26 de agosto de 2012

Loch Leven y St Andrews

Desayunamos unos sandwiches mientras esperamos al taxi para ir a Arnold Clark, la agencia de los coches de alquiler. Al final tenemos que ir en dos taxis, pero aun así no lo vemos caro.

Los tramites del coche sin problemas, nos dan una Mercedes Vito de 9 plazas automática, iremos muy amplios y cómodos, pero Jordi y mi cuñado se tendrán que hacer a las medidas a la par que conducir por la izquierda!
El primero en probar fue Jordi.


He de decir que lo hicieron muy bien, no hubo ninguna rotonda en sentido contrario, ningún giro por el otro carril...¡así que superaron la prueba!

Mientras íbamos rumbo a Loch Leven, nos cayó una tormenta, breve pero intensa. Hasta el momento habíamos tenido buen tiempo, y al llegar al lago, por suerte, no llovía.
Tras recolectar la estampita en el pase y reírnos con el que nos atendió al darnos la enhorabuena por ser catalanes, fuimos a esperar una de las tres barcas que van haciendo viajes hacia la isla.
El hombre que nos llevó era muy simpático y sabía un poco de español. Nos avisó que en la isla había un grupo grande de niños, pero que enseguida se irían y podríamos tener "paz" jeje.
Lo tienen bien organizado, en la isla no hay nada mas que las ruinas del castillo, unos baños y un walky de emergencia por si acaso.


La isla es pequeña y bonita, y efectivamente, en cuanto se marcharon los grupos de niños, un remanso de paz.


El castillo tiene su importancia, puesto que aquí estuvo prisionera María Estuardo, os dije que nos acompañaría. ;) Y es que cuando a parte de los Escoceses su reina dejó de molarles la hicieron prisionera y la encerraron aquí. En ese castillo le obligaron a firmar su abdicación a favor de su hijo Jacobo (James) que tenía un añito. (Vamos, lo de siempre, tranquila que reinara tu hijo, pero si eso, mientras crece pues ya mando yo...)


Después de un año María consiguió escapar con ayuda de un carcelero fiel (sigo pensando que algo le debió dar... y no se yo si llevaba mucho efectivo encima xD). Pero vamos... no se yo si le salió a cuenta. Fue a parar a Inglaterra donde su prima Isabel la hizo prisionera y tras muchos años de encierro fue decapitada. (Por cierto el principito reinó, y cuando falleció Isabel sin hijos, los ingleses se fijaron en él y lo tomaron como rey, ahí se fue a pique por ultima vez la independencia de Escocia).


Al volver de la isla, comimos en el restaurante del embarcadero y de ahí rumbo a St Andrews.
Como faltaba poco para que cerraran la catedral y el castillo decidimos aparcar el coche en una antigua plaza, en el centro del pueblo, cerca de la catedral e ir a verla.

El recinto es un cementerio donde se levantan los restos de la antigua catedral de St Andrews. En su día fue la mas grande de Inglaterra (y para que os hagáis una idea, de largo era mas grande que la de León). Pero tras la reforma protestante fue saqueada y olvidada.


Aunque solo queden las ruinas a mi me gustó mucho, la encuentro impactante.


Al salir fuimos paseando por la avenida que lleva al castillo, que visitaríamos al día siguiente. En esa zona hay muchas residencias universitarias. ¡¡Que envidia de edificios!!


Mi madre fichó un jardín para visitarlo el día siguiente.
Después fuimos en busca de la guest house "West Park House". De estética clásica, con moqueta en todos lados (como es típico allí) pero con las habitaciones muy chulas, wifi y set de cafe, te y un par de paquetitos de galletas. Lo único malo es que no daban desayunos.





Cenamos en un italiano (para variar xD) y fuimos a dar una vuelta mientras anochecía. La parte antigua me gustó mucho.

Empezó a lloviznar un poco y a bajar niebla, el aspecto de la catedral imponía mucho.
Con las ruinas, el cementerio, la soledad, la niebla y con solo el murmullo del mar de detrás como sonido, es el escenario ideal para una película de terror. XD

Luego, de vuelta a la guest house a descansar para la siguiente jornada.


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Las nuevas Andanzas de Robinjú: No hace falta jugar al golf para ir a St Andrews 
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25 de agosto de 2012

Edimburgo (día 3)

Nuevamente, Jordi y yo salimos antes de desayunar a seguir explorando el barrio. 
Callejeamos un poco entre las universidades, descubriendo chiringuitos curiosos donde venden café, fruta, pastas...

Y nos llevamos una sorpresa al descubrir un parque enorme allí cerca, The Meadows, donde vimos a gente haciendo ejercicio al estilo central park.

Tras recoger al resto y desayunar por última vez en el italiano, nos dirigimos a coger el bus 15 para ir a la Rosslyn chapel (famosa por salir en la película del código da vinci). Lo cogimos en frente del monumento a Walter Scott en Princes St. Había leído que teníamos que llevar el importe justo porqué no daban cambio. Lo que no sabíamos es que tenía que ser todo en monedas! Así que no pusimos a intercambiar billetes y monedas con unos italianos. (Y es que, a diferencia de los autobuses Japos, en Escocia no tienen maquina que dé cambio, cosa que no vimos nada práctica)
La parada de Rosslyn la anuncian, así que no hay problema de perderse.

La capilla es pequeña pero bonita. Tienen una parte de la fachada en obras, pero aun así se puede observar bien los detalles tan elaborados que la adornan.
Tienen audioguía en español gratis, solo hay que pedirla.




































De vuelta en Edimburgo fuimos a comprar unas aguas y unos sandwiches para el día siguiente (cuando empezaría nuestra ruta) al TESCO. Dejamos recuperando fuerzas, en los apartamentos, a la mitad del equipo, y junto con Jordi y mi hermana nos fuimos a pasear.
Fuimos a ver el cementerio de Greyfriars, donde se encuentra la tumba de Bobby, el famoso perro, que tras la muerte de su dueño no quiso moverse de donde lo enterraron. Todo un símbolo de fidelidad en Escocia.


Y la tumba de su dueño, que tiene una lápida nueva gracias a un grupo de fans americanos de Bobby. Resulta un tanto graciosa la idea xD


Mientras paseábamos por la ciudad empezó a descender la niebla sobre los edificios, un espectáculo muy chulo. (Empañado por el bombardeo que sufrí de una gaviota ¬¬ por si no lo había comentado, Edimburgo está plagada de gaviotas, y no... no me gustan ¬¬)

De vuelta a los apartamentos nos encontramos a mis padres que habían salido a inspeccionar las carpas del festival que teníamos justo en frente. Y nos informan de que hay un chiringuito de hamburguesas con buena pinta, así que ¡p'allí que vamos! 
Bien, matizo, buenas no... ¡¡Las mejores que he probado!! Ni ketchup ni nada le echamos! no exagero. Alucinamos tanto que quedamos en regresar tras el tour de los fantasmas para repostar jeje.

Teníamos el tour de fantasmas a las 9:30 en la Royal Mile, con Real tours. No estuvo mal, a parte de ver una zona de la Royal Mile que no habíamos ido aun, nos enseñó la antigua cárcel, un cementerio donde aprendimos el porqué los ricos ponían rejas a sus tumbas (para evitar el robo de cuerpos que se vendían a la universidad de medicina), algunas curiosidades de la ciudad antigua... y como no, historias de brujas, fantasmas y asesinos. Aunque esa parte quedó un pelín flojilla, la chica era simpática pero le falta un pelín de salero para contar historias ;)
*Nota 2022: Os recomendamos probar con los tours de Blue Bale y Experiencia Escocia.


¡Por cierto! Nos contó que en otro cementerio de la ciudad había un mausoleo cerrado con candado, donde solo tenían permitida la entrada los de la cátedra de parapsicología, porqué se habían dado casos de ataques a personas (arañazos, mordiscos...) por parte del espíritu de un sádico allí enterrado.
¿¿¿Adivináis en que cementerio??? ¡Exacto! Habíamos estado por la tarde y no nos fijamos U.U

Lo prometido era deuda, y aunque la mitad del equipo decidió irse a dormir, mi padre, mi cuñado y yo regresamos a por otra super hamburguesa. G_G Ains, fue el único día que realmente disfrutamos gastronómicamente.

Buena manera de despedirnos de Edimburgo. ¡Al día siguiente empezaba la aventura!

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Edimburgo (día 2)

Jordi y yo nos levantamos un poco antes y fuimos a recorrer algunas calles del barrio (y de paso localizar el TESCO). 
Nos llamó la atención la cantidad de tiendas de "beneficiencia" que había. Por lo visto allí puedes donar objetos a las organizaciones para que luego las vendan y así recaudar dinero. Había de todo tipo, desde ayuda a las personas mayores, a investigación contra el cáncer o para veterinarios de mascotas.

Tras encontrarnos con el resto regresamos al Italiano para desayunar nuestro primer ¡Scottish Breakfast! Tal cual entramos ya nos saludaron en español.

De nuevo en la Royal Mile nos vimos envueltos por el bullicio del Fringe festival. Vimos una Iglesia convertida esos días en sala de actuaciones con barra de bar incluida (nos gustó la idea), especímenes varios desfilando...


Y de repente pasa por mi lado un chico rubio y pienso: ¿Es él?...No, no puede ser...
Y con dudas sigo caminando medio mirando atrás, cuando veo a Jordi siguiéndolo cámara en mano y diciéndome que ¡era él! El chico se para a hablar con unos amigos, y Jordi escucha a otros españoles comentando la jugada, así que nos unimos a ellos y fuimos a hacerle gran pregunta (en inglés obviamente): "Disculpa, eres Joffrey Baratheon?" A lo que el chico se hecha a reír y ¡¡¡nos dice que si!!! (no, no sabíamos su nombre real xD)


Alucinados aun por el encuentro con uno de los mejores actores de "Juego de tronos" (hay que ver lo cabrón que es en la serie y lo simpático que resulta ser en persona O.O) nos encaminamos hacia el castillo.
No sin antes subvencionar a otro gaitero y a unos...¿"highlanders"? Y es que habiendo mosquetes de por medio los niños no se pueden resistir jeje.

Como llevábamos los pases comprados no tuvimos que hacer la cola para comprar las entradas, fuimos a la oficina de turismo de al lado, hicimos el cambio al pase oficial, nos sellaron conforme entrabamos en el Castillo de Edimburgo y ale, p'adentro. (Eso si, mi hermana y yo emocionadas por la colección de estampitas que se nos venía encima jeje)
Por cierto, si sois de los que os entretenéis mucho en los lugares históricos, recomiendo que os llevéis un bocadillo. Y es que castillos como éste y el de Stirling tienen muuuuuuuucho por ver y leer, así que si sois de los que os gusta ver a fondo estos lugares mentalizaros que estaréis bastantes horas.

La entrada está flanqueada por dos estatuas, Robert Bruce y William Wallace. Ambos, personajes muy importantes en la historia de Escocia. Lucharon por la independencia allá por el siglo XIII siendo Robert Bruce quien al fin lo consiguiera. Pero ya sabremos de ellos en Stirling que es donde les pertoca.


Al entrar te encuentras toda una batería de cañones antiguos. Y para que sirven los cañones? Efectivamente...

Al lado está "el cañón de la una", y ¿porqué ese nombre? Pues porqué lo disparan todos los días (menos los Domingos) a la 1 del mediodía.


Según entendimos, antiguamente el observatorio que está en Calton Hill (lugar que visitamos el día anterior) se encargaba de ajustar la hora mediante los astros. Y, para que los barcos del puerto pudieran sincronizar sus relojes, cada día a la una en punto dejaban caer una bola que había en lo alto del monumento a Nelson. Dices, ¿muy bien,no? Pues no, porqué en una ciudad como Edimburgo y su climatología, era fácil encontrarse el monumento cubierto por la niebla. Así que idearon un sistema acústico, hicieron pasar un cable por encima de toda la ciudad hasta un cañón del castillo. Al caer la bola el cañón se disparaba.
(Si, yo también me pregunto, ¿porqué narices no disparaban un cañón desde Calton Hill? Pues porqué no quedaría tan molón...)

Tras pasar una puerta flanqueada por unos guardias "sospechosos", nos dirigimos al museo de la guerra. En la plaza había un curioso gaitero tocando. Tras leer la inscripción de la estatua y observar de nuevo las pintas del gaitero, dedujimos que podría formar parte de la división de las Indias.


El museo es grande y con muchos objetos de las diferentes épocas bélicas.
A la salida vimos detonar el cañón con la puntualidad esperada en esos lares (se pone a reventar de gente, así que si queréis verlo poneos bastante antes o hacedlo desde la parte superior de la cuesta)


En el patio hay un par de exposiciones mas, y después ya entras en la zona interior del castillo (ya os dije que es grande).
Lo que te encuentras primero es la capilla St Margaret, el edificio mas antiguo de Edimburgo. Donde precisamente estaban celebrando una boda y la tuvieron cerrada un rato durante el oficio. Mientras, algunos de nosotros aprovecharon para aumentar la colección de fotos con gaiteros (total éste lo pagaban los novios)


Conocer a Mons Meg, el gran cañón.


Y observar el cementerio de los perros militares.


Después fuimos a ver el Palacio Real, donde recrean las aventuras de las joyas de la corona escocesa, de la piedra del destino (donde se coronaban a los reyes escoceses) y donde puedes entrar en la pedazo cámara acorazada y verlas en directo (no dejan hacer fotos). no se que impresiona mas, ¡¡las joyas o la puerta!!
Además, en el palacio están los aposentos donde Maria Estuardo, "reina de los escoceses", dio a luz a Jacobo VI (niño que volvería a unir Escocia e Inglaterra hasta hoy). Quedaros con el nombre de la reina porqué nos acompañará durante el viaje. Eso si, mucho "reina de los escoceses" cuando regresó de Francia como la gran promesa... y ¡al final no les moló tanto! (Es lo que tiene que la reina que esperabas resulte ser católica cuando tu estás en plena reforma protestante... en fin, cosas que pasan)

En el Great Hall hacían una representación (en inglés) sobre la vida de un famoso pirata, estuvo divertida. (Eso si, Jordi tuvo que acabar de explicarnos bien xD especialmente el anécdota de como se crían los Haggis...)


Justo enfrente nos faltaba por ver la capilla que es un monumento a los caídos. Dentro está lleno de banderas de regimientos y libros con los nombres de los soldados escoceses caídos en diferentes guerras.


Al salir del castillo vimos la calle del Grassmarket, antiguo mercado de ganado, y donde está el pub "The Last Drop" (el último trago), llamado así porqué enfrente de él era donde estaba la horca y se dice que de ahí salia el último trago que le daban a los que iban a ahorcar.


Por la tarde dimos vueltas por la Royal Mile, viendo tiendas y curioseando algunos closes. Para hacer tiempo hasta entrar al Military Tattoo, que se hace en la explanada del castillo.

La organización era impecable, y el de megafonía supo entretener a la gente (que miedo cuando preguntó cuantas personas había de EEUU, fue tal el rugido que pensamos en una invasión xD). Y muy bueno el aplauso unánime cuando anunció que no llovería jaja (nos estaba haciendo muy buen tiempo).
¡El espectáculo es impresionante! Si os gustan los desfiles de gaitas, la música escocesa, desfiles militares de otro estilo... sin duda tenéis que ir. Dura una hora y media aprox. y fue un no parar de sorpresas.


Como no, los yankis destacando, un repertorio sobre bandas sonoras de pelis.


Y como colofón final...¡el himno escocés con gaitas! 


Hasta aquí la gran noche. ^_^