5 de noviembre de 2023

Nagasaki (Zona Meganebashi, Chinatown comercial, zona de templos y santuario Suwa)

Este día nos levantamos con calma, Jordi había estado tosiendo bastante y, por desgracia, empezó a notar mucho dolor en las costillas (después supimos que sería un esguince intercostal. Y sí, te lo puedes hacer tosiendo).
Así que decidimos tomarlo con calma, hasta donde llegáramos.  
Hira y Laura querían enseñarnos la zona de Teramachi, y la primera parada fue la zona del río Nakashima, con el famoso Megane bashi (el puente de las gafas). 

zona Meganebashi

Este puente, que se construyó en 1634, es famoso porque su reflejo en el agua recuerda al de unas gafas.

zona Meganebashi

El puente actual fue reconstruido, tras su destrucción en una riada de 1982, con las piedras que recuperaron del original. 
Éste fue el primer puente de piedra del río, pero a lo largo del S.XVII fueron construyendo otros con la finalidad de unir la otra orilla con la zona de los templos. 
Así, si uno se fija, después de cada puente hay una callecita que sube y finaliza en alguno de los templos de la zona.

Aquí teníamos dos misiones. 

1: Encontrar la piedra corazón que hay en una de las laderas del río. Y tocarla para que nos traiga buena suerte. 

zona Meganebashi
zona Meganebashi

En la misión no venía incluido el pasar por las piedras pero oye, aquí hay una generación que no olvida las zamburguesas. jeje Por suerte, ninguna se movía. 

zona Meganebashi

2: Probar el famoso helado del carrito Chirin Chirin, que ya es toda una institución en Nagasaki. El sabor es normalito, de vainilla (comparado con la variedad de sabores de los helados tipo softcream), pero lo curioso es ver como va pegando, con la espátula, uno a uno los "pétalos de helado" hasta formar una bonita flor. (300¥)

zona Meganebashizona Meganebashi

Justo enfrente del Megane bashi se encuentra la famosa pastelería Shokando, proveedora oficial de kasuteras de la Casa Imperial. 
El kasutera (castella) es un bizcocho cuya receta trajeron los barcos portugueses en el S.XVI: el bizcocho de Castilla. 
La versión japonesa es muy dulce y muy esponjosa. Ahora bien, en el caso del proveedor oficial de la Casa Imperial, aparte de bueno (suponemos), no podemos decir que también sea barato. Pero si alguien quiere comer el mismo bizcocho que el emperador, ya sabe. 

zona Meganebashi

Aquí, Laura y Hira nos hablaron que hay otro tipo de kasutera aún más "único" de Nagasaki. Tomamos buena nota de ello y fijé mi objetivo en probarlo. 

Nosotros optamos por comprar el kasutera en otras tiendas, y donde sí compré fue en una pequeña tiendecita de té donde nos atendieron de maravilla, explicando la procedencia del té, los tipos, etc. Y acabé con un Houjicha buenísimo. (ver mapa)

zona Meganebashi

Después nos fuimos paseando por la calle comercial, paralela al río, llena de tiendecitas, dirección al barrio Chino Shinchi, que es el barrio Chino comercial. Por cierto, que Nagasaki fue la primera ciudad de Japón en tener barrio Chino, ya que precisamente por su cercanía a este país, fue el puerto de entrada del comercio extranjero.

Shinchi ChinatownShinchi Chinatown

Fijaros que decimos que es el barrio comercial, puesto que en esta zona (que antaño también era una isla ganada al mar) se encontraban los almacenes del comercio con China, y hoy en día está lleno de restaurantes y tiendas. 

Todo muy colorido y con sus míticas puertas, señalando el enclave.  La verdad es que la fachada del Donguri Garden (tienda Ghibli) es preciosa.

Shinchi Chinatown

Sin embargo, supimos por Laura y Hira que la zona de viviendas, donde también estuvieron recluidos los inmigrantes procedentes de China en el periodo Edo, era otro distrito cercano, hoy en día apenas visitado, pero al que nos llevarían al día siguiente. 

Aquí vinimos a lo que vinimos: ¡A comer! Y estuvimos picoteando shoronpos, rollitos de gambas y sobre todo la especialidad de la zona, kakuniman (bollitos bao rellenos de costilla de cerdo marinada). ¡Deliciosos!

Shinchi ChinatownShinchi Chinatown

Después de comer, las sensei tenían que regresar a trabajar y Jordi se encontraba muy dolorido por la tos, así que prefería ir a descansar porque no estaba disfrutando del paseo. 
Yo dudé que hacer, pero él me animó a aprovechar la tarde y mostrarle después lo que hubiera visitado, así que, me dejaron en la zona de los templos y empecé mi visita en solitario. 

Primero visité el Sofukuji, un templo precioso construido en el 1629 para la comunidad China. Y, sin duda, su aspecto es peculiar y muy llamativo. 

Sofukuji

El rojo es el color predominante, y según leí, el salón de Buda fue construido en China, desmontado y transportado hasta Nagasaki, para acabar de ensamblarlo.

Sofukuji

La entrada cuesta 300¥. Pero al llegar, la taquilla estaba cerrada y no logré encontrar una cajita o lugar donde depositar el dinero. Así que me quedé mirando las escaleras (el templo está en lo alto de la ladera), dudando si podía pasar o no, cuando justo en ese momento se me acercó una pareja de japoneses, que estaba abandonando el recinto y, muy amables y sonrientes, me insistieron en que pasara que me iba a gustar el lugar. 

Sofukuji

Gracias a su insistencia acabé disfrutando de un templo especialmente bonito y ¡casi a solas!

Esto es algo que me dejó alucinada de Nagasaki, lo poco explotada turísticamente que está. Estos templos están muy cerca del Megane bashi y Chinatown, zonas muy concurridas. Y sin embargo, durante todo el recorrido disfruté de un silencio y una tranquilidad alucinantes. ¿Número de extranjeros que vi durante toda la tarde? 0.

Empecé a caminar por la calle de los templos, aquella que conecta con los puentes, cuya ladera está llena de muros de piedra pertenecientes a los recintos templarios. 
De los muchos que hay, decidí entrar en otro templo destacado: el Kofukuji. 

Kofukuji

Por lo que cuentan, es el templo de origen Chino más antiguo de Japón (el actual es una reconstrucción), y en él se veneraba a la deidad del mar, para que los comerciantes pudieran viajar a salvo. 

Me sorprendió la amplia esplanada que hay delante del salón principal. Y como no, los diferentes salones contienen también muchos detalles de la arquitectura China, e incluso algunas decoraciones se trajeron desde allí. 

Kofukuji

La entrada cuesta 300¥ y, nuevamente, estuve prácticamente sola todo el rato. 

De ahí decidí ir caminando hasta el Santuario Suwa, a unos 15 minutos bordeando el río, así podría disfrutar de algunos de los puentes de piedra. 

Paseo por los puentes

Lo que no me esperaba yo era tener que finalizar la caminata con semejante subida de escaleras (son varios tramos).

Santuario SuwaSantuario Suwa

A este santuario acudían las prostitutas para rezar, pidiendo que lloviera para que los marineros no pudieran salir al mar y se quedaran "en su compañía". Además, en él se celebra uno de los grandes festivales de la ciudad, en octubre, en el cual se implican todos los distritos. 

Santuario Suwa

El recinto es grande e incluye un pequeño santuario Inari, eso sí, subiendo aun más escaleras. ¡Como no!

Santuario Suwa
Una curiosidad del lugar, es que fue el primero en traducir los omikujis (los papelitos que te auguran tu fortuna) al inglés, en 1914. 

La parte posterior del recinto da a un parque en el cual hay una pequeña cafetería con dulces tradicionales, a la que, por desgracia, llegué tarde porque ya cerraban. 😭

Santuario Suwa

Pero yo estaba decidida a hacerme con algo dulce ese día, así que tomé rumbo a la estación, pero no por la calle principal, si no callejeando un poco.

Callejeando

Una vez llegado al destino, derechita al centro comercial (que tienen todas las grandes estaciones) en busca de la sección de comida/dulces (normalmente en el sótano o planta baja). 

Centro comercial estación

Allí me hice con unos kasuteras tradicionales y con los especiales de Nagasaki: el momo kasutera. 

Momo significa melocotón, y es la forma que le dan al bizcocho aunque realmente no sabe a melocotón (Jordi dice que esto es publicidad engañosa jeje). En China simboliza la longevidad, y en Nagasaki se ha fusionado ese símbolo chino con nuestro bizcocho para dar forma a un dulce tradicional que se regala, sobre todo, el día de las niñas (3 de marzo) aunque se puede encontrar todo el año a la venta. 

Centro comercial estación

Decidí comprar unos grandecitos para compartir con Laura y Hira en el desayuno del día siguiente y así hacer una cata. ¿Estaría más bueno el momo kasutera, como afirmaba Laura?

Y ahora sí, pa casita a ver que tal iba Jordi y a disfrutar del mejor curry que existe: 




2 comentarios:

  1. Se agradece todo el esfuerzo que pones en redactar al dedillo cada paso que das en Japón. Una pena lo de Jordi, pero bueno una "escusa" más para volver lo más pronto posible ;)

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    Respuestas
    1. Muchas gracias!!! Avanzo poco a poco, por diversas circunstancias, pero me gusta contarlo, sobre todo las zonas menos conocidas, por si sirve de ayuda.
      Seguro que a la próxima Jordi puede disfrutar de la ciudad 😎
      Gracias por leernos!

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