Jordi y yo nos levantamos un poco antes y fuimos a recorrer algunas calles del barrio (y de paso localizar el TESCO).
Nos llamó la atención la cantidad de tiendas de "beneficiencia" que había. Por lo visto allí puedes donar objetos a las organizaciones para que luego las vendan y así recaudar dinero. Había de todo tipo, desde ayuda a las personas mayores, a investigación contra el cáncer o para veterinarios de mascotas.
Tras encontrarnos con el resto regresamos al Italiano para desayunar nuestro primer ¡Scottish Breakfast! Tal cual entramos ya nos saludaron en español.
De nuevo en la Royal Mile nos vimos envueltos por el bullicio del Fringe festival. Vimos una Iglesia convertida esos días en sala de actuaciones con barra de bar incluida (nos gustó la idea), especímenes varios desfilando...
Y de repente pasa por mi lado un chico rubio y pienso: ¿Es él?...No, no puede ser...
Y de repente pasa por mi lado un chico rubio y pienso: ¿Es él?...No, no puede ser...
Y con dudas sigo caminando medio mirando atrás, cuando veo a Jordi siguiéndolo cámara en mano y diciéndome que ¡era él! El chico se para a hablar con unos amigos, y Jordi escucha a otros españoles comentando la jugada, así que nos unimos a ellos y fuimos a hacerle gran pregunta (en inglés obviamente): "Disculpa, eres Joffrey Baratheon?" A lo que el chico se hecha a reír y ¡¡¡nos dice que si!!! (no, no sabíamos su nombre real xD)
Alucinados aun por el encuentro con uno de los mejores actores de "Juego de tronos" (hay que ver lo cabrón que es en la serie y lo simpático que resulta ser en persona O.O) nos encaminamos hacia el castillo.
Alucinados aun por el encuentro con uno de los mejores actores de "Juego de tronos" (hay que ver lo cabrón que es en la serie y lo simpático que resulta ser en persona O.O) nos encaminamos hacia el castillo.
No sin antes subvencionar a otro gaitero y a unos...¿"highlanders"? Y es que habiendo mosquetes de por medio los niños no se pueden resistir jeje.
Como llevábamos los pases comprados no tuvimos que hacer la cola para comprar las entradas, fuimos a la oficina de turismo de al lado, hicimos el cambio al pase oficial, nos sellaron conforme entrabamos en el Castillo de Edimburgo y ale, p'adentro. (Eso si, mi hermana y yo emocionadas por la colección de estampitas que se nos venía encima jeje)
Por cierto, si sois de los que os entretenéis mucho en los lugares históricos, recomiendo que os llevéis un bocadillo. Y es que castillos como éste y el de Stirling tienen muuuuuuuucho por ver y leer, así que si sois de los que os gusta ver a fondo estos lugares mentalizaros que estaréis bastantes horas.
La entrada está flanqueada por dos estatuas, Robert Bruce y William Wallace. Ambos, personajes muy importantes en la historia de Escocia. Lucharon por la independencia allá por el siglo XIII siendo Robert Bruce quien al fin lo consiguiera. Pero ya sabremos de ellos en Stirling que es donde les pertoca.
Al entrar te encuentras toda una batería de cañones antiguos. Y para que sirven los cañones? Efectivamente...
Al lado está "el cañón de la una", y ¿porqué ese nombre? Pues porqué lo disparan todos los días (menos los Domingos) a la 1 del mediodía.
Según entendimos, antiguamente el observatorio que está en Calton Hill (lugar que visitamos el día anterior) se encargaba de ajustar la hora mediante los astros. Y, para que los barcos del puerto pudieran sincronizar sus relojes, cada día a la una en punto dejaban caer una bola que había en lo alto del monumento a Nelson. Dices, ¿muy bien,no? Pues no, porqué en una ciudad como Edimburgo y su climatología, era fácil encontrarse el monumento cubierto por la niebla. Así que idearon un sistema acústico, hicieron pasar un cable por encima de toda la ciudad hasta un cañón del castillo. Al caer la bola el cañón se disparaba.
(Si, yo también me pregunto, ¿porqué narices no disparaban un cañón desde Calton Hill? Pues porqué no quedaría tan molón...)
Tras pasar una puerta flanqueada por unos guardias "sospechosos", nos dirigimos al museo de la guerra. En la plaza había un curioso gaitero tocando. Tras leer la inscripción de la estatua y observar de nuevo las pintas del gaitero, dedujimos que podría formar parte de la división de las Indias.
El museo es grande y con muchos objetos de las diferentes épocas bélicas.
A la salida vimos detonar el cañón con la puntualidad esperada en esos lares (se pone a reventar de gente, así que si queréis verlo poneos bastante antes o hacedlo desde la parte superior de la cuesta)
En el patio hay un par de exposiciones mas, y después ya entras en la zona interior del castillo (ya os dije que es grande).
Lo que te encuentras primero es la capilla St Margaret, el edificio mas antiguo de Edimburgo. Donde precisamente estaban celebrando una boda y la tuvieron cerrada un rato durante el oficio. Mientras, algunos de nosotros aprovecharon para aumentar la colección de fotos con gaiteros (total éste lo pagaban los novios)
Conocer a Mons Meg, el gran cañón.
Y observar el cementerio de los perros militares.
Después fuimos a ver el Palacio Real, donde recrean las aventuras de las joyas de la corona escocesa, de la piedra del destino (donde se coronaban a los reyes escoceses) y donde puedes entrar en la pedazo cámara acorazada y verlas en directo (no dejan hacer fotos). no se que impresiona mas, ¡¡las joyas o la puerta!!
Además, en el palacio están los aposentos donde Maria Estuardo, "reina de los escoceses", dio a luz a Jacobo VI (niño que volvería a unir Escocia e Inglaterra hasta hoy). Quedaros con el nombre de la reina porqué nos acompañará durante el viaje. Eso si, mucho "reina de los escoceses" cuando regresó de Francia como la gran promesa... y ¡al final no les moló tanto! (Es lo que tiene que la reina que esperabas resulte ser católica cuando tu estás en plena reforma protestante... en fin, cosas que pasan)
En el Great Hall hacían una representación (en inglés) sobre la vida de un famoso pirata, estuvo divertida. (Eso si, Jordi tuvo que acabar de explicarnos bien xD especialmente el anécdota de como se crían los Haggis...)
Justo enfrente nos faltaba por ver la capilla que es un monumento a los caídos. Dentro está lleno de banderas de regimientos y libros con los nombres de los soldados escoceses caídos en diferentes guerras.
Al salir del castillo vimos la calle del Grassmarket, antiguo mercado de ganado, y donde está el pub "The Last Drop" (el último trago), llamado así porqué enfrente de él era donde estaba la horca y se dice que de ahí salia el último trago que le daban a los que iban a ahorcar.
Por la tarde dimos vueltas por la Royal Mile, viendo tiendas y curioseando algunos closes. Para hacer tiempo hasta entrar al Military Tattoo, que se hace en la explanada del castillo.
La organización era impecable, y el de megafonía supo entretener a la gente (que miedo cuando preguntó cuantas personas había de EEUU, fue tal el rugido que pensamos en una invasión xD). Y muy bueno el aplauso unánime cuando anunció que no llovería jaja (nos estaba haciendo muy buen tiempo).
¡El espectáculo es impresionante! Si os gustan los desfiles de gaitas, la música escocesa, desfiles militares de otro estilo... sin duda tenéis que ir. Dura una hora y media aprox. y fue un no parar de sorpresas.
Como no, los yankis destacando, un repertorio sobre bandas sonoras de pelis.
Y como colofón final...¡el himno escocés con gaitas!
Hasta aquí la gran noche. ^_^
Relatos de otros viajeros #postamigo
Mil Viatjes: EDIMBURGO. OLD TOWN. Un paseo por la ciudad vieja de la capital de Escocia.
Pedraforca: 6è dia: Edimburg i Dunfermline
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Brutal el momentazo Joffrey!!!!! Menuda suerte la vuestra, chicos! ;)
ResponderEliminarYa ves jajaja no nos lo podíamos creer xD
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