Como el día anterior Jordi se había notado mejoría, decidimos realizar una de
las excursiones que más ilusión me hacía: el Santuario Yutoku Inari, en la
prefactura de Saga.
Cuando me puse a buscar excursiones entre Fukuoka y Nagasaki, me encontré con
este lugar de interés marcado en la
Japanguide.
No había leído nada sobre él, ni encontré info en webs en español. Pero cuando
leí que era uno de los 3 principales santuarios dedicados a Inari y vi
alguna foto, tuve muy claro que quería visitarlo.
Y es que si me seguís de hace tiempo, ya sabéis lo que me gustan a mi los
santuarios dedicados a Inari, una de las deidades sintoístas más populares,
que está asociada con la fertilidad, el arroz,
la agricultura, los zorros, la industria y el éxito en
general.
La verdad es que me extrañó no saber nada de él, hasta que vi que el acceso no
era en tren. Requería combinación con bus (horarios en japonés en algún caso), en Kyushu... cada vez lo tenía más claro: lugar bonito y alejado del tren, ¡no
estaría masificado! A diferencia del Fushimi Inari de Kyoto, otro de los 3
principales santuarios, y que a todo el mundo le suena.
Como llegar:
Intentaré explicar el como llegar, pero cualquier duda podéis
preguntarnos.
Nuestra idea inicial era ir de Fukuoka a Nagasaki, haciendo esta parada. Así
que, la ruta sería:
Fukuoka- Hizen-Kashima en tren. Y allí tomar bus a Yutoku Inari jinja (unos 10
minutos, 330¥) (tal y como explica la
Japanguide).
Para la vuelta, sin embargo, nos venía mejor ir en bus a Ureshino onsen (unos
40 minutos, 930¥) y allí tomar el Kamome (shinkansen) a Nagasaki.
Sin embargo, al final hicimos la excursión desde Nagasaki, así que tanto a la
ida como a la vuelta lo hicimos vía Ureshino onsen.
Buscando los horarios del bus, para intentar cuadrarlos con el tren, encontré
la web Yutoku.
Está en japonés, pero usad el traductor de Google para intentar localizar los
horarios correspondientes.
Abajo del todo, hay unos horarios que puedes descargar en inglés, pero
corresponden a la ruta hasta Kashima (ver PDF, pero es mejor bajarlo actualizado).
En la primera tabla pone el horario de salida del bus desde el santuario hacia
las diferentes estaciones, entre ellas Ureshino. Pero sin embargo, en la de
abajo, que es la de ir desde la estación al santuario, solo pone los horarios
desde Kashima y nosotros necesitábamos los de Ureshino.
Pues bien, arriba hay una ruta que pone "Línea Ureshino", con PDF de los
días laborables
y de los
fines de semana (nuevamente, intentar bajarse el PDF actualizado).
¿Problema? Está en perfectísimo japonés. Así que, para asegurarnos no fallar,
consultamos con nuestras amigas, quienes nos identificaron correctamente las
estaciones. ^_^
La 1ra tabla es desde el Santuario (祐徳神社前) hacia Ureshino (la parada de
la estación es 嬉野温泉駅). Y la 2da es el trayecto contrario. Os dejo
una foto marcado en fosforito las filas en las que hay que fijarse (De la estación al santuario y del santuario a la estación).
Nosotros decidimos madrugar para aprovechar bien el día, así que tocaba
desayuno en el shinkansen.
Al llegar a Ureshino (una población onsen que exploraremos en un próximo
viaje) teníamos casi una horita de espera para el bus. Así que, pregunté para
confirmar que el bus salía justo de la entrada de la estación (es muy pequeña),
paseamos viendo la decoración que tenían puesta y descansamos un rato.
En la parada iban pasando los buses locales, que recorrían la población. Al
ver que llegaba la hora (el bus vino con unos minutos de retraso), empecé a
fijarme en los letreros intentando descifrar a donde iban e incluso preguntar
a algún conductor. Finalmente llegó nuestro bus, que era diferente al resto y
además el autubusero soltó un "Yutoku Inari jinja" para dejar bien claro el
destino.
Para pagar el bus aconsejamos llevar la tarjeta
IC card (prepago)
cargada, ya que será más fácil (solo la tenéis que pasar al subir y al
bajar y listo). Sino, tenéis que coger el ticket que os da la máquina al
subir (con un número) y a la hora de bajar pagáis la cantidad que sale en la
pantalla con vuestro número (se ha de pagar la cantidad justa. Y si no se
tiene el dinero justo, la propia máquina da cambio).
Fuimos pasando por paisajes de plantaciones (aparte de arroz, Ureshino es
famoso por su té), y según parábamos en pequeñas poblaciones, el bus se iba
vaciando.
Para cuando llegamos a Yutoku, final de línea, solo quedábamos nosotros y una
pareja de ancianos. ¡Tenía pinta que poco turista occidental habría por la
zona!
Tras confirmar con el conductor que la vuelta se realizaba desde ese mismo
lugar, tomamos la calle principal rumbo al santuario, enmarcado por una torii
roja y muchos cerezos en flor ¡Una maravilla!
Era pronto y muchas tiendecitas aún estaban cerradas (algunas de ellas son
restaurantes), por lo que fuimos directos al santuario.
En la entrada hay un puente que cruza el río, dirección al parking (la mayoría
de visitantes, japoneses, vienen en coche) desde donde hay unas espectaculares
vistas a la montaña con cerezos en flor.
Nos acercamos al aparcamiento para ver la zona de purificación de los coches
(ver mapa del santuario). Y es que entre otros temas como la suerte en los negocios, este santuario
también es conocido por ofrecer protección respecto a la seguridad vial y
también venden omamoris (amuletos) para llevar en los coches.
El monte de enfrente es un parque público por el que se puede pasear y hay un
jardín de azaleas, que florecen en abril. Sin embargo, decidimos focalizar
nuestras fuerzas, en especial las de Jordi, en el santuario principal cuyo
recinto también disponía de una subida a través del bosque.
Tras purificarnos en la entrada, cruzamos un pequeño puente que daba acceso al
edificio principal. En cuya explanada hay varias tiendecitas donde comprar
amuletos.
Fundado en 1687 por Kazanin Manko-hime, la esposa del Señor Nabeshima Naotomo,
quien gobernaba el dominio de Hizen Kashima, el santuario Yutoku Inari está
construido en la empinada ladera de un valle. Y lo primero que te impacta es
su sala principal, que se alza sobre altas vigas de madera a 18 metros sobre
el suelo del valle, recordándonos al
Kiyomizudera de Kyoto.
Además, a diferencia de otros santuarios con decoración más austera, en este destacan los
detalles en dorado, azul y verde, sobre el rojo.
Para subir a la terraza principal, se puede hacer por las escaleras o por un
ascensor que han habilitado para hacerlo accesible.
Las vistas son muy bonitas y más con todos los cerezos en flor.
Ahora bien, a partir de ahí y hasta llegar al Okunoin, en la cima, ya solo se
puede subir a pie. Y ojito, que aunque al inicio son escalones regulares y bien
dispuestos, después pasan a ser irregulares y a través del monte.
Pudimos subir bien pero a nuestro ritmo, con calma. Y la verdad es que
entendí porque los japoneses cogían los bastones gratuitos que había al inicio
del camino. Un poco de estabilidad en algunos tramos va bien...
El trayecto es más corto que el del Fushimi Inari, unos 30 minutos de subida a
ritmo pausado, sin prisas, y aunque hay algunas toriis, no hay los grandes
túneles como en el de Kyoto. Aún así, el bosque es bonito y mereció mucho la
pena ir subiendo y contemplando los pequeños santuarios del camino.
Al llegar arriba, no podían faltar las máquinas de bebidas al lado del pequeño santuario, ¡por si te
olvidaste llevar algo para hidratarte!
Tras descansar un rato, descendimos y al llegar abajo compramos varios
omamoris para la familia, las sensei y para nosotros. Me gusta hacerlo en
santuarios o templos especiales, y sin duda este lo era.
En el recinto hay también un pequeño jardín japonés de pago (200¥) y un
pequeño museo (300¥), pero por la hora, y las fuerzas de Jordi, decidimos ir a ver
las tiendecitas, comprar algunos dulces típicos de la zona y buscar un lugar
para comer.
Yo le había echado el ojo en Google al restaurante Kadoya monzen (aparece
como Kakuya en maps), que está dentro de una tienda justo al lado del santuario.
Nos encantan este tipo de restaurantes, en la trastienda, de los pueblecitos.
Siempre hemos comido muy bien y barato.
Nos acercamos a la caja, donde tenían un cartel con los platos a elegir. Le
preguntamos cual era la recomendación y nos respondió que los Niku Udon
(fideos udon con un caldo con carne, que es típico de la región), así que no
dudamos. Pagamos en ese momento y nos hicieron descalzarnos antes de entrar a la zona de mesas, porque el
restaurante tenía suelo de tatami. Una maravilla.
Escogimos una mesa en el suelo, que me encantan (no nos sentamos de rodillas,
pero puedes ladear las piernas o estirarlas por debajo la mesa), pero también tienen
algunas mesas normales con sillas. La lástima es que las que estaban al lado
del jardín estaban ocupadas cuando llegamos.
Una señora muy amable nos trajo té y pregunté si podían traerle agua a Jordi,
cosa que hicieron de inmediato. La atención era excelente y el lugar muy
bonito, solo faltaba la comida.
Pues bien, nos sirven el bol y el primero en catar fue Jordi.
He de explicar que, dentro de las sopas, las de Udon no son sus favoritas (los
fideos se resbalan más, a veces son menos gustosos por ser más gruesos, si la
sopas son de verduras son más suaves que las del ramen...).
Pero creo que ese Niku Udon ha marcado la diferencia ¡Y es que menuda cara de
agradable sorpresa puso! Y no era para menos ¡Estaba delicioso! Tanto, que aún
lo vamos mencionando cuando recordamos platos sabrosos del viaje. Ese caldito
de carne nos alegró los kokoros (corazones). jeje. Y solo costaba 680¥.
Tras comer tranquilamente, consultamos la hora y los horarios de bus y tren,
para decidir si ampliábamos la visita al jardín y museo o si
regresábamos.
Al final, por combinación, decidimos irnos y de paso aprovechar lo que quedaba
de tarde para ver Dejima en Nagasaki (ya que, extraña pero
convenientemente, cerraba a las 21h). Pero eso, lo mostraremos en otro
post.
He de decir que tenía mucha ilusión por ir a este santuario y que no
decepcionó. Al final, cada vez más disfrutamos de estos rincones no tan
conocidos afuera y de no tan fácil acceso, pero que son muy bonitos.
¿Que hay que invertir algo más de tiempo en llegar y es más engorro porque no
vas en tren? Puede, pero merece la pena, sin duda.
La verdad, que sitios como estos, poco conocidos, son dignos de visitar. Gracias por la crónica.
ResponderEliminarGracias a tí por leerla! nos alegra que te haya gustado el lugar ^_^
EliminarMe ha encantado leer la excursión a este santuario. Y he tomado muchas notas. Espero probar ese niku udon en poco más de un mes! Muchas gracias por todos los tips y la ayuda <3
ResponderEliminarMe alegra que sirva de ayuda🥰
EliminarEspero que os guste mucho y disfrutéis de ese niku udon 🥰🥰🥰