Siempre dicen que en Londres llueve... Sin embargo, en nuestros cuatro viajes anteriores apenas nos había lloviznado alguna horilla.
Esta vez la City cumpliría con su fama, y nada más aterrizar empezamos a tener un día lluvioso.
Era temprano y teníamos todo el día por delante, así que desplegué el planing y elegimos ir a pasar la lluvia a cubierto. Concretamente al Museo de la Ciencia, ya que anteriormente solo habíamos podido dedicarle poco tiempo y Jordi tenía ganas de explorarlo con calma.
De paso, por aquello de que no quedaba lejos, decidimos dejarnos caer por Harrods, centro comercial que todavía no habíamos visitado. ¿Que se le va a hacer? Cuestión de prioridades.
Como explicamos en el post de preparativos, teníamos el hotel en la zona de King's Cross, ideal para pasar a por el desayuno en el Café Nero de la estación (ya típico para nosotros, con sus muffins de arándanos) y hacernos la foto friki de rigor en la tienda de Harry Potter: ¡London, we are back!
Esta vez la City cumpliría con su fama, y nada más aterrizar empezamos a tener un día lluvioso.
Era temprano y teníamos todo el día por delante, así que desplegué el planing y elegimos ir a pasar la lluvia a cubierto. Concretamente al Museo de la Ciencia, ya que anteriormente solo habíamos podido dedicarle poco tiempo y Jordi tenía ganas de explorarlo con calma.
De paso, por aquello de que no quedaba lejos, decidimos dejarnos caer por Harrods, centro comercial que todavía no habíamos visitado. ¿Que se le va a hacer? Cuestión de prioridades.
Como explicamos en el post de preparativos, teníamos el hotel en la zona de King's Cross, ideal para pasar a por el desayuno en el Café Nero de la estación (ya típico para nosotros, con sus muffins de arándanos) y hacernos la foto friki de rigor en la tienda de Harry Potter: ¡London, we are back!