5 de enero de 2019

Tokyo (Museo Ghibli, Nakano Broadway y Mario Kart en Shibuya)

Llegaba otro de los días frikis del viaje. Y es que entre la visita al museo de los estudios Ghibli, las tiendas de Nakano Broadway y los Karts...

La primera cita la teníamos con Totoro, Gatobus y todos los entrañables amigos de Miyazaki. ^_^
Una visita muy esperada por mi hermana.

Museo Ghibli

En el post de "Preparación" comentamos como y donde comprar las entradas para el museo, puesto que suelen agotarse rápidamente. Así que hay que estar muy atent@ y agendar bien el día en que salen a la venta.

Para llegar tomamos el tren hasta Mitaka y después optamos por ir caminando hasta el museo, puesto que habíamos ido con tiempo de sobras y el camino está muy bien indicado.

Museo Ghibli
Sigue a Totoro! ^_^

Pero si no se quiere ir a pie, hay un bus, de aspecto muy reconocible, que va al museo por 210¥.
Llegamos a la entrada unos 15 minutos antes de la apertura (y de nuestra hora de entrada) y ya había bastante cola. Pero una vez abrieron, la entrada fue bastante fluida.
*Importante: Aparte del comprobante de compra, hay que mostrar el pasaporte del comprador, para evitar la reventa.

Museo Ghibli

Las entradas que te dan son un fotograma de alguna de sus películas. Y para nosotros resulta un recuerdo muy original de la visita.

Nada más entrar decidimos ir directos a la sala de proyección (mientras los padres con los niños iban a guardarropa, se aclaraban que hacer, etc) y así ver el corto exclusivo de esa temporada (puedes entrar a verlo una vez), para luego ya pasear tranquilamente y explorar.
En esta ocasión nos tocó un corto sobre una oruga, muy entretenido, aunque a mi me gustó más el que vimos en nuestra visita de 2012.

Al salir del pequeño cine, seguimos recorriendo las salas interiores: exposiciones sobre la evolución de la animación, los diferentes procesos para crear una película como las de Ghibli, una recreación de los lugares de trabajo, exposiciones temporales (vimos una sobre la importancia de la comida en las películas Ghibli) etc. ¡Ah! Y el Gatobus enorme de peluche al cual solo pueden subir los niños... ¡Ains!

Todo ello dentro de un ambiente mágico lleno de detalles. Pero no los podemos mostrar porque está prohibido hacer fotos en los espacios interiores. En parte así se conserva un poco la sorpresa.

Donde sí se puede hacer fotos es en los jardines exteriores y a la fachada.

Museo Ghibli
Museo Ghibli

Es fascinante como cuidan cada detalle y en casi cada rincón encontramos algo que nos llamaba la atención. Al menos, a los que somos fans. jeje

Museo GhibliMuseo Ghibli

Aunque el lugar más emblemático se encuentra en la parte superior del recinto. Un lugar que te transporta a la isla flotante de "Laputa" o como se tradujo aquí (por razones obvias jaja): "El castillo en el cielo". Otra obra maestra de Miyazaki.

Museo GhibliMuseo Ghibli

Aquí la gente hace cola para poder fotografiarse con el imponente robot.

Museo Ghibli

Tras recorrer todos los rincones, incluidos unos baños muy cuquis, pasamos por la tienda, donde solo compré un pequeño cuento por 1000¥. El resto nos pareció bastante caro comparado con las tiendas Ghibli que hay en las diferentes ciudades (ver mapa). Eso sí, con piezas de coleccionista muy bonitas.
Pero mi hermana y yo preferimos la variedad de objetos (y precios) de las otras tiendas, así que, tras la comparativa, decidimos abandonar el mágico recinto.

En total estuvimos 3h, pero no dejamos nada por explorar. Es un lugar pequeño, pero que hace las delicias de todo fan.

Museo Ghibli
Museo Ghibli

Y aunque hay una cafetería dentro, estaba tan congestionada de gente y con tanta espera que optamos por comer en Nakano Broadway, que vendría a ser una mini Akihabara, en cuanto a tiendas con mangas, figuras, videojuegos etc. Y muchos de segunda mano en buen estado.

Nakano Broadway

Dentro de las galerías vimos un restaurante de curry con muy buena pinta y comimos genial (ver mapa). Tanto el curry normal, como uno al horno con gambas que pidió mi hermana estaban riquísimos. Por no hablar de los karepan (un tipo de pan dulce relleno de curry) que también venden para llevar.
Entre los principales y un par de karepans para probar (el que lleva huevo estaba impresionante) salimos por 1100¥ cada uno.


Ahora sí, con las pilas recargadas ya podíamos dirigirnos a las plantas superiores para explorar las tiendas frikis (en su mayoría ya son mandarakes, pero algunas quedan más pequeñas) y, en algunos momentos, llorar al ver los precios de ciertas "masterpieces".
Aunque esta vez cayeron unos cuantos cómics como souvenirs, regalos para amigos y una compra muy especial...

Desde que Nintendo empezó a sacar las versiones mini de las antiguas consolas, a Jordi se le metió en la cabeza la posibilidad de tener la versión japonesa de la NES, pero sin dejarse un riñón.
En el viaje que hicimos en 2016 estaban todas agotadas, como era de esperar, y en éste parecía que acabaría igual el tema, hasta que en una de las tiendas pequeñas algo le llamó la atención del escaparate: ¡¿Era de verdad?! ¡La Famicom Mini!
Nos acercamos a preguntar y sí... ahí estaba, la pequeña joya por 100€. Y para colmo vimos a Jordi dudar... ¡Pero si solo son 30€ más del precio inicial! Mi cuñado y yo le soltamos un "¡Corre al cajero pero ya!" y el pobre salió dirección al 7-Bank que habíamos visto en la entrada, mientras nosotros custodiábamos el preciado descubrimiento (esa tienda solo aceptaba efectivo).
Con lo que había costado, no estaba dispuesta a que nadie nos lo arrebatara. jaja

Hay que decir que, su pequeña indecisión inicial venía porque días antes se había gastado ya un buen dinero en el nuevo objetivo para la cámara, que compró en Kyoto. Pero vamos solo hizo falta nuestro "corre" para que fuera como un rayo jaja.

Nakano Broadway

Con toda la ilusión de la inesperada adquisición, decidimos que era hora de ir a Shibuya para localizar la ubicación de los Maricar. Aunque viendo los buenos precios de ciertas figuras, no descartábamos volver a por unas compras el último día.

Al llegar a la estación de Shibuya le hicimos la foto de rigor a Hachiko, pero no nos entretuvimos mucho más. Volveríamos otra tarde con más calma para pasear por la zona, ese día el objetivo era la actividad de conducir un Kart en Tokyo. ^_^

Shibuya

Como ya lo explicamos extensamente en el post "Recorriendo Tokyo a lo Mario Kart", solo recordaremos que lo pasamos en grande. ¡Incluso yo! Que odio conducir... Pero la verdad es que hasta se me hizo corto y pasar por el cruce por la noche, varias veces, con todas las luces de los edificios fue una pasada. Otra forma de vivir la experiencia y encima con disfraces frikis. jeje

Mario Kart Shibuya
Tokyo Mario Kart

Tras la emocionante "carrera", decidimos culminar nuestro día en el Genki Sushi, con sus pantallas y plataformas automáticas.
Eso sí, había bastante cola, más que la vez anterior. Y nos pareció que esta vez el sushi y la variedad era mejor en el Kappa (al que fuimos en Kyoto, del mismo estilo).
Al final salimos llenos por 2000-2400¥ por pareja.

Shibuya


Y hasta aquí un día lleno de emociones frikis.

A dormir para coger fuerzas, que al día siguiente tocaba una bonita ruta a pie, dentro de una excursión que nos trasladaría de nuevo a la tradición y que a mi me encanta. ^_^



3 comentarios:

  1. Yo en Nakano, casi me muero. Será por figuras y tiradas de precio!! Yo incluso me dí una vuelta por el mercado que hay en el sótano. Digno de ver.

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    1. si jeje nosotros también dimos una buena vuelta y más el último día que regresamos a por figuras xD

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  2. A ver si compartimos más anécdotas, que yo también soy de Barcelona ;-)

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