había sitio, ya que el local es muy pequeño, y nos trajeron una carta en inglés donde explicaban: 
  1. El tipo de platos que tienen.
  2. El precio según si lo eliges con fideos soba o udon.
  3. Los gramos de fideos que lleva cada tamaño (y ¡ojo! porque cuesta lo mismo pidas el pequeño que el grande). 
  4. Que puedes pedir fideos extras (okawari) cuando te los acabas y la primera tanda extra es gratis.
Nosotros nos pedimos la ración pequeña (220g) con soba. Y Jordi al acabar se pidió el extra de fideos, dejándome alucinada (en ningún viaje había comido tanto y en éste estaba disfrutando como nunca jeje). 

Fukuoka
Yo me pedí el Kitsune (830¥), con tofu rebozado y frito, y Jordi el Niku (1030¥), con carne. Ambos estaban muy buenos, pero reconozco que el de él era más sabroso. 

Fukuoka
Al salir nos fuimos a visitar el Jotenji, el templo que fundó el monje que comentaba anteriormente, que está ahí al lado. Pasamos por la puerta Sennen-no-mon, que da acceso a toda una zona de templos, que forma parte de la "old town" de Hakata.

Fukuoka
Fukuoka
Dentro del templo hay varios monumentos, uno de ellos dedicado, precisamente, al udon. 

Fukuoka
Después, seguimos paseando por esa zona antigua, donde nos fijamos que muchos templos tienen un QR para escuchar audioguías en varios idiomas. 


Me chocó que estuvieran tan preparados, especialmente por la poca gente que vimos en la zona, ya que estuvimos prácticamente solos. Y eso que son unas callecitas preciosas y no muy lejos de la zona concurrida. 

Fukuoka
Fukuoka
Paseamos hasta llegar al Shofukuji, el que se considera primer templo zen de Japón.

Fukuoka
Sus terrenos son una maravilla, muy tranquilos y lleno de vegetación. 

Fukuoka
Después regresamos a la vía principal, donde nos encontramos el Tochoji, un templo llamativo, con pagoda y, ahora sí, turistas. 

Fukuoka
A nosotros no nos acabó de gustar, por un detalle que vimos de su arquitectura: los edificios modernos, de color beige y marrón que se ven detrás, no es que estén detrás, es que SON parte del templo. 
Nos parece que lo afean muchísimo. Y más después de ver toda la zona antigua de la que veníamos.
 
Fukuoka
Nos pareció increíble que solo unas pocas calles separen el bullicio de los turistas con una zona preciosa, llena de historia y solitaria.

Seguimos paseando por las tranquilas calles que rodeaban el hotel, hicimos el check in y nos fuimos a ver la zona del río con los puestecillos Nakasu Yatai de comida. Aunque ese día era solo para cotillear ya que volveríamos para probarlos con nuestras amigas, otro día. 

Fukuoka
Como el centro comercial Canal City estaba al lado, nos fuimos a frikear un rato por sus tiendas (ya que la vez anterior Jordi las vio enfermo y no disfrutó nada). 

FukuokaFukuoka

Y cenamos ramen en el Ichiran que hay en este centro comercial, a pesar que, no muy lejos, se encuentra la main store de esa cadena (ya que su origen es, precisamente, de Fukuoka). 
¿Por que en la de Canal City? Pues porque es una de las pocas tiendas donde ofrecen un ramen especial, diferente al clásico que sirven normalmente en todos sus restaurantes.

De sabor más intenso (de hecho el color es más fuerte que su ramen estándar) y con un chasu mucho más jugoso. Estaba buenísimo y nos lo sirvieron en un bol rectangular (2240 ¥ los dos). 

Fukuoka
Tras la cena, regresamos al hotel pasando por el Santuario Kushida, donde observamos una decoración especial para el setsubun, la festividad de inicio de la primavera. Se trataba de la máscara Otafuku más grande de Japón. Y pasaríamos a través de ella un par de días más tarde, en buena compañía y recibiendo las explicaciones de su simbología. ^_^

Fukuoka
Tocaba descansar, porque al día siguiente acabaríamos de sacarle jugo al último día de JR Pass Kyushu con un par de excursiones.




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