14 de julio de 2016

Excursións no Xurés (VII): Ruta Lobios-Vila Termal Río Caldo

En esta entrada volvemos a adentrarnos en las rutas de senderismo del Parque Natural Baixa Limia-Serra do Xurés, para mostrar una bastante fácil de realizar, con un sendero nada difícil y unas vistas estupendas.
En ella contemplaremos el paisaje del valle del río Caldo, cruzaremos bosques y pasearemos por pequeñas aldeas típicas de Galicia.


Aunque nosotros, en realidad, no la hicimos entera.
La ruta sale desde Lobios y llega a la Vila Termal de Río Caldo (mas información en el post Aldeas do Xurés III). 
Pero, como se puede ver en la imagen siguiente, el tramo desde Lobios hasta la ermita de San Roque, a pesar de estar cerca, es la subida mas fuerte y decidimos saltárnosla. Nosotros salimos desde arriba, en San Roque, hasta el Balneario.

Según la información de los carteles (ampliar imagen), la ruta dura 3 horas y son casi 9 km, pero nosotros tardamos 2 horas (a un paso normal, disfrutando de las vistas) y nos ahorramos poco mas de un km, pero siendo la peor de las subidas del camino. En el resto de la ruta hay un par de subidas mas pero nada difíciles (yo no suelo hacer senderismo y no tuve problemas).


En el cartel también se puede ver que la señalización de este camino es verde y blanca, y se encuentra en postes de madera. Hay que recordar que si está en X significa que ese no es el desvío a tomar. A veces parece el mas obvio pero no... hay que fijarse.
Y aunque sea Galicia, para los que vengan de afuera, ¡pica el sol! Y en verano mucho... A poder ser hay que evitar las horas de sol mas fuertes, ponerse crema y gorra, y llevar calzado cerrado porque hay zonas boscosas y puede haber algunos riachuelos embarrando el camino, y proveerse de agua porque no hay muchas fuentes en esta ruta.

Iniciamos la caminata atravesando el frondoso bosque que rodea la ermita.


Al poco llegamos a un camino abierto que nos empieza a mostrar las vistas del valle. Allí tomamos un pequeño desvío de la ruta (unos 500m), siguiendo la señal de "Miradoiro da Piteira", que nos llevó a un mirador precioso con merendero. 
Desde allí podemos contemplar el valle del Río Caldo y parte del embalse de Lindoso, que por suerte estaba lleno y daba la sensación de ser un lago. Como mi padre ya lo conocía, había planificado desayunar aquí tranquilamente, disfrutando del paisaje.


Tras tomarnos el refrigerio regresamos por el mismo sendero para retomar la ruta. Al llegar al cartel "Cruceiro de Cima da Vila" no hay que seguir la dirección que indica, puesto que nos lleva al pueblo, si no que hay que tomar un sendero de tierra hacia la derecha. A partir de ahí, tan solo es seguir las indicaciones de los postes de la ruta.

Gran parte del recorrido es a cielo abierto, pasando por tramos en que los árboles vuelven a rodearnos y las vistas de las montañas siguen siendo estupendas. 
Con suerte podremos ver alguna de las águilas que viven en la zona o incluso cruzarnos con algún corzo (ciervo). A mi padre le ha pasado alguna vez.


























Antes de llegar a Vilameá se pasa por un tramo asfaltado, no mucho rato y apenas transitado.
Un pequeño puente rodeado de árboles con las frescas aguas del río nos dio la bienvenida a la aldea de Vilameá, una hora y media después del inicio de la ruta.


Al entrar en el pueblo giramos a mano izquierda, pasando por una fuente/lavadero, de esas típicas de los pueblos donde antaño nuestras abuelas venían a lavar (yo aun recuerdo haber ido alguna vez). Aquí aprovechamos para refrescarnos y beber un poco de agua antes de seguir hacia arriba del pueblo, donde acabamos llegando a la carretera teniéndola que cruzar.


Una vez cruzamos, nos encontramos de frente con una capilla, allí giramos a la derecha para seguir cruzando el pueblo (si seguimos hacia arriba hay otra ruta que es la de los Molinos).


Al final regresamos a un pequeño camino que se adentra en un espeso bosque y que nos llevó hasta el balneario por la antigua Vía Romana.


Cerca del desvío, marcado con un cartel como "Vila Termal", nos encontramos con un cruceiro muy antiguo.


El desvío nos metió por un sendero de bosque cerrado y en bajada, nada fuerte pero hay que vigilar no resbalar con las hojas de los árboles. 
Finalmente, nuestra meta: El Balneario de Río Caldo.

Río Caldo

A nosotros nos vinieron a buscar en coche y nos trajeron ropa de recambio. Mientras tomamos algo en el bar del balneario aprovechamos para cambiarnos en los baños, porque luego íbamos a comer con unos amigos. 
Y aunque esta vez habíamos quedado para ir a Portugal, realmente quedarse a comer en el propio balneario es una muy buena opción, puesto que tienen un buffet de mediodía bueno y bien de precio.

Y hasta aquí una mañana preciosa rodeados de nuevo de los maravillosos paisajes do Xurés.





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