Para este día organizamos una excursión de naturaleza, senderismo y, como no,
templos: El
Monte Takao.
Que está considerado un monte sagrado y desde cuya cima, si hay suerte, se puede
observar el monte Fuji.
Se encuentra en el área metropolitana de Tokyo, a unos 50 minutos en tren
desde Shinjuku, y tiene mucha fama entre los japoneses. Así pues, escogimos no
ir en fin de semana porque es cuando se llena más de excursionistas.
En Takao hay varias opciones de rutas de diferentes niveles de dificultad, y, por tanto, me las miré bien para ver cual se adaptaba mejor a nosotros.
Encontré un par de mapas y
una web oficial, muy útiles para ver los recorridos y niveles de dificultad de cada ruta. (mapa 1
y
mapa 2)
Lo más normal es subir con el funicular o el telesilla el primer tramo. Y de
ahí, tomar la ruta 1 para ir al templo Yakuoin (unos 20 minutos a pie)
y, si se quiere, después acabar subiendo a la cima (otros 30-40 minutos a
pie). Esta ruta está pavimenta, es ancha y de fácil acceso entre la zona
centro y el templo. Después del templo, sin embargo, vienen algunas escaleras.
Ahora bien, si se quiere subir entera a pie (sin usar el funicular ni
telesilla) hay que tener en cuenta que justo ese primer tramo es muy
inclinado. Nosotros lo hicimos de bajada y vigilando las rodillas, la gente
que subía resoplaba. En cambio, de la zona centro hacia arriba es
asequible.
Nosotros hicimos la ruta normal de subida, pero para bajar nos apetecía
hacerlo por alguna otra.
Estuvimos mirando tanto la ruta 3 (que pasa por el bosque) como la 4 (que pasa
por un puente colgante), ambas de dificultad asequible, al menos de
bajada, y que te dejan de nuevo en la zona centro.
Una vez en la zona centro, según las fuerzas y el día que tuviéramos,
decidiríamos si bajar a pie por la ruta 1 o utilizar de nuevo el
funicular.
Además de un par de rutas difíciles, también hay un par de circulares (la
ruta 2 en la zona media y la ruta 5 en la cima), que nosotros no hicimos pero
que son fáciles.
Por último, a la largo de la ruta 1 se encuentran varios baños, tiendas y pequeños restaurantes, donde comprar algún refrigerio o comer.
Pues con toda la información, nos fuimos a Shinjuku a por el tren de la línea
Keio que nos dejaría en la estación de Takaosanguchi (430 ¥). Hay que fijarse
en subirse al que va directo, que por la misma vía pasan otros trenes que obligan a hacer trasbordo.
Si se tiene el JR Pass, hay que tener en cuenta que te deja en la estación
Takao y ahí hay que cambiar a la Keio-takao (que se paga aparte) para ir a
Takasanguchi (ver mapa de conexiones).
Una vez en la estación, nos pasamos por la oficina de turismo, cosa que
aconsejamos, y vi que una chica estaba afuera repartiendo unos mapas y dando
unas explicaciones a quienes nos acercábamos.
Por desgracia para mí, no fueron buenas noticias:
1- La ruta 4, la del puente, estaba cerrada por mantenimiento. (Es la que
habíamos escogido de bajada, pero bueno, nos quedaba la del bosque. Sin problema, nos adaptamos)
2-
El onsen, que está justo al lado de la estación, también estaba cerrado por
mantenimiento. (Aquí me dio un poco de bajona, porque el plan ideal era meterse en
remojo a la vuelta de la caminata. Una lástima, pero bueno).
3- ¡El funicular también estaba en mantenimiento! Si me vierais la cara
intentando disimular, porque la chica sonriendo me decía: ¡Pero desde el
telesilla el paisaje es precioso!
Sí, precioso... para alguien sin vértigo, claro...
En fin, no quedaba otra, si no quería empezar reventándome las piernas, tocaba
mirar al frente y aguantar los 12 minutos suspendida en el aire.
Nos fuimos paseando por el pequeño pueblo, observando las tiendas y
restaurantes que aún no estaban abiertos.
La estación del telesilla estaba casi vacía, a esas horas éramos pocos y
además era temporada baja.
Pagamos los 490 ¥ que vale el billete solo ida, con las IC card (porque además,
ahora tenía más claro que pensaba bajar a pie jajaja) y p'arriba Vero, sin
mirar apenas...
Porque a todo esto, aunque hay una red abajo, ¡no tienes sujeción! Y subes y
bajas en marcha. (Hay personas para ayudarte por si tienes dificultades)
![]() ![]() |
Al llegar, por suerte, había recompensa: los Tengu-yaki. Un taiyaki pero con
forma de tengu (una criatura divina relacionada con esta montaña) y relleno de
anko hecho con judía negra de Hokkaido (200 ¥). ¡Estaban deliciosos!
Iniciando la ruta 1, rumbo al Yakuoin, te encuentras con un parque de macacos,
al cual nosotros decidimos no entrar porque están encerrados y ofrecen
espectáculos, cosa que no nos gusta nada.
Un emblema del monte, que está justo en esta zona, es el Takosugi. Un cedro
sagrado enorme, centenario, cuyas raíces se asemejan a un pulpo. O eso
dicen.
Se cree que tocarlas trae buena suerte, pero para protegerlo han vallado esa
parte del árbol. ¿Solución? Una pequeña estatua con forma de pulpo, que han
puesto justo al lado, y que está vinculada al cedro. Así pues, tocas esa
estatua y es como si tocaras el árbol sagrado.
Por cierto, Jordi decidió que la parte vallada no era fotogénica así que no tengo imagen de ella, si es que... jeje
![]() ![]() |
Al lado había una esfera de piedra negra pulida, con un kanji, y una rueda, también de
piedra, para girar. A lo largo del camino, se encuentran varias de esas
piedras esféricas, dedicadas a los ojos, oídos, nariz, lengua, cuerpo y mente (según el
kanji que tengan escrito). Para purificar cada parte o sentido, tocas la
esfera y haces girar la rueda mientras rezas.
Después nos encontramos con la Josen-mon, la puerta de entrada a la montaña
sagrada, donde no está permitido matar a ningún animal.
Y es aquí donde confluyen los senderos de las rutas 3 y 4.
Seguimos recto, por la ruta 1, el camino pavimentado y sencillo de recorrer,
rodeados de árboles altos
Hasta que llegamos a la Otoko-zaka (cuesta de los hombres) y la Onna-zaka (cuesta
de las mujeres).
A la derecha, un cuesta suave pero larga, rodeando la subida, a la izquierda
108 escalones con bastante inclinación.
¿Por que 108? Pues según leímos, simboliza el número de tribulaciones
humanas a las que, a menudo, se hace referencia en el budismo.
Optamos por la de los hombres, y a subir escaleras se ha dicho.
Justo después de la subida, nos encontramos otras pequeñas escaleras a mano derecha. Y
eran un acceso a la Estupa de las Reliquias de Busshari, aunque la entrada principal está más adelante y en llano, donde los caminos vuelven a confluir.
De estilo hindú, alberga un hueso de Buda donado por un templo de
Tailandia.
Un tramo más de caminata y llegamos al Yakuo-in, un templo construido en el
744 (aunque ha sufrido varios reconstrucciones posteriores).
Es uno de los tres templos principales de la secta Shingon y los monjes
practican Shugendo (una forma de ascetismo en la montaña).
Se dice, desde hace mucho tiempo, que Takao es una montaña habitada
por los Tengu y existen numerosas estatuas y representaciones en todo el recinto,
tanto en su versión con nariz alargada, como con pico de pájaro.
Estas criaturas mitológicas, consideradas también kamis (divinidades), pueden
ser vistas tanto como protectores de los bosques como seres perturbadores y
peligrosos, grandes espadachines e incluso "instructores" de algún que otro
gran samurái, como la leyenda del
Monte Kurama
y Minamoto no Yoshitsune.
El recinto es grandecito y con escaleras de por medio. Como por ejemplo las
que te llevan al salón principal.
De ahí, hay otras escaleras a mano izquierda que suben hasta el salón Izuna
Gongen y que están coronadas con una torii sintoísta (de la época en la que
las dos religiones no estaban del todo separadas).
Al lado del salón budista encontramos un pequeño santuario Inari.
Y por detrás de estos podemos seguir por la ruta, a ratos pavimentada con una tarima de madera, hasta la cima.
En la cima hay un cartel indicando la altura (casi 600 m) donde todo el mundo se hacía foto. Nosotros nos
ofrecimos a hacérsela a una familia japonesa y ellos insistieron en
devolvernos el favor.
Desde allí, con suerte, se puede ver el Fuji. Y nosotros fuimos afortunados porque durante
unos breves minutos se dejó vislumbrar. ^_^ (Seguimos pensando que al Fujisan
le caemos bien, porque siempre nos deja saludarlo)
En la zona hay tiendas, restaurantes, baños, mesas para picnic... Pero como
íbamos con tiempo y sin hambre, decidimos emprender la bajada por la ruta 3,
la del bosque.
![]() ![]() |
El camino es bonito, pero a veces bastante inclinado, con raíces o escalones.
Y, en algunos tramos, muy estrecho. Ni cabe decir que hay que ir con buen
calzado y calma.
De bajada lo hicimos bien, pero los que venían de subida lo hacían resoplando
(incluso chicos jóvenes).
Bajamos con calma, porque había barro de las lluvias del día anterior, y hasta
la zona del telesilla tardamos unos 40 minutos.
Una vez ahí, bajamos por lo que quedaba de la ruta 1 hasta abajo del todo. Un camino de cemento
muy inclinado y donde había que ir clavando piernas. Ojito si se sufre de las
rodillas.
Media hora después estábamos de nuevo en el pueblo y dimos con un restaurante
muy bonito para comer:
Takahashiya.
Comimos un tempura soba calentito y súper bueno que nos devolvió todas las
energías. (1400 ¥)
Eran las 14h cuando llegamos de vuelta al pueblo y no había nada de cola para el
restaurante.
Tocaba regresar a la estación y nos sorprendió ver que justo al lado había una fuente, con
cubos y cepillos, para que la gente pudiera limpiarse el barro del calzado antes de subirse al
tren.
Era la primera vez que veíamos algo así y nos pareció muy buena idea.
A la vuelta caímos dormidos en el tren, la mañana había sido intensa pero muy
bonita. Sin duda, ésta excursión había sido todo un acierto.
Para finalizar el día, decidimos frikear un poco por el centro comercial PARCO
de Shibuya e irnos a cenar al hotel unos takoyakis comprados en nuestro local de confianza de Ameyoko. ^_^
![]() ![]() |
Tocaba irse a dormir para afrontar el último día del viaje, para el que encima daban
lluvias. A ver que planes haríamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario