20 de mayo de 2012

Kyoto ( Kinkakuji, Ryoanji y Arashiyama)

Kyoto es conocida como la capital tradicional de Japón. Y es que fue capital y albergó la corte imperial desde el 794 hasta 1868 (recordad que el poder militar estaba en manos del shogunato en diferentes capitales militares).
Además, estuvo en la lista de objetivos para la bomba atómica en la II GM, y por tanto se salvó de los bombardeos convencionales, hecho que le ha permitido conservar su patrimonio cultural.

Kyoto es muy diferente de Tokyo. No hay autopistas y vías de tren cruzando por encima de los edificios, que por cierto no son tan altos. Y aunque hay pachinkos y karaokes, no son tan abudantes o no llaman tanto la atención. Hay muchas zonas de estilo residencial, lo que le da el aspecto de un pueblo grande, MUY grande. A nosotros nos gustó mucho.

Para quien sepa montar en bici, es una ciudad ideal, de hecho allí mucha gente usa la bici como transporte, en especial las madres. Quien haya visto Shin Chan recordará a su madre llevando a la peque en la bici, ¡Pues es tal cual!
Nosotros optamos por el bus para movernos. Tienen el pase de día, pero hay que calcular que itinerario piensas hacer, puesto que, por ejemplo, a nosotros el primer día no nos salía a cuenta ya que solo cogeríamos un autobús.

La primera visita del día era el Kinkaku-ji (400 yens), conocido con el nombre de "el templo dorado". El pabellón principal (precisamente el que es dorado) fue reconstruido después de que en 1950 un monje le prendió fuego, según él, porqué no soportaba tanta belleza.
La verdad es que merece mucho la pena, pillamos un buen día y el sol reflejaba el templo en el lago del jardín. Además el resto del recinto es igualmente bonito.




En cierto lugar del recinto había como un asiento de piedra, no supe leer bien que era, pero le entendí a un profesor decir a sus alumnos algo así como que se sentaran para ser mas listos e ir mejor en los estudios. El resto de Japoneses se echaron a reír y los pobres estudiantes se iban sentado tímidamente.
Así que le dije a Jordi que como el tema iluminación era cosa suya le tocaba:


A la salida había tiendecitas con dangos, las bolas de arroz glutinoso que probé en tokyo y que no me gustaron, pero de mas sabores y decidí probar suerte con los de chocolate y sakura (flor de cerezo). (250 yens)
Estos si que me gustaron. ^_^ Jordi por su parte probó una Fanta de melón, no estaba mala pero no acabó de triunfarnos. (80 yens)



Después fuimos caminando hasta el Ryoan-ji (500 yens). El tiempo acompañaba y el camino era agradable.
Este templo zen es famoso por su jardín seco. La gente suele sentarse un rato intentando meditar y encontrar su significado. Para entrar te descalzas y accedes por dentro de un salón tradicional.


 
Detrás del edificio hay una fuente que me gusta mucho. Si os fijáis hay cuatro símbolos alrededor del cuadrado central, esos símbolos combinados con el cuadrado forma palabras y entre ellas se forma la frase "Solo con lo que uno sabe es suficiente", una de las enseñanzas budistas en las que afirman que lo material no es importante.


Decidimos seguir andando hasta el Ninna-ji (desde el Kinkaku-ji viene a ser un 1,5km cuesta abajo).
Solo entramos al recinto exterior, que es gratuito, porqué tienen muchos cerezos, pero según pudimos leer, es una especie tardía de Sakuras, y florece en Mayo.
Al lado del Ninna-ji se coge el tranvía que lleva a Arashiyama. Una zona al lado de las montañas y cruzada por un rió, muy bonita, pero eso si, con mucha gente.




Paseando vimos un restaurante donde hacían tonkatsu, el plato que tanto le había gustado a Jordi (cerdo empanado), así que ahí nos metimos. Comimos también muy bien, con menú completito por menos de 15 euros (1500 yens). El mío es katsudon, bol de arroz con filete empanado y huevo revuelto.


Después le plantee a Jordi las dos actividades posibles para hacer. Una era dar un paseo en un trenecito retro que te adentra en el bosque, el otro ir al monkey park a ver macacos. Yo pensaba que tras el cansancio del día anterior diría de ir en el tren. ¡Pero no! A ver macacos que nos fuimos. (550 yens).
¡Lo que no esperábamos era que para verlos tenías que subir a la montaña! ¿No querías cuestas? Toma cuestas xD


De las anécdotas en el parque os contaré que Jordi casi pisa a uno, os juro que no lo vimos. xD Si vierais al mono cabreado saltando hacia Jordi y él pegando el salto de su vida para alejarse y mirando al suelo para no cabrear mas al macaco.. xDD Aun me estoy riendo. Éste  es el animalico:


Mas adelante nos íbamos encontrando otros que no te dejaban pasar por el camino. Yo intenté pasar al lado de una pareja (madre y cría) y la madre se giró y me pilló la chaqueta que tenía en la mano, amenazándome. Pero me quedé tranquila, sin mirarle ni tirar de la chaqueta y en unos segundos se cansó y me dejó.


Tras nuestra subida aventurera xD llegamos al mirador, donde hay una cabaña desde donde te dejan darles de comer a través de las rejas. Fuera no puedes porqué se te echarían encima, así que quien quiera alimentarlos ha de ser desde dentro, con una reja de por medio. (En este caso los encerrados somos nosotros xD)





Al bajar, unos heladitos como premio. Esta vez de sakura (flor de cerezo) para mi y de soy bean para Jordi. El de sakura tiene un sabor como de cereza amarga, está bueno pero mi favorito sin duda el de soy bean. ^_^

Para finalizar la visita fuimos a ver el bosque de bambú. A ver, me gustaría matizar un poco, para evitar un poco el desengaño que nos llevamos nosotros. El bosque de bambú se reduce a una calle asfaltada donde, por cierto, pasan coches, que la recorres en poco tiempo. No deja de ser bonito y con un poco de paciencia conseguimos hacer fotos sin gente ni coches. Pero es una calle, el primer trozo de la cual bastante deslucido. Id hasta el final (subiendo una cuestecita) ya que allí la zona de bambú es mas bonita.







Al final volvimos en tren hasta la estación central después de dar un rodeo bastante estúpido hasta la estación de Arashiyama por culpa de alguna señalización que no vimos (o que no estaba donde debiera) xD.
Esa noche para cenar me di el capricho que tanto me había estado tentando durante días:


Fresas, cereales, tarta de queso, nata, mermelada de fresa... estaba de vicio jaja.
Por cierto alguien se atreve con la jarra del medio? La mía es como la de la izquierda, si os fijáis es tal cual la reproducción!



Relatos de otros viajeros   #postamigo

17 de mayo de 2012

Fushimi Inari

El Fushimi Inari es el principal santuario de culto a la diosa Inari. En la antigüedad era la diosa del arroz pero ha sido venerada como diosa de los negocios. Este santuario es famoso por el gran número de toriis que tiene. 
Las toriis son donadas por las empresas para que la diosa les proporcione prosperidad en los negocios y en cada una está escrito quien la ha donado.
Otro símbolo de Inari, es el zorro Kitsune, considerado su mensajero, suele tener una llave en la boca para guardar el granero.

Pues bien, el templo se encuentra en una montaña a las afueras de Kyoto, le dije a Jordi que la gente suele quedarse en la parte de abajo, viendo lo mas típico, el templo grande y los dos pasillitos de toriis famosos desde que salieron en la película "memorias de una geisha". Pero que había todo un recorrido por la montaña, en subida y con escaleras.
¡Todo decidido me dijo que había que subir! Ya que íbamos... y yo... mmm bueno ok, subiremos.

Al llegar en frente de la estación ya te encuentras marcado por donde has de ir:


Pasamos el primer templo, subimos algunas escaleras y llegamos a los famosos pasillos:


Al otro lado llegamos a una explanada con otro templo y Jordi que suelta: ¿Ya? Pues tampoco ha sido para tanto... y yo: Ejem... (mientras señalaba el siguiente mapa)


¡Acabábamos de empezar jaja! En el mapa arriba pone que el recorrido son 4km y que se tarda unas dos horas (tardamos algo menos pero si, un ratillo largo) Si la agrandáis, para que nos situéis, abajo en el centro está el templo de entrada, hacia la derecha sale un caminito rojo que llega a otro templo abajo a la derecha, pues bien ¡Estábamos ahí! Quedaba tooooooodo hacia arriba jaja, veréis que hay un circulo de toriis, y es que llegado un punto el camino se bifurca y puedes subir por un lado y bajar por otro.

¡¡¡Pues ale!!! ¡¡P'arriba se ha dicho!! Según avanzábamos había mas trozos con escaleras y cuanto mas arriba mas pendiente. 




































Lo bueno es que ibas dejando a la gente atrás. Por el camino hay "campamentos base" como yo los llamaba, que es un rellano con pequeños templos y incluso algún restaurante/tienda pequeño. Cierran pronto, a la bajada ya no estaban abiertos (y justo empezaba a anochecer, serían cerca de las 18h).



Fue toda una prueba para mis rodillas, pero con los comentarios de Jordi sacaba ánimo para subir y reírnos un rato por el camino. Bueno, el comentario de "¿Te imaginas que subimos y no hay nada?"  era para matarlo, eso si jaja.
Según él, según íbamos subiendo y pasando por campamentos base, me iba transformando en los diferentes niveles de super guerrer de Bola de Drac. Primer nivel sin chaqueta, segundo nivel sin polar, y tercer nivel: ¡¡con helado!! (300 yens)


¡Estaba buenísimo! Era de "soy bean" (judía de soja), que se que suena raro, pero en serio ¡tenéis que probarlo! Además sus helados me gustan porque son muy cremosos.
Lo compramos en el último campamento base, justo donde empieza la bifurcación, y también donde la poca gente que había llegado hasta aquí se quedaba.
Un ratillo para tomar fuerzas con el helado, hacer fotillos del paisaje, decidir que camino será el de subida y ¡p'arriba!



En los últimos tramos ya había lugares donde las toriis no estaban, se habrán roto o las habrán quitado, pero se veía el hueco en el suelo.
Aps, y hay carteles que te avisan que vigiles con los macacos, pero el único mono que vimos fue este:

En la siguiente foto quedaba poco para llegar, y si, ya estaba algo derrotada xD Pero en ese momento bajó una japonesa ¡en tacones! y me salió un: ¡Si esa en tacones ha subido por mis ovarios que llego! jaja Jordi se partía xD

A falta de pocos escalones escuchamos un sonido, como si alguien tocara un cuerno soplando. Nos quedamos pillados, al llegar arriba nos encontramos con una sorpresa. ¡Un monje budista haciendo un ritual de purificación a una chica! Y encima nos quedamos solos con ellos, al llegar solo había una mujer mayor ¡Que había subido llevando dos muletas! En serio que valor y fuerzas tuvo la mujer. :S Pero ella se iba al poco de llegar nosotros.
Así que ahí estábamos, solos, viendo ese ritual arriba de una montaña!
Hicimos un par de fotos solo y nos quedamos mirando a un lado sin molestar.



Hacia el final del ritual, cogieron una bandeja con diferentes alimentos, tipo galletitas envasadas y otros dulces raros, y sake y empezaron a bendecirlo.
Al acabar, para nuestra sorpresa, el monje se gira sonriente hacia nosotros y ¡nos ofrece beber! No me lo podía creer. El hombre al vernos dudar insistió sonriendo, y así es como bebí sake bendecido en japón. ^_^ Pero no acaba ahí, después coge la bolsita de chuches bendecidas y me dice en japonés "Un regalo" y yo "¿¿En serio?? ¿¿Para nosotros?" Tras un gesto de asentimiento las cogimos, no sin hacer pocas reverencias de agradecimiento jeje.
Nos dijo de que secta budista era, pero no lo recuerdo. U.U

En fin, los mejores momentos son aquellos que no te esperas. ^_^
Por cierto, el templo de arriba es muy pequeño, lleno de mini toriis de ofrendas, pero en mi caso valió mucho la pena subir jeje. Además el camino es bonito.


La bajada fue muy amena, p'abajo todos los santos empujan ¿no? Además íbamos espitosos por lo vivido.
En el primer campamento base, nos encontramos un pobre paqui todo sudoroso mirando el mapa que había, intentando saber donde estaba y cuanto quedaba. Nos paramos y le explicamos, cuando le dijimos cuanto le quedaba de escaleras y que no había ni llegado ala bifurcación, soltó un suspiro y dijo: No... Y todo desanimado dio media vuelta.




No puedo acabar la crónica del día sin explicaros la pedazo de cena que nos dimos. Le preguntamos a los del hostel por un buen sitio de ramen (sopa de fideos). Nos lo señalaron en el mapa (toldo blanco a rayas rojas), cerca del hostel, y nos dijeron que lo reconoceríamos porqué tendría cola fuera.
Y ¡efectivamente! Nos pusimos a la cola, el local se veía cutre y la carta estaba en japonés escrita a mano. Jordi: Pues ya te entenderás tu con ellos...
¡No hizo falta! Tal cual entramos, el camarero/cocinero, un japonés grandullón y con la típica cinta en la frente nos suelta: ¡Ramen! ¿2? Tan enérgicamente que le decimos que si, sin mas preguntas xD Que nos sirvan lo que quieran jaja 
Nos trajeron dos pedazo de bols de ramen con lomo de cerdo. ¡¡¡Buenisimo!!! ¡¡El mejor que comimos!!  (1300 yens los dos)


Fue aquí donde nos dimos cuenta de algo, un japonés estaba fumando. No lo hizo durante mucho rato por eso, pero caímos que en los demás restaurantes no habíamos coincidido con que fumaran (y eso que allí en principio cada local decide). Me parecía raro que por casualidad hubiéramos ido siempre a locales de no fumadores sin fijarnos. Lo he comentado en el foro y una chica nos dijo que ellos habían entrado en algún local que estaban fumando y que, al ver que iban con una niña pequeña, lo habían apagado... Igualito que aquí...

Por cierto, aun no lo había comentado, pero en muchas calles no dejan fumar caminando y te lo señalizan, ¡lo que leeis! Hay lugares para fumadores, a veces son ceniceros, otros como unas cabinas, donde la gente se para allí y fuma. Así no molestas a nadie con el humo, no tienes el riesgo de quemar a nadie, y de paso no tiras la colilla en cualquier lugar. (He dicho calles por las ciudades, pero lugares pequeños como Takayama ya te decían que no fumaras en la calle para mantenerla limpia).

Y tras la gran cena, a dormir. Al día siguiente tocaba visita por Kyoto.