Esta escapada surgió de improviso un par de semanas antes de Navidad.
Eran unos días que pasábamos con mis suegros y como no teníamos claro parte de sus regalos navideños decidimos darles una sorpresa e invitarles a pasar un par de días en Carcassonne, concretamente: ¡Nochebuena y Navidad!
Así que a toda prisa comprobé que había alojamiento barato y contacté con las oficinas de turismo, tanto de Francia como de Carcassonne, a las que he de agradecer toda la información que me mandaron. No solo una mini guía turística y mapa, si no también el planning de actividades navideñas y una lista de los restaurantes que abrían esas jornadas especiales.
¡Los restaurantes! Tenía claro que no me la quería jugar, y empecé a escribir para reservar. Logré reservar la comida del 24 (la mayoría abren, no hay problema) y la del 25 (algunos cierran o hacen menús especiales bastante caros, pero otros mantienen precios). Pero en nochebuena... cierran (o hacen cenas muy caras). Vale, es normal, pero no hay nada que no se pueda solucionar. ;) Y es que nuestro alojamiento eran habitaciones tipo apartamento así que teníamos una mini cocina.
Nos llevamos a mis suegros, la bolsa isotérmica con la cena y mucha ilusión y en dos horas y media en coche nos plantamos en Carcassonne.






