13 de mayo de 2012

Hiroshima y Miyajima

La primera parte de este día iba a ser durita emocionalmente.
En Hiroshima lo que visitamos fue la zona de la bomba atómica, para ello cogimos el tranvía desde la estación. ¡Una reliquia por cierto! Eso si, inmaculado por dentro.


Lo primero que encuentras al bajar del tranvía, es la cúpula que resistió a la bomba. Luego nos explicaron que resistió algún edificio mas (Dentro de uno de ellos incluso sobrevivió un hombre que murió de anciano. Estaba en el sótano y las capas de cemento y agua del río lo aislaron del calor y la radiación). Pero la cúpula era el edificio mas cercano a la explosión que quedó en pie y se ha conservado como símbolo.
Aquí hay voluntarios que cuaderno con fotos en mano te cuentan los detalles de como fue todo.


Al lado hay un monumento a las brigadas de niños que murieron, y es que algo que no sabíamos es que en esa zona tenían a muchos niños limpiando el área para hacer cortafuegos. Cuando cayó la bomba murieron muchísimos niños allí.


El parque de la paz nos transmitió un doble sentimiento, por una parte era el primer día que veíamos cerezos plenamente en flor y por tanto resultaba un lugar precioso, pero por otra no podías dejar de pensar en lo que sucedió allí. Se hacía raro ver el contraste de la gente celebrando el Hanami en sus lonas azules, bajo esos cerezos, en ese lugar...
Además nos sorprendió el silencio que había. Roto únicamente por los tañidos de la campana de la paz que cada poco alguien hacía sonar.
Es como si nadie se atreviera a hablar demasiado alto en ese lugar.



Aquí te encuentras muchos monumentos. Uno de los mas destacados es el monumento a Sadako Sasaki, la niña que murió de leucemia mientras hacía 1000 grullas de papel para intentar curarse. Sus compañeros de clase las acabaron por ella y desde entonces la gente deja aquí sus grullas de papel.
Yo había traído conmigo dos grullas, una de ellas la hicimos cuando lo de Fukushima, y su destino era quedarse precisamente aquí.







El cenotafio donde guardan los nombres de las víctimas está alineado con el edificio de la cúpula y la llama de la paz; llama que no apagarán mientras quede una sola arma nuclear en el mundo. 


Después llegó el momento mas duro, el Museo de la paz. Lo recomiendo muchísimo, porqué nosotros, al igual que ellos, pensamos que es algo que no se ha de olvidar. Pero por otro lado advierto que hay una parte del museo dura, muy dura, especialmente si como nosotros llevas la audioguía y te paras a escuchar cada testimonio. (50 yens la entrada 300 la audioguía)
La primera parte del museo es la parte mas técnica, el como se forjó el plan de la bomba atómica, las cartas escritas por los implicados, la explicación de como funciona una bomba de esas, etc...
Hay maquetas del antes y el después de la zona.



La segunda parte explica los efectos de la bomba, tanto en los edificios, como en las personas, y ésta es la parte dura. El escuchar los testimonios de padres que no encontraron a sus hijos, o los que si lo hicieron pero en que condiciones, mientras ves lo que quedó de la ropa, fotos de las quemaduras de los niños y algunas pertenencias...en fin. No voy a engañaros, se hizo duro.
La única foto que pondré es la famosa foto del reloj parado a la hora de la explosión. El resto es algo que cada cual ha de decidir si ver o no...



Estuvimos mucho tiempo dentro, y es que hay mucho por ver. Los japoneses han hecho este museo con el fin de que nadie olvide lo que pasó para que no se repita, de ahí la dureza.
Al salir se te hace aun mas raro ver tanta belleza en ese lugar.

Tras pasear un poco mas por el parque comentando todo lo que habíamos visto y aprendido, nos dirigimos de nuevo al tranvía para regresar a la estación, era tarde y pensamos que sería mas fácil encontrar algún restaurante abierto allí. Y de paso hicimos tiempo para recuperar los ánimos.

En Hiroshima un plato típico es el Okonomiyaki, es difícil de describir. Lo hacen a la plancha, en la parte de abajo ponen como una crep, a parte hacen fideos, col y brotes de soja a la plancha, luego los ponen encima le añaden algunos ingredientes, según el tipo, y la capa que cierra por arriba es huevo batido que queda como una tortilla. después le echan una salsa muy buena. (bueno, según el lugar puede cambiar los ingredientes, éste fue el que comimos)
Encontramos en el sótano de la estación un local con sus cortinillas típicas, donde los hacían. Estaba todo en japonés pero aun así nos atrevimos. Al entrar la mujer nos preguntó: ¿Okonomiyaki? Le dijimos que si señalando los que estaban haciendo con bacon y listo ^_^
Están buenos y son enormes. Acabamos a reventar (por 12 euros los dos, 1200 yens).


Después cogimos el tren para llegar a la estación del ferry que nos llevaría a la isla de Miyajima.
Esta es famosa por la torii gigante que queda en el agua cuando sube la marea. La imagen es una de las mas fotografiadas de Japón.
¡La primera sorpresa que se llevó Jordi fueron los ciervos! (En Japón están considerados mensajeros de los dioses y por tanto animal sagrado) El pensaba que estarían en el bosque, pero no... tal cual bajas del ferry:


Fuimos rápido a ver la torii y el templo Itsukushima, porqué había consultado una web donde te pone las mareas, y el único momento de nuestra estancia donde la veríamos baja era ese (y le quedaba como mucho media hora para que empezara a subir).





Después fuimos al Ryokan. Dormir en Miyajima no es barato, pero valió mucho la pena. Es un lugar muy turístico, aunque la mayoría de gente no se queda a dormir, así que luego puedes pasearte por la noche tranquilamente y madrugar para verla antes de que se llene de nuevo.

El ryokan donde dormimos, el Ryoso kawaguchi, nos encantó. Eran muy amables, la habitación enorme, con te y pastas y unos yukatas para después del baño. ¡El baño impresionante! Y aquí podías cerrarte y bañarte junto a tu pareja. 







Mi idea era salir en yukata a cenar y dar una vuelta por la noche, pero hacía frío, así que el yukata se quedó en la habitación. xD No era plan de pillar un catarro.
Un detalle, en el hotel dan cenas Kaiseki, la típica cena de ryokan, que consiste en muchos platitos diferentes. Se que la gente lo recomienda mucho, y en parte me hubiera gustado probarlo, pero es cara, unos 50 euros por persona (al cambio actual), y teniendo en cuenta que dormir ahí ya era un capricho decidimos salir fuera a cenar. La experiencia de la cenita en ryokan queda para un futuro en el que esperamos mejore el cambio. ;)

Cenamos en un restaurante del paseo que da al mar, Yo un Oyakodon (bol de arroz con pollo y huevo revuelto, acompañado de sopa miso y encurtidos) y Jordi otro Okonomiyaki. (1500 yens).



Para acabar, dimos una vuelta para ver la torii y el templo iluminados y con la marea alta.



Y a dormir, que queríamos madrugar para visitar la isla sin mucha gente de por medio. ^_^


Relatos de otros viajeros   #postamigo
Descubriendo-Día 11. Un paseo por la histórica Hiroshima y la mística Miyajima!!!



12 de mayo de 2012

Kanazawa (noche en Kyoto)

Este hotel sería el último donde teníamos desayuno. Era tipo buffet, pero muy al estilo oriental, y eso de comer pescado y encurtidos a primera hora... Así que nos lanzamos a los bollitos con mantequilla y mermelada, y nos atrevimos con algún frito.

La primera decisión del día fue descartar el ir al "Ninjadera"; Es un templo donde te hacen un recorrido en japonés (con panfletos en inglés) enseñandote trampillas ninjas. Pero has de reservar hora por tlf. lo hablé con Jordi y, entre que los del hotel no sabían mucho inglés y no nos íbamos a entender del todo (mi japonés no llega para todo aun xD), que en la visita no vas a tu aire cosa que a Jordi no le gusta, y que preferíamos no ir pendientes del reloj... pues decidimos pasar e ir a ver el resto de cosas con calma.

Lo siguiente fue ir a la estación de bus a por el pase de día del retro bus (en el hotel nos dejaron unos paraguas porqué lloviznaba, aunque paró enseguida)
El retro bus es el bus turístico que recorre los puntos claves de la ciudad, tiene una pinta curiosa y el "retro" del nombre esta mas que justificado xD y todos los que pillamos los conducían mujeres, me llamó la atención.

Como apunte, aquí también había poco turista, y mayormente eran turistas japoneses.
Primera parada: Higashi chaya. Una zona que conserva unas pocas calles con casas de te, es decir el barrio de la geishas. Puedes entrar en algunas.


Nosotros entramos a Shima Chaya (400 yens), conservan las salas y algunos objetos que usaban en las ceremonias. En cada sala te explicaba para que servía y como se disponía todo. Lo encontré muy interesante (por supuestísimo que descalzos).
Aps, no dejaban hacer fotos con las reflex, pero si con el móvil.

































De ahí nos fuimos al Kenrokuen (300 yens), uno de los Jardines mas famosos (según Jordi no es un jardín, es un parque, y es que en realidad es muy grande). 
Como había llovido, olía genial y estaba todo muy verde! Lástima que apenas había cerezos en flor, porqué había muchos en la entrada, tendría que ser precioso en floración.
Aun así lo encontramos muy bonito y nos lo tomamos con calma para disfrutarlo.




La famosa linterna: (a mi me gustan mas las pequeñitas típicas, como la de la foto de arriba)


Al lado del jardín hay lo que queda del castillo, realmente es una explanada enorme con un trozo de muralla rehabilitada y poco mas.

La última parada fue Nagamachi, el barrio de Samurais. Este barrio me gustó especialmente. Conservan unas pocas calles y han rehabilitado varias casas. Por el camino nos encontramos algunas que ponía que podías entrar libremente al jardín.




Entramos en la casa Nomura (500 yens), vendría a representar una casa de un samurai noble. Conservan objetos y cartas. (¡En una de ellas su señor le da las gracias por llevarle la cabeza de un alto cargo del ejercito contrario!)






Cerca, puedes visitar (gratuitamente) lo que fueron unos establos y las casas de los samurais de a pie, vamos, de mas bajo rango


Se nos había hecho tarde para la hora normal de comer, pero de camino ala estación encontramos una cadena de "donburis" (bols de arroz) 24h. Ésta cadena la encontramos luego en muchos mas sitios, y la verdad es que se come bien. Por unos 8 euros comíamos los dos (800 yens). Y además flipábamos, nosotros comíamos el bol de arroz normal, pero los japoneses se zapaban el grande, mas el menú con sopa miso o ramen... Impresionante verles comer tanto, a nosotros el arroz nos llena mucho.
Tienes mucho para escoger (tienen carta en inglés) pero el de queso me encantó G_G

Al día siguiente tocaba Hiroshima, pero desde Kanazawa era un palizón de tren considerable. Así que hicimos una noche puente en Kyoto. En el Hana Hostel (donde íbamos a alojarnos el resto de noches en Kyoto) no tenían habitación para ese día, así que nos fuimos al K's House, un pelín mas alejado de la estación que el Hana, pero está muy bien. Como en todos los hostels, buen inglés, simpáticos, te proporcionan mucha información y limpio.
Eso si, la habitación occidental es muy pequeña, para ir con mochilas como nosotros no problem, pero si fuera con maletas... chungo.




¿Os he dicho ya que hecho de menos las tapas calentitas? G_G jeje
Ese día cenamos en el pub que tiene el hostel, justo al lado. Unos yakisoba (fideos salteados) y takoyakis (bolitas de pulpo).
Por cierto, yo nunca había ido de hostels y me daba algo de miedo el tema ruidos y juergas. Bien, deciros que en todos nos remarcaban que por favor a partir de cierta hora nada de ruidos. Y así era, dormimos genial en todos. De hecho en el Hana ni siquiera te dejaban poner la lavadora a partir de las 22h para no molestar.

Bueno, y sobre Kyoto, ese día vimos la estación, muy moderna, con la torre de Kyoto delante y poco mas. Pero ya empezamos a intuir que era muy diferente a Tokyo.










Takayama (noche en Kanazawa)


Como os comenté, al levantarnos nos esperaba una sorpresa: ¡Estaba nevando! Y mucho.
Lo que iba a ser un despertar tranquilo, se convirtió en: ¡¡¡Date prisa que nieva!!!

Así que nos enfundamos nuestro calzado impermeable (¡Por cierto genial las nova dry de Decathlon! Ni un solo resbalón, ni mojarse, ni nada) cogimos unos paraguas del hostel y a la calle:





Fuimos al lado de la estación, a la central de autobuses a comprar los billetes a Hida no Sato. Es un museo al aire libre de diferentes estilos de granjas antiguas y casas de la zona. (Ojo, no confundir con Shirakawago que es patrimonio de la humanidad. Es otra zona que está en las montañas, a 50 min y el billete es bastante mas caro, 4300 yens, además allí solo hay un estilo de granja. Hida no Sato está a 10 min en bus y aunque no está en un valle como Shirakawago, nos gustó mucho, mas barato, 900 yens entrada incluida y... ¡¡sin gente!! puesto que la mayoría escogen la otra opción)

Edito: El J-hoppers (hostal donde dormimos) actualmente organiza tours a Shirakawa-go. Tienen una excursión por la mañana y otra por la tarde, en el autobús va un guía dando explicaciones y luego tienes tiempo de visitar la aldea. El precio es de 3800 yens si no te alojas en el hostel y 3300 yens si lo haces (mas barato que el nohi bus).

Este día no nos entraba el desayuno, así que aprovechamos el rato en la sala de espera del bus para pillar un café con leche de las maquinas y una pasta de bollería, incluso en eso tienen variedad y baratas!
Un apunte sobre las máquinas de bebidas, si bien en Tokyo vimos aguas de sabores diversos, muchos cafés, bebidas de te etc...fuera de Tokyo vimos bebidas mas raras, de maíz, de diferentes yogures, de pudding...(Esta última la quería coger a la vuelta y se me olvidó U.U La estuve buscando desde ese día por todos lados...el resultado otro día jeje) No se si es porqué no me fijé tanto en Tokyo, pero es la sensación que me dio. Para la próxima me fijo jeje.

En Hida no Sato estuvimos prácticamente solos, y con la nevada que no paraba de caer fue un momento inolvidable! Nos lo pasamos genial. Muchas de las granjas puedes entrar a verlas (descalzandote) pero con el frío que hacía solo nos descalzamos para las mas importantes. En alguna incluso tenían exposición de material de la época y de como producían seda.






Nos fue de unos segundos que no nos cayera encima la nieve de este tejado (quien nos viera xD)


Hay varios recorridos, nosotros quisimos verlo todo e hicimos el mas largo. Al final nos tuvimos que meter por la nieve porqué los trabajadores que estaban manteniendo los caminitos abiertos con sus palas, debieron pensar que nadie querría ir al par de casitas mas alejadas. No contaban con un par de catalanes medio locos jeje. Además allí estaba la fuente de la juventud, y yo estaba empeñada en que tenía que beber de ella, que no se diga que no lo intento xD




Nos tomamos unos minutos en la salita de descanso, al lado del fuego y con un cocoa calentito! (100 yens)


De vuelta a Takayama fuimos en busca de los baños de pies al aire libre (gratuitos), había muchos niños caminando por él y saltando rápidamente a la nieve de fuera. Cuando me metí supe porqué; ¡¡Esa agua está hirviendo!!

*Nota 2018: El hotel donde se ubicaban los baños de pies ha hecho remodelaciones y ya no existen.



































Después paseamos por las callecitas de la zona antigua (cerca del hostel). Están llenas de restaurantes y tiendecitas.


Para comer decidimos regresar al restaurante donde habíamos cenado, Jordi quería volver a comer la carne  salteada y yo pedirme otro plato con carne de Hida. Nuevamente, una comilona por menos de 20 euros (2000 yens).



Tocaba poner fin a un día precioso para coger el tren de camino a Kanazawa. En la zona de Toyama hay unos paisajes preciosos, campos de arroz, ríos...
Kanazawa es una ciudad con barrios de samurais y de geishas, además de un de los jardines mas famosos; Pero ojo, ciudad pura y dura! Mucha gente se decepciona al llegar porqué se piensan que es todo tradicional, y no, solo queda un par de barrios con unas calles tradicionales.
La estación es muy moderna, y tiene un reloj de agua:




El hotel donde estuvimos estaba bien peeeeeero tiene algún fallo. El primero es que el cartel grande está en japonés (menos mal que supe leerlo), los de recepción inglés poquísimo, el colchón era duro no, lo siguiente (aunque no es incomodo si te gustan los colchones duros) y la habitación no estaba tan bien insonorizada como la de Tokyo, aun así está muy bien y además tiene baños en la planta 13 al estilo Japones!! 
Aquí fue donde vimos otra diferencia entre hombre y mujeres. Para acceder al baño de mujeres necesitas tener llave, para el de hombre no xD



Para cenar nos acercamos al centro comercial de la estación y probamos las Omuraisu, vienen a ser tortillas francesas rellenas de arroz. La mía la pillé con curry y gratinada. (2000 yens los dos)



De vuelta al hotel, me fui directa a los baños! No pude hacer fotos de dentro porqué no estaba sola. Yo ya sabía el funcionamiento y protocolo (dejar la ropa fuera, ir a las duchas a lavarse y aclararse bien, y después al agua calentita del baño), pero una de las dos mujeres japonesas que estaban allí debió pensar que quizás no lo sabía, y muy amable y sonriente vino a explicarme (obviamente la escuché y le di las gracias).
Bañito calentito y con vistas ala ciudad... ¡impresionante! Al salirme enfundé el yukata/pijama oriental ¿? (no se definirlo, no era un yukata diría yo) que nos habían dejado y como nueva!