22 de noviembre de 2012

Abu Simbel

¡Llegó el gran día! Por fin íbamos a ver Abu Simbel. 
Pero antes, nos esperaban unas 4 horas de trayecto en autocar a través del desierto. La marcha se hace en una caravana acompañada por miembros del ejercito o policía (la verdad no recuerdo muy bien), que suben en algunos autocares. Con nosotros vino uno.
El autocar tenía butacas amplias y cómodas, cosa que agradecimos por las horas que nos esperaban en él. Y nos gustó admirar el desierto y sus espejismos, así que no se hizo muy pesado. 


Para quien no quiera ir por carretera, se puede ir en avión. Pero las excursiones en avión suelen ser ida y vuelta el mismo día, y yo quería quedarme a ver el espectáculo de luz por la noche. 
Se vaya en bus o avión, para mi Abu Simbel es una de las joyas de la corona de Egipto y se ha de ver.

Pero antes, el día nos deparaba una sorpresa, ¡incluso a Raed!



¡Lluvia! No nos lo podíamos creer. No fue una lluvia muy intensa ni duradera, pero estábamos en mitad del desierto viendo llover... Raed también se sorprendió, nos dijo que hacía muchos años que no lo vivía en esa zona.
Pero como dijo, estábamos teniendo un viaje afortunado en cuanto a tiempo se refería. ^_^

Al llegar al pueblo primero fuimos al hotel Seti a dejar las maletas y comer. Las habitaciones, tipo apartamentos, están bien, sin muchos lujos y el recinto, que da al lago Nasser, es muy bonito.


Bueno un breve apunte sobre Abu Simbel. Cuando se construyó la presa de Aswan, iban a quedar inundados varios templos, entre ellos los dos grandes templos de Ramses II que conforman éste complejo, dos de las maravillas que nos dejó el que fue uno de los mas grandes faraones.
http://es.wikipedia.org/wiki/Rams%C3%A9s_II

La UNESCO puso en marcha un plan faraónico (nunca mejor dicho xD) para trasladarlos. Construyó dos montañas artificiales para simular el lugar donde estaban los templos. Trasladaron las estatuas y pilares, y las paredes las cortaron con precisión, en cuadrados para volverlos a pegar en su nuevo lugar. (Por cierto, el templo de Debod de Madrid fue un regalo del gobierno Egipcio por la colaboración de España en ese proyecto).
En Internet podéis ver imágenes, si impacta ver lo que costó moverlos, pensar que antes no había nuestros medios para construirlos...

Al llegar la tarde por fin nos encaminamos a los templos. Para mi, el trayecto fue una agonía, porqué la entrada al recinto da a la parte trasera de la montaña donde están y por tanto no se ven hasta que llegas al final del camino. Recuerdo que sin querer mis pies fueron acelerando en la bajada y de repente oí a Raed y a Jordi reír diciendo cosas como que me podía la emoción, y es que al girarme vi que los había dejado bastante atrás. xD

La bajada se me hizo eterna... pero al llegar al final:


¡Por fin! ¡Mi sueño hecho realidad! Tuve que aguantarme la lagrimilla, mientras la inmensidad de esos colosos me abrumaba... 20 metros tiene cada uno.
Este es el templo que Ramses II dedicó a 3 dioses y a él mismo ensalzado a estatus de Dios.
Dentro no se puede hacer fotos (compramos un pack de ellas). Afuera, Raed nos hizo la explicación de las inscripciones mas importantes (como la de la batalla de Qdesh), la distribución del templo, su historia... Y la gran curiosidad que esconde, o escondía, y es que cuando estaba en su posición original, la luz del sol, a cierta hora 2 días al año,entraba directa por el pasillo iluminando a las figuras que hay en el fondo. Pero solo a 3 de las 4 estatuas, las de Amón, Ra y Ramses en forma de dios, la estatua de Ptah (dios al que se asocia la oscuridad) quedaba en la penumbra.
Esos 2 días eran el 21 de octubre y el 21 de febrero, se cree que eran el día de su cumpleaños y el de su coronación.


En la foto, hecha desde afuera con zoom para intentar enfocar las estatuas del fondo, podéis intuir la calidad de las inscripciones que conserva. Son realmente alucinantes.

En la siguiente podéis apreciar los cortes que hicieron para trasladar los colosos de la entrada.


Mi momento mas mágico del viaje vino dentro del templo. A parte de los pasillos y estancias principales, hay varias habitaciones pequeñas (usadas como almacenes en muchos casos), en una de ellas encontré a Sejmet (¿os acordáis de la diosa-leona?) pintada en la pared.
No se porqué, pero no entraba nadie, me senté en el suelo contemplando las pinturas, totalmente absorta, me aislé del gentío y su ruido, solo yo, un pajarillo que me miraba en silencio desde su agujero en la pared y la historia... Quizás os suene cursi, pero no puedo describir la emoción que sentí... solo que aquí no pude evitar ese par de lágrimas que hacía rato que me guardaba.
Tras tener mi rato de soledad y meditación, (aun no entiendo como conseguí estar sola tanto rato O.O) y despedirme del pajarillo, salí en busca de Jordi para ver el otro templo.

La otra joya del valle, es en realidad lo que hizo que me fascinara Ramses II, el templo dedicado a una de sus mujeres (y es que tuvo muchas, en la época era lo normal), la bella Nefertari:


Ramses fue un gran guerrero, reformó el ejercito, sofocó rebeliones, firmó un gran tratado de paz tras la batalla de Qdesh, sin duda fue un gran constructor... ¡Pero lo que acabó cautivandome fue lo que hizo por Nefertari! Sin duda, la mujer que realmente amó, y que perdió siendo joven.
¿Y porqué se dice que la quiso de verdad?
1: Le hizo ese gran templo
2: Al igual que él se ensalza al nivel de un diós, a ella la representa como la diosa Hathor.
3: La representa a su mismo nivel de estatura. Y no es una minucia, fijaos que las estatuas de ella están a la misma altura que él, y dentro, en los murales (preciosos por cierto) se conserva esa igualdad. Por norma, las mujeres e hijos se representaban mas bajos, por debajo de la gran figura del Faraón... Si lo pensáis, dejó claro lo que significó ella en su vida. Algo que no era muy normal en aquella época.

Raed nos dejó tiempo para disfrutar de los templos y el recinto, de los magníficos grabados, etc. Mientras cada vez quedábamos menos, solo los que veríamos el espectáculo de luz.


Para el espectáculo de luz te sientas en unas gradas, enfrente de los templos. La voz del audio general la ponen en el idioma mayoritario de las visitas en ese momento. Por suerte, la mayoría éramos españoles ^_^, el resto tuvieron que ponerse los auriculares.
Te explican la historia de Ramses y del templo sobreponiendo imágenes en las fachadas. Personalmente, me gustó mucho, y para colmo, durante el espectáculo... ¡cayeron 4 gotas mas! No sabéis que sensación, estar en Abu simbel, en el desierto, de noche y notar el frescor de 4 gotas que te caen en las mejillas... ¡Precioso!

Al finalizar, pudimos hacerles fotos iluminados:


Al final, tras ver que no había opción de dormir allí por mucho que suplicara xD, regresamos al hotel. Se acercaba el final del viaje, pero lo que realmente me daba pena era dejar atrás Abu Simbel.



Relatos de otros viajeros   #postamigo

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