20 de junio de 2017

Himeji-Kobe

Llegó el día de visitar una de las joyas de la corona: El castillo de Himeji. 
Tesoro nacional, Patrimonio de la humanidad, el castillo mas impresionante de Japón, uno de los doce que se conservan de origen... La fama le precedía. 

Quedó pendiente de visitar en nuestro primer viaje por las obras de conservación llevadas a cabo, así que le teníamos muchas ganas. ¿Cumpliría con las expectativas?.

Himeji

Seguíamos con la idea de evitar las aglomeraciones, así que madrugamos y nos fuimos a por el Shinkansen. Desayunaríamos en él, camino a Himeji.
El tren nos dejó a las 8:00h en la estación y quedaba una hora para la apertura del castillo, así que decidimos ir paseando tranquilamente en vez de coger un bus. 

Desde el exterior ya pudimos empezar a contemplar su grandeza. Conocido como el castillo de la "Garza Blanca" por su color, el inicio de su construcción data del 1333 siendo ampliado varias veces posteriormente. 
Uno de los grandes personajes que tomó el mando de Himeji fue Toyotomi Hideyoshi, uno de los tres unificadores del país. Pero fue un yerno de Ieyasu Tokugawa el que acabó confiriéndole el aspecto final y es de su historia, junto con la de su mujer, de la que mas detalles se dan durante la visita.

Himeji

Llegamos unos 20 minutos antes de la apertura y ya había algunas personas esperando. A las 9:00h la cola ya era bastante grande, pero nada comparado con la que habría a la salida (es lo que tienen las temporadas altas).
En las taquillas compramos la entrada combinada del castillo junto con el jardín Kokoen (1040 yens), que está justo al lado, puesto que solo cuesta 40 yens mas que la entrada normal al castillo. Nos dieron un folleto en español con el mapa del recinto, explicaciones de la historia, de los detalles defensivos, etc.

Himeji

Tras comprar las entradas empezamos a seguir el itinerario marcado, adentrándonos en el laberinto de muros, puertas defensivas y corredores. Todo pensado para dificultar la llegada a la torre principal.

Himeji
Himeji

Al llegar a la torre principal hay que descalzarse y preparar las piernas para subir por las empinadas y estrechas escaleras de madera que van uniendo los 6 pisos. 

Himeji
Himeji

A diferencia del castillo de Nagoya, éste no tiene un museo dentro, tan solo alguna maqueta. El resto es, mayormente, un espacio vacío con paneles explicando cada piso y sus defensas. Aunque hay gente que prefiere el "tipo museo", a nosotros el pasear por un edifico que conserva su estructura inicial nos fascina. Aunque quizás si pusieran algunos objetos que hubiera antaño, a modo de recreación, lo harían mas llamativo. 

Dentro nos encontramos con trabajadores que explicaban algunos puntos importantes del castillo: La doble puerta que separaba algunas zonas, las diferentes trampillas y espacios ocultos para hacer emboscadas... Nos pareció muy interesante y muchos hablaban inglés o te mostraban dibujos. 

Himeji
Himeji

Al salir de la torre fuimos a visitar el Nishinomaru (Muro Oeste), que fue utilizado como residencia para las doncellas, y donde nos sorprendió la historia de la hermana de Ieyasu, así como la planificación de la defensa de esa zona en caso de ataque. 

Himeji

Además, desde sus jardines es desde donde, a nuestro parecer, se tiene las mejores vistas de la torre principal. (La primera foto también está hecha desde ahí).

Himeji

En total, estuvimos unas tres horas recorriendo el recinto del castillo con calma y disfrutando de cada explicación. Gracias a haber ido pronto, no sufrimos la aglomeración de gente que empezaba a haber cuando salimos.
Después nos acercamos al jardín Kokoen, también bastante grande, con diferentes ambientes y que merece mucho la pena. 

Himeji
Himeji

Paseamos por varios estanques y alguna pequeña residencia en la que podías ir por el pasillo exterior.

Himeji

Y nos encontramos una garza azul (aosagi), cuyo nombre me dijo un amable anciano japonés, que nos avisó de la presencia del animal. 

Himeji

Al finalizar la visita ya se nos estaba haciendo tarde para comer y, aunque a fuera del castillo hay algún restaurante y, sobre todo, tiendas con dulces, le habíamos echado el ojo al Yoshinoya que había en la estación, así que p'allí que nos fuimos. Nos zampamos dos Gyudon (bols de arroz con ternera) por 860 yens. 


El día se nos pasaba rápido y decidimos no ir al Monte Shosha, donde se rodó el Último Samurai, porque queríamos ver Kobe. 
La primera zona que visitamos fue la de "Harborland", donde hay un centro comercial con algunas tiendas de anime, manga, videojuegos, una noria y el museo de Anpanman, que no visitamos pero cuyo personaje, muy famoso entre los peques japoneses, nos sirvió de guía para llegar a la zona (el camino desde la estación al museo está lleno de estatuas y dibujos de la serie).

Kobe Kobe

Desde allí se vislumbraba la torre roja del puerto y el museo marítimo, justo la zona donde se conservan los restos del terremoto que en 1995 mató a 6000 personas y devastó la ciudad.

Kobe

En la parte del muelle, que ahora es un memorial, hay paneles explicando la afectación del terremoto y como reaccionaron, rápidamente, para intentar recuperar la actividad portuaria que era el sustento de la ciudad. Teniendo en cuenta la magnitud del desastre, nos asombró el corto plazo en que lo lograron. 

Kobe

Ya había anochecido y optamos por dejar el triste recuerdo del pasado e ir a la animada Chinatown. Muy pequeña pero colorida e iluminada.

Kobe

Estaba llena de restaurantes y comida para llevar, entre ellos algunos de carne de Kobe. 

Kobe
Kobe

En lugar de sentarnos en un restaurante a comer carne de Kobe, optamos por ir picoteando un poco y así probar además otras cosas como unos xiao long bao que también nos gustan.
Le echamos el ojo a unos locales de la cadena Kobe Beef Eikichi. Había varios, que tenían tanto restaurante como para llevar. Y probamos una hamburguesa y un filete que estaban deliciosos (2000 yens) a pesar de no escoger la mas alta de las "calidades" que ofrecían.


Y con una carne estupenda acababa un gran día.
Aunque Kobe no pasó de ser una "visita curiosa", Himeji había cumplido de largo las expectativas, tanto por el castillo como por el jardín. 
Al día siguiente tocaba visitar el hermano pequeño del castillo de Himeji. No esperábamos mucho, pero un par de acontecimientos hicieron de ese día una jornada bastante entrañable. ^_^




4 comentarios:

  1. Está superchulo! A nosotros lo que nos desmereció la visita es que tras el madrugón que también dimos teníamos que llegar a Kanazawa a la que llegamos ya de noche. Quedaba el día un poco desaprovechado.

    Eso sí tanto Himeji como Matsumoto TOP

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    Respuestas
    1. Matsumoto también nos gustó mucho en el primer viaje. Pero Himeji es top top ;)
      Nosotros también tuvimos algún día cuya tarde la dedicamos a transportes...a veces hay que hacer enlaces largos que te hacen perder mucho tiempo en tren pero bueno...
      Un saludo y gracias por leernos ;)

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  2. Himeji me encantó. Nosotros también llegamos antes de que abrieran y no sé por qué extraña razón nos sacaron de debajo de un árbol que había allí y que daba sombra y nos pusieron en una cola al sol, casi muero en la cola con el calor! El castillo nos gustó mucho, pero no tuvimos tiempo de disfrutar de los jardines. Preciosas fotos!!

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    Respuestas
    1. A saber...lo tendrían estipulado así y ya sabes cómo son xD a seguir protocolo!
      Pues los jardines merecen la pena, si se tiene tiempo ;)
      Un abrazo

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