Safari Tanzania: Zona protegida de Ngorongoro

Patrimonio mundial, sin duda Ngorongoro es una de las zonas más conocidas, junto con Serengeti. 

Y después de tantos documentales vistos a lo largo de mi vida, las expectativas sobre la zona que alberga una de las mayores concentraciones de fauna de África eran altas... ¿Se verían éstas cumplidas?

Ese día madrugamos porque teníamos que llegar hasta el parque del Serengeti para dormir, pero Ngorongoro está muy cerca de Karatu y en menos de una hora ya estábamos en la entrada. Allí, nuestro guía, Lázaro, nos habló de nuevo de las peculiaridades de esa zona, el tipo de animales que había y que la estrella del lugar, aunque difícil de ver, es el rinoceronte negro. ¿Tendríamos suerte?

Aunque la parte más famosa es la del cráter, la zona protegida tiene más de 8000 km cuadrados, y de subida pudimos disfrutar del paisaje del bosque tropical que lo rodea.

Paramos en un mirador donde las vistas al cráter y a sus 20km de diámetro son realmente espectaculares. 

Una vez dentro de él empiezas a alucinar, en serio. Porque la zona es pequeña comparada con otros parques y está limitada por las paredes del cráter y por tanto los animales están muy cerca de ti. Por todos lados... 

Vimos muchas cebras y ñus, que además no emigran a diferencia de las del Serengeti. 

Y empezamos a diferenciar la pequeña gacela de Thompson.

De la gacela de Grant. A ambas especies es fácil verlas juntas. 

Se nos acercaron varias hienas y me di cuenta que las encontraba muy bonitas ¿Porque no le gustan a la gente? Son muy graciosas... Creo que la película del Rey León no les hizo justicia. jeje 

Volvimos a contemplar a los majestuosos elefantes, aunque en grupos más reducidos que en Tarangire. 

Y Lázaro empezó a introducirnos en el mundo de las aves, mientras nos mostraba grullas, avutardas...

Y el lago lleno de flamencos rosas. 

Esta vez también pudimos disfrutar de cerca de los enormes búfalos y de los graciosos facoqueros o "Pumbas". 

Además vimos algún grupo de leonas y leones jóvenes, así como una leona deambulando a la que cierto grupo de gacelas Thompson parecían trollear siguiéndola en cada cambio de dirección... No tenemos claro si eran muy listas o muy tontas, pero al menos la leona acabó pasando de ellas.

Gacelas esperando a que la leona decida hacia donde ir, para seguirla...

En cuanto a la estrella, el rinoceronte negro, pudimos verlos en dos ocasiones (en una era un grupo de tres), pero siempre a lo lejos. Aún así, ponemos foto para que conste que verlo, lo vimos.
Aquí agradecimos los binoculares (aunque Lázaro también llevaba unos que nos dejaba) y el teleobjetivo de la cámara. ¡Menuda vista nuestro guía masai! Cualquiera hubiéramos visto simples rocas.

En el centro, detrás de los búfalos, 3 rinos, uno de ellos en pie

En el centro un rino estirado

Para comer nos llevó a la zona de picnic, donde hay también baños. Esta vez resultaba ser al lado de un mini lago con hipopótamos dentro. Al principio nos dio reparo salir, que esos animalicos son de los más peligrosos, pero nos dijeron que no nos preocupáramos, que se mantendrían dentro del agua. Y la verdad es que el resto de coches con turistas también paraban allí.

La zona es muy bonita, pero nuestros guías, a diferencia del resto, nos dijeron de comer dentro del coche a la vez que señalaban un grupo de aves rapaces que frecuentan el lugar.
Nos pareció bien, teníamos claro que ellos eran los que sabían del tema y que por algo lo dirían. Bien, que se lo digan al japonés que poco después salió de su coche con la comida en la mano... Madre que rasante le pegó el aguilucho. Si te pillan con esas garras no quiero saber yo como te dejan la mano. Lo que nos sorprende es que otros guías no adviertan o tomen las mismas precauciones.

Nosotros comimos tranquilos, y disfrutando de la visita de unos coloridos e inofensivos pajarillos que se iban asomando al coche y entrando dentro a cotillear. Jordi disfrutó mucho haciéndoles fotos.
Hay que resistir tentaciones y no darles comida porque es perjudicial para ellos.

Tras la comida dimos otra vuelta por el cráter y nos paramos un buen rato a observar un intento de cacería por parte de un grupo de leonas.

Empezaron a acercarse muy lentamente a un par de búfalos que estaban acostados. Ver las maniobras de aproximación fue muy interesante, como se coordinan, las diferentes posiciones que toman... Lázaro nos las iba señalando y explicando.

Solo se ve una leona, pero había varias agazapadas en diferentes posiciones.

El tema es que, cuando ya estaban cerca, los búfalos las olieron (¿cambio de viento?), y se levantaron corriendo rumbo al resto de la manada.

¡Corre que no escape!

Las leonas intentaron atraparlos antes de que alertaran al resto pero fue tarde. Cuando se dieron cuenta tenían a todo el grupo de búfalos corriendo hacia ellas (es un animal muy peligroso que puede matarlas) así que tocó frenar en seco y ¡huir pies para que os quiero!
La secuencia de fotos es muy graciosa.

¡Abortar misión, repito abortar misión!

¡Corre Simba correeeee!

No siempre les sale bien la jugada a los depredadores, y ver a las leonas huyendo de los búfalos no deja de ser curioso.
Para ese entonces toda la explanada se había enterado de sus intenciones y las manadas de ñus y cebras las miraban atentamente. Ya no tenían nada que hacer allí, así que se fueron alejando hacia los humedales, donde se miraron y valoraron a un hipopótamo pero descartaron la idea.

Cuando el resto de la planicie observa el espectáculo...

No se yo si a estas alturas merece la pena...que hemos corrido mucho ya...

Habíamos pasado un buen rato observando la jugada y ya llevábamos casi 5h de safari, así que tocaba abandonar el parque para encarar las casi 3h hasta nuestro siguiente alojamiento.
Antes de salir del cráter nos encontramos con una simpática imagen: dos chacales jugando. ^_^

De camino al Serengeti pasamos cerca de muchos poblados masai y vimos muchos niños con los rebaños de ganado. De modo que seguimos comentando y aprendiendo sobre su cultura y situación actual con nuestro guía masai (¡Quien mejor para ello!) y las 3 horas se nos hicieron muy amenas.
De llegada al nuevo parque todavía pudimos aprovechar algo de tiempo para hacer un mini safari, pero eso lo comentaremos en el post sobre el Serengeti.
En este, nos quedamos con los preciosos y variados paisajes del Ngorongoro y la proximidad de los avistamientos.