2 de diciembre de 2018

Kyoto (Arashiyama, Kinkakuji y Kyo Odori)

Este día tocaba madrugar si queríamos disfrutar mínimamente de uno de los lugares más concurridos de Kyoto: Arashiyama y su bosque de bambú.
Pero mis ilusiones estaban puestas en que llegara la tarde... Aunque el clima no prometía darnos el mejor de los días, yo sabía que sería especial. Mi hermana todavía no tenía ni idea, pero íbamos a ver algo que le encantaría.

Kinkakuji

18 de noviembre de 2018

Kyoto (Paseo en Kimono por Higashiyama y admirando Geikos en Gion)

Llegaba un día especial del viaje para mi hermana. Tocaba hacer efectivo el vale regalo que recibió en su cumpleaños y cumplir un sueño: ¡Nos vestiríamos con kimono y pasearíamos por una de las zonas más tradicionales de Kyoto!

Higashiyama en Kimono

9 de noviembre de 2018

Kyoto (Castillo Nijo, cuesta Keage y canal de Okazaki)

Tocaba dejar Osaka, la ciudad macarra, y trasladarnos a la antigua capital imperial. 
Aunque la previsión era que el hanami ya estaba acabando en Kyoto, no teníamos dudas que luciría igualmente espectacular. Eso sí, llena de gente. 

Nijo Castle

19 de octubre de 2018

Disfrutando en Universal Studios Osaka

Llegaba un día muy esperado por la diversión que comportaba: ¡Pasaríamos el día recorriendo Hogwarts, Hogsmeade, Jurassic Park, Amity Village, New York, San Francisco, la base secreta de los Minions...! 
Solo había un objetivo: Pasarlo en grande.

Universal Osaka

30 de septiembre de 2018

Miyajima, Hiroshima y llegada a Osaka

Dicen que a quien madruga Dios le ayuda... Bien, no sabemos si Buda también echa una mano en eso, pero lo que teníamos claro era que al madrugar en Miyajima evitaríamos las hordas de turistas que empezarían a llegar en ferry. 
Así que, a las 7:30 nos pusimos en marcha. Dejamos las mochilas en el ryokan y salimos a disfrutar de la quietud de esas horas.

Miyajima

13 de septiembre de 2018

Castillo de Himeji, hanami y Miyajima

Este sería sin duda uno de los días top del viaje: Visitar el mayor castillo de Japón, y además conservado de origen, rodeado de hanami en todo su esplendor y disfrutar de la noche en la mágica Miyajima... ¿Que más se podía pedir?
¿Estar sin hordas de gente? Eso ya era un sueño imposible jeje y por eso nos armamos de paciencia y madrugamos.

Himeji

9 de septiembre de 2018

Hida no Sato y Hanami nocturno en Himeji

En 2012 Jordi y yo visitamos Hida no Sato en vez de Shirakawago, y pudimos disfrutarla a solas, bajo la nieve. Nos pareció realmente espectacular y nos gustó que, al ser aldea museo, pudimos aprender mucho sobre como se vivía en la zona en la época Edo.

En este viaje tocaba decidir de nuevo entre ambos lugares. Shirakawago en bus resultaba caro, así que pensamos en hacerlo en coche de alquiler y, de paso, ver otras aldeas cercanas que no están tan masificadas como Shirakawa (Ainokura y Suganuma). La idea la sacamos del blog "A proposito de mi". ¿Problema? Ellos fueron en verano, nosotros a finales de marzo y, consultando por mail, desde la oficina de turismo nos advirtieron que en esas fechas podría: o estar nevado (como nos pasó en 2012) o como mínimo haber hielo en las carreteras de montaña por la mañana y podría resultar peligroso conducir en esas condiciones sin estar acostumbrado. Con esa información desechamos la idea de la ruta en coche.

Entonces: ¿Shirakawago o Hida no Sato? Para nosotros, pagar los más de 4000¥ de bus solo estaba justificado si el paisaje estaba en una fase bonita (nieve o verde), pero este año ya no había nieve y estaba todo marrón (previo al verde de primavera/verano). Si le sumamos lo masificado, el que no tienen tantas explicaciones (un punto que mi hermana y cuñado también valoran mucho como nosotros) y que hay que pagar en cada casa que sea visitable...
Pues como a Jordi y a mí no nos importaba repetir, Hida no Sato fue la elegida.

*Nota: Unos amigos que fueron en agosto, me comentan que si se va en el primer autocar del día a Shirakawa, en esa época se puede disfrutar sin gente durante un tiempo (hasta que empiezan a llegar más autocares). El truco es dejar el mirador para el final e ir directos a la aldea. Y reservar en la web el autocar con antelación, porque al llegar ya no quedaban plazas. 

Hida no sato