Este día tocaba pasarse 5 horas en tren y hacer varios transbordos, así que optamos por madrugar y descansar en los Shinkansens.
Teníamos la ilusión de poder llegar a Kawaguchiko con tiempo suficiente para poder hacer alguna excursión en la zona, ya que quedó pendiente en nuestro primer viaje.
Sin embargo, el día amaneció lluvioso en Kyoto y la situación no mejoró en la zona del Fuji. Con sinceridad, esto fue cuanto vimos del gran símbolo japonés, ese día:
Gran parte de los trayectos fueron con normalidad. Solo tuvimos un pequeño problema en el último transbordo en Hachioji, puesto que, con poco tiempo para realizar el cambio, vimos que no estaba anunciado el tren a Kawaguchiko.
Por suerte le preguntamos a un trabajador que nos pudo indicar y corrimos cuanto pudimos para llegar a tiempo. Habíamos escogido ir en el Narita Express, un servicio "raro" que tiene esta línea, en que algunos días alarga algún trayecto hasta Kawaguchiko ahorrándote otro transbordo mas en Otsuki, y por el motivo que sea, no lo tenían anunciado como tal, sino con la línea que suele hacer normalmente ese trayecto hasta Otsuki... en fin, un lío, pero lo logramos. jeje
En Kawaguchiko tuvimos que pagar lo que cuesta el tramo desde Otsuki, puesto que son unas vías que no pertenecen a la compañía JR. Vamos, que aunque te lleve el Narita Express, ese último tramo se paga al llegar (1120 yens por persona).
Como nos temíamos, el Fuji no se veía. Pero todavía podíamos ir a hacer las excursiones, ¿no? ¡Pues no! En la Oficina de Turismo nos informan que hay una maratón ese día y que hasta las 15h no habrá servicio de buses en toda nuestra zona, ni tampoco podrán circular los shuttles de los hoteles.
Así que tocaba ir a pie hasta el hotel y decidir que nos daría tiempo a ver desde las 15h hasta que se pusiera el sol, sobre las 17h.
La verdad es que Kawaguchiko en sí, bonito, lo que es bonito... como que no es. Un lago urbanizado sin mucha estética.
Lo que nos llamó la atención fue ver que los japoneses no solo se visten igual o se disfrazan para ir al parque de atracciones:
Llegamos un poco antes de la hora del check-in, así que dejamos la mochila en recepción y nos fuimos a comprar la comida, cena y desayuno. ¡Todo en uno! Porque muchos restaurantes alrededor tampoco vimos y, como explicamos en el post de alojamientos, la opción tradicional que ofrecía el hotel no era lo nuestro.
Fue justo ese momento en el que empezó a llover y, tras consultar el pronóstico, no parecía que fuera a mejorar en todo el día. Nuestra idea de esperar a las 15h para tomar el bus y hacer excursiones al aire libre se acababa de esfumar.
Podía haberme dado un bajón emocional al ver de nuevo truncados los planes en el Fuji, pero no hay mal que por bien no venga. Vi clara la alternativa: ¡Día de onsens! Me lo iba a pasar en remojo. jeje
Por suerte la habitación era amplia y la TV todo un entretenimiento (no se puede visitar Japón y no mirar algún rato la tele... Es un descojone, de verdad).
Comimos con calma, descansamos un poco y planifiqué el orden de visita para todos los onsens que tenía el hotel.
Primero me fui sola, en yukata y con la bolsita "del onsen" que había en la habitación (con toalla y cepillo de dientes) a uno de los dos rotenburos (onsens con zona exterior).
Los cambiadores son impresionantes, con todo tipo de lujos y detalles: secadores, peines de un solo uso, desmaquillantes, cremas, etc.
Después tienen una pequeña zona interior donde ducharse (ver consejos para ir a onsen) y con una "piscina" de agua termal, pero lo mejor para mí era la zona exterior: Un jardín con varias "bañeras" en las que poder ir entrando. Un espacio para rendirte a la relajación.
Mas tarde, volví para entrar al otro rotenburo puesto que a las 19h los cierran para limpiar y al reabrir cambian el acceso: el que era de chicas pasaba a ser el de chicos y viceversa. Así los clientes podíamos disfrutar de los dos ambientes. ¡Y bajar de nuevo fue todo un acierto!
Si el primer rotenburo me pareció bonito, el segundo era una maravilla. ¡Tenía incluso una pequeña cascada! Eso, sumado al ambiente nocturno junto con las lámparas...
Por desgracia había gente y no pude hacer fotos, dejo las de la web del hotel:
Entre medias de ambos, fuimos al onsen privado (también al aire libre). El único donde puedes estar junto a tu pareja y a solas.
En este caso, el privado se tenía que pagar a parte (3240 yens) e hicimos la reserva nada mas llegar al hotel. Nos mostraron fotos de los dos que hay, puesto que son algo diferentes, y las horas disponibles. Nuevamente, optamos por una hora en que ya hubiera anochecido (18h) para disfrutar del ambiente nocturno que tanto me gusta.
Tiene un pequeño tocador con todo lo necesario y lo único malo es que las duchas están afuera. Creo que no he visto nunca a Jordi ducharse tan rápido. jeje
Pero una vez dentro del agua, escuchando llover, con la iluminación de las lámparas... relax total.
Y así transcurrió nuestro primer día en la zona del Fuji. Podríamos verlo como una "decepción", pero nosotros nos quedamos con lo bueno: onsens, risas viendo la TV, descanso y... ¿He dicho onsens? jeje Como me gustan...
Eso sí, a dormir me fui deseando que mejorara el tiempo. Me había dejado un onsen por probar... el que tenía vistas al Fuji, y no me lo quería perder.
*Nota: Si se quiere visitar Los Cinco Lagos sin tener que controlar horarios de buses y abarcar más lugares, se puede realizar un tour en coche con guía es Español. Os podemos recomendar Turismo Victoria, nosotros fuimos con ellos en 2018 y son geniales (leer nuestra experiencia).
Teníamos la ilusión de poder llegar a Kawaguchiko con tiempo suficiente para poder hacer alguna excursión en la zona, ya que quedó pendiente en nuestro primer viaje.
Sin embargo, el día amaneció lluvioso en Kyoto y la situación no mejoró en la zona del Fuji. Con sinceridad, esto fue cuanto vimos del gran símbolo japonés, ese día:
Gran parte de los trayectos fueron con normalidad. Solo tuvimos un pequeño problema en el último transbordo en Hachioji, puesto que, con poco tiempo para realizar el cambio, vimos que no estaba anunciado el tren a Kawaguchiko.
Por suerte le preguntamos a un trabajador que nos pudo indicar y corrimos cuanto pudimos para llegar a tiempo. Habíamos escogido ir en el Narita Express, un servicio "raro" que tiene esta línea, en que algunos días alarga algún trayecto hasta Kawaguchiko ahorrándote otro transbordo mas en Otsuki, y por el motivo que sea, no lo tenían anunciado como tal, sino con la línea que suele hacer normalmente ese trayecto hasta Otsuki... en fin, un lío, pero lo logramos. jeje
En Kawaguchiko tuvimos que pagar lo que cuesta el tramo desde Otsuki, puesto que son unas vías que no pertenecen a la compañía JR. Vamos, que aunque te lleve el Narita Express, ese último tramo se paga al llegar (1120 yens por persona).
Como nos temíamos, el Fuji no se veía. Pero todavía podíamos ir a hacer las excursiones, ¿no? ¡Pues no! En la Oficina de Turismo nos informan que hay una maratón ese día y que hasta las 15h no habrá servicio de buses en toda nuestra zona, ni tampoco podrán circular los shuttles de los hoteles.
Así que tocaba ir a pie hasta el hotel y decidir que nos daría tiempo a ver desde las 15h hasta que se pusiera el sol, sobre las 17h.
La verdad es que Kawaguchiko en sí, bonito, lo que es bonito... como que no es. Un lago urbanizado sin mucha estética.
Lo que nos llamó la atención fue ver que los japoneses no solo se visten igual o se disfrazan para ir al parque de atracciones:
Llegamos un poco antes de la hora del check-in, así que dejamos la mochila en recepción y nos fuimos a comprar la comida, cena y desayuno. ¡Todo en uno! Porque muchos restaurantes alrededor tampoco vimos y, como explicamos en el post de alojamientos, la opción tradicional que ofrecía el hotel no era lo nuestro.
Fue justo ese momento en el que empezó a llover y, tras consultar el pronóstico, no parecía que fuera a mejorar en todo el día. Nuestra idea de esperar a las 15h para tomar el bus y hacer excursiones al aire libre se acababa de esfumar.
Podía haberme dado un bajón emocional al ver de nuevo truncados los planes en el Fuji, pero no hay mal que por bien no venga. Vi clara la alternativa: ¡Día de onsens! Me lo iba a pasar en remojo. jeje
Por suerte la habitación era amplia y la TV todo un entretenimiento (no se puede visitar Japón y no mirar algún rato la tele... Es un descojone, de verdad).
Comimos con calma, descansamos un poco y planifiqué el orden de visita para todos los onsens que tenía el hotel.
Primero me fui sola, en yukata y con la bolsita "del onsen" que había en la habitación (con toalla y cepillo de dientes) a uno de los dos rotenburos (onsens con zona exterior).
Los cambiadores son impresionantes, con todo tipo de lujos y detalles: secadores, peines de un solo uso, desmaquillantes, cremas, etc.
Después tienen una pequeña zona interior donde ducharse (ver consejos para ir a onsen) y con una "piscina" de agua termal, pero lo mejor para mí era la zona exterior: Un jardín con varias "bañeras" en las que poder ir entrando. Un espacio para rendirte a la relajación.
Mas tarde, volví para entrar al otro rotenburo puesto que a las 19h los cierran para limpiar y al reabrir cambian el acceso: el que era de chicas pasaba a ser el de chicos y viceversa. Así los clientes podíamos disfrutar de los dos ambientes. ¡Y bajar de nuevo fue todo un acierto!
Si el primer rotenburo me pareció bonito, el segundo era una maravilla. ¡Tenía incluso una pequeña cascada! Eso, sumado al ambiente nocturno junto con las lámparas...
Por desgracia había gente y no pude hacer fotos, dejo las de la web del hotel:
Entre medias de ambos, fuimos al onsen privado (también al aire libre). El único donde puedes estar junto a tu pareja y a solas.
En este caso, el privado se tenía que pagar a parte (3240 yens) e hicimos la reserva nada mas llegar al hotel. Nos mostraron fotos de los dos que hay, puesto que son algo diferentes, y las horas disponibles. Nuevamente, optamos por una hora en que ya hubiera anochecido (18h) para disfrutar del ambiente nocturno que tanto me gusta.
Tiene un pequeño tocador con todo lo necesario y lo único malo es que las duchas están afuera. Creo que no he visto nunca a Jordi ducharse tan rápido. jeje
Pero una vez dentro del agua, escuchando llover, con la iluminación de las lámparas... relax total.
Y así transcurrió nuestro primer día en la zona del Fuji. Podríamos verlo como una "decepción", pero nosotros nos quedamos con lo bueno: onsens, risas viendo la TV, descanso y... ¿He dicho onsens? jeje Como me gustan...
Eso sí, a dormir me fui deseando que mejorara el tiempo. Me había dejado un onsen por probar... el que tenía vistas al Fuji, y no me lo quería perder.
*Nota: Si se quiere visitar Los Cinco Lagos sin tener que controlar horarios de buses y abarcar más lugares, se puede realizar un tour en coche con guía es Español. Os podemos recomendar Turismo Victoria, nosotros fuimos con ellos en 2018 y son geniales (leer nuestra experiencia).
Contra el mal tiempo poco se puede hacer pero el plan B tampoco estuvo mal. A nosotros en todos los viajes largos hay un día que nos apetece tomarlo mas de relax y la verdad es que se agradece entre tanta visita.
ResponderEliminarNosotros en viajes tan largos nos hemos dado cuenta de lo mismo...meter algo de relax porque si no petas...
EliminarNo estuvo nada mal no jeje ;)
Al mal tiempo buena cara, no queda otra. Estupenda alternativa la que buscaste. Una pasada los onsens. Vaya rabia saber que el Fuji está ahí y que no puedes verlo, argggg! EN cuanto a lo de descansar un poco no viene mal, en Japón había días que pensaba que iba a morir del ritmazo que llevábamos!! Un besote :)
ResponderEliminarSiempre viene bien un descanso en estos viajes jeje y si es con onsen mejor G_G eso sí...no era verano, como en tu caso xD
Eliminarun abrazo!