29 de agosto de 2019

Durmiendo en una cabaña en los árboles

Este año, para nuestro aniversario, me apetecía darle una sorpresa a Jordi pasando una noche especial. 
Hacía tiempo que varias amistades me recomendaban la experiencia de dormir en unas cabañas en los árboles, en mitad de la naturaleza, en la provincia de Girona. 
Aunque pueda sonar "poco romántico", la verdad es que han conseguido el equilibrio perfecto entre respetar la naturaleza y alojamiento ecológico, con ambiente romántico, comodidad y paisajes increíbles. 


Y aunque yo no había oído hablar de ellas hasta hace no mucho, decir que sí son conocidas, y que reservar una noche de viernes o sábado es casi imposible porque están reservados hasta con un año de antelación. ¡Alucinante! Yo conseguí reservar para la noche de domingo, y lo hice 6 meses antes...
En este post queremos compartir la información sobre este original alojamiento, así como nuestra experiencia, por si sirve de inspiración para otras parejas. 

Este complejo de cabañas se encuentra en las Guillerías, un macizo ubicado al lado de la población  de Sant Hilari Sacalm, famosa por sus nacimientos de agua mineral, a una hora y media en coche desde Barcelona. 
El complejo se compone por una masía, donde está la recepción, las duchas, piscina, el spa y el servicio de bar, y de 10 cabañas distribuidas por el bosque, a las cuales se accede a pie, tras una caminata, aunque algunas disponen de acceso en coche. 

Como hemos comentado, las duchas están en la masía, puesto que las cabañas son alojamiento ecológico, no disponen de agua corriente ni luz. ¡Pero no os preocupéis! Disponen de todo lo necesario para pasar una cómoda noche: Agua mineral para consumo, agua para asearse, WC seco (con serrín), linternas y frontales a pilas, walkie talkie para comunicarse con recepción y al igual que un hotel, cama enorme con todo detalle, set de té y café con un termo de agua caliente y estufa para las épocas de frío. 


En su web se puede ver las fichas con detalles de cada una de las cabañas. Y si hacemos clic en cada una de ellas, se pueden ver más fotos y el calendario de disponibilidad. 
Detalles en los que nos fijamos para decidir cual escoger: 
  • Vistas: Prefería alguna con bonitas vistas de montaña, así que las que daban al Montseny me parecieron muy buena opción. 
  • Distancia de la masía y poder aparcar cerca: Parte de la aventura, para mí, era el tener que buscar la cabaña por el bosque, así que, por un lado no quería que estuviera muy cerca de masía (hay una literalmente al lado), pero por otro, que tuviera acceso en coche por si llegado el día yo no me encontraba en condiciones de hacer senderismo (algunos ya sabréis que tengo Esclerosis Múltiple y mi condición física puede verse mermada sin previo aviso).
  • Tipo de cabaña: Si se ve al detalle el interior de cada cabaña, algunas tienen un tronco atravesándolas y otras no. Eso se debe a que escogen la ubicación de la cabaña y entonces, en base a los árboles de la zona, adaptan el anclaje (nunca se adapta el medio a la cabaña, siempre a la inversa). De esta forma, algunas están propiamente en un árbol (con el tronco de por medio) y otras están suspendidas en el aire, con anclajes que van a varios troncos de alrededor (estas suelen tener más espacio interior). A mí me hacía más ilusión una de las primeras. 
Cumpliendo estos requisitos encontré dos cabañas: Cargolet y Mallarenga (todo son nombres de aves de la región). Ambas están en la misma zona, una al lado de la otra. Pero viendo las fotos de las vistas, escogí la Cargolet, que resultó ser la que estaba más arriba de la loma. 
Por cierto, ambas son las que se encuentran a mayor altura del suelo: ¡¡8m!! 

*Nota: Aunque hay cabañas para más de 2 personas, hay que tener en cuenta que no se aceptan menores de 10 años, por temas de seguridad. 

En cuanto a los precios y lo que entra, la verdad es que no es barato (ver web), pero creemos que es una noche especial, en un entorno precioso y en un alojamiento no solo bonito, sino que encima respeta la naturaleza. Vamos, que desde nuestro punto de vista lo vale. 
Fuimos en temporada alta y una sola noche, en la que entra desayuno: 173€. 
Como extra, añadimos la cena. Porque, aunque se puede llevar, era nuestra noche especial así que... En la web se puede consultar el menú, y unos días antes te preguntan que escoges, para poder tenerlo preparado. El precio de la cena es de 26€ por persona, con botella de vino incluida, y te la llevan a la cabaña de una forma especial. 
También se pueden contratar otros extras, como cava, bombones, el spa... 

Bien, como he comentado, todo esto era sorpresa para Jordi, que condujo el coche hasta la zona sin tener ni idea y empezó a extrañarse mucho cuando tocó tomar un desvío de tierra: ¿Donde me estás llevando? Esa fue su frase. jeje 
Al llegar vio lo de "cabañas" pero por suerte no se fijó en otro cartel que ponía en los árboles. Así que llegó totalmente engañado hasta la recepción en la masía. 


Allí una chica muy maja empezó a darnos los detalles y recordarnos las normas de seguridad y medioambientales, fue entonces cuando, al salir, Jordi soltó: ¡Que la cabaña está en un árbol! Reconozco que me hizo ilusión darle semejante sorpresa. jeje 
Y también nos preguntó por el tipo de desayuno que queríamos, optamos por el embutido de la zona. 

Pues nada, con nuestra mochila para pasar la noche y el cesto de mimbre con: frontales, pilas, walkie-talkie, la llave y el mapa de la ubicación de las cabañas... ¡p'allí que nos fuimos! (por suerte me encontraba bien y pudimos hacer la caminata por en medio del bosque). 


























Cada cabaña está indicada con un color y las iniciales, a la entrada hay un cartel con la explicación de la especie a la cual pertenece su nombre. 
Para llegar a la Cargolet pasamos al lado de otras cabañas, cruzamos algún puente colgante... La verdad es que fue divertido y el bosque donde se ubican es realmente bonito, cuidado y tranquilo, nada de ruidos más allá de los de la naturaleza.
*Nota: nada de ir en zapatitos...


El acceso a nuestra cabaña se hacía mediante otro puente colgante. 


Y una vez en ella alucinamos con lo espaciosa que era, los detalles tan bien cuidados y la bonita terraza que tenía. 


Lo único que a Jordi no le hacía mucha gracia era lo del WC y la poca intimidad jeje pero vamos, que para una noche está genial.


A mí me gustó todo en general, me encontré muy cómoda, en especial tomando un té con las pedazo de vistas. 


A la hora convenida, escuchamos un ruido metálico debajo de la cabaña: ¡Había llegado la cena! 
Y es que como dijo la chica: ¡No se os avisará! (vamos que te dejan total intimidad) 
Ellos llegan, cuelgan una cesta y tu ya la subirás cuando quieras. Eso sí, también hay hora límite, porque pasan a recogerlas. 



Dentro de la cesta viene de todo: mantel, cubiertos, los termos con la comida, bebida, y las instrucciones de como recogerlo todo. 


La verdad es que estaba todo muy bueno, en especial las cremas y los segundos. Valió la pena no complicarse y darse el lujo de la cena.


























Por la noche notamos algo de movimiento del árbol, porque cerca de allí hubo algo de tormentas, pero ya nos habían avisado que no nos asustáramos, que ese movimiento era normal. Así que pudimos descansar y dormir bien. La cama era realmente cómoda. 


Por la mañana nos levantamos tranquilamente a esperar que llegara el desayuno, de la misma forma que llegó la cena. Y nuevamente, todo muy bueno. 


Nos hubiera gustado ir con más calma, pero tras consultar el tiempo y ver que se levantaba bastante viento, decidimos no demorarnos en dejar la cabaña y bajar para hacer el checkout. Todo un acierto, porque tal cual entramos en el coche empezó a llover. Se nos vino encima temporal y decidimos regresar a casa, así que no pudimos explorar los alrededores. 


Aún así, la escapada romántica mereció la pena y la recomendamos 100%.
Un alojamiento especial más un entorno precioso igual a: ¡Una experiencia única! ^_^ 






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