Castromao y Vilanova dos Infantes (Celanova)

En nuestra anterior escapada a Celanova, nos quedaron pendientes un par de visitas: El yacimiento Castrexo y la aldea medieval de Vilanova dos Infantes.

Aprovechando el buen tiempo que nos hizo la primera semana de nuestras vacaciones veraniegas, me puse a buscar información para hacer las visitas por nuestra cuenta.

Pero como no encontraba mucha información, sobre todo del castro, me decidí a preguntar a la Fundación Curros Enriquez, que anteriormente nos hizo la visita guiada al Monasterio.

Nos contestó tanto la fundación como Susana, la guía de turismo de Vilanova, informándonos de las opciones que teníamos:

1- Visita por nuestra cuenta a ambos lugares. Con horarios de apertura de la Torre de Vilanova y su precio (1€)

2- Visita guiada a Vilanova incluida la torre (2€) y Castromao por nuestra cuenta. Varios días a la semana y varios horarios. No los pongo porque pueden variar, así que es mejor preguntar.

3- Los domingos de verano ofrecen visitas guiadas a ambos lugares por 3€, pero se ha de juntar mínimo un grupo de 10 personas.

Lo valoramos y la verdad es que nos apetecía visitar el castro con alguien que nos explicara un poco, mas allá de ver piedras, y no nos pareció caro. Así que nos apuntamos y tuvimos suerte de que para ese domingo consiguieron juntar un grupo y realizar la visita.

La ruta sale desde la plaza de Celanova y se ha de realizar en coche privado. Aunque si no se dispone de él podéis preguntar a la guía, ese día hizo el favor de llevar a dos personas.

La primera parada es Castromao, uno de los yacimientos arqueológicos castrexos mas importantes del noroeste de la península.

Su importancia radica en su antigüedad y persistencia en el tiempo (al menos desde el siglo V a.c. hasta el siglo II d.c) y en la riqueza documental que se ha obtenido a raíz de sus excavaciones.
La pieza mas importante es la "Tessera Hospitalis" del año 132 d.c que plasma el pacto de hospitalidad entre los habitantes de Castromao, llamados coalerni, y los romanos.

Ir con guía fue buena idea, porque al llegar solo ves 4 casas y piensas que es es todo cuanto hay. Sin embargo hay que seguir por el camino (mas o menos abierto según la temporada), sortear una valla por un agujero... y al fin llegas al resto del yacimiento.
Nos pareció un poco rebuscado el acceso y además veréis unas placas, preparadas para albergar carteles explicativos, en varios puntos pero sin usar.
Susana nos comentó que hay un plan para poner explicaciones y que espera se abra de nuevo una puerta de acceso mas normal.
Mientras, si queréis acercaros, ya sabéis, no os quedéis al inicio. Buscad el resto. ;)

Pudimos diferenciar la zona mas antigua y castrexa, de la zona mas romanizada. También observamos su emplazamiento estratégico, en cima de una colina, y aprendimos que era una sociedad muy diferente a la romana, sin grandes comodidades, ni edificios con función religiosa o social... era mas bien una estructura tipo "clan".
Cuesta imaginar como se amoldarían los romanos aterrizados por estos lares... eso sí, llevaron grandes avances a los castrexos, sobre todo en el material para la labranza y armas.

Desde allí vimos unas "pallozas" a lo lejos y la guía nos comentó que es un poblado castrexo que estaban construyendo para rodar una película. Le preguntamos si se podía acceder y nos llevó hasta allí para poder verlo.

Es muy curioso poder ver una reconstrucción, y allí nos pudo explicar algún detalle mas.
Además, se supone que dejarán allí estas construcciones como muestra del castro.

De ahí nos fuimos a Vilanova dos Infantes, un burgo medieval que, se cree, surgió por el traslado de las gentes del castro, situado en una colina, hacia las zonas del valle mas cercanas al río y mas accesible a los cultivos.

El centro histórico es realmente bonito, con callejuelas estrechas y llena de plazas que invitan a perderse por ellas con calma.

Pero su elemento mas destacado es la torre del homenaje, el único elemento que se conserva del antiguo castillo, fortaleza clave en las luchas fronterizas con Portugal.

Dentro nos mostró una exposición donde se explica la historia de la zona a través de los siglos y después nos trasladamos a la cueva de San Vivián, centro etnográfico de los zapateros, un oficio que fue muy importante y popular en esta población.
Allí pudimos contemplar artilugios antiguos y seguir conociendo la historia y tradiciones de Vilanova.

En el sótano, la cueva en sí es un misterio: ¿Antiguo corredor para escapar de las murallas? Al final del corredor que crea la cueva nos enseñó la que parece una piedra tapando un pasadizo. ¿Posible cementerio judío? Esta opción parece algo menos verosímil, quizás fruto de una de las tantas leyendas que nacen en los pueblos. La verdad es que seguramente fue usado, al menos en un época mas reciente, como nevera.

Y en este punto se acaba la visita, pero merece la pena callejear un poco mas para descubrir bonitos rincones.

Y si podéis visitarla el 17 de Mayo disfrutaréis de una fiesta muy bonita, donde Vilanova se traslada en el tiempo y llena sus calles de artesanos, folclore y gastronomía tradicional.
Mis padres pudieron ir este año y les encantó.

Me pareció muy curioso poder observar en una zona tan pequeña el paso de la historia: desde los castrexos y romanos hasta la edad media.
Si pasáis por Celanova no dejéis de visitar estos lugares tan importantes en la antigüedad.

Y si os apetece saber mas, sobre sus gentes y cultura, no dudéis en contactar con Susana para una de las rutas, seguro que aprenderéis mucho con ella.