Llegó el día de visitar una de las joyas de la corona: El castillo de Himeji.
Tesoro nacional, Patrimonio de la humanidad, el castillo mas impresionante de Japón, uno de los doce que se conservan de origen... La fama le precedía.
Quedó pendiente de visitar en nuestro primer viaje por las obras de conservación llevadas a cabo, así que le teníamos muchas ganas. ¿Cumpliría con las expectativas?.
Sin duda, éste fue el día que más madrugamos. A las 5:30h estábamos en pie para intentar ver sin mucha gente uno de los Must que tiene Kyoto: el Kiyomizudera, templo del agua pura. (Abre a las 6h)
Aunque lo habíamos visto de noche (un evento que hacen tres veces al año) en el primer viaje, esta vez queríamos disfrutarlo a la luz del día, poder observar sus detalles... y el madrugón bien mereció la pena.
Además, con tantas horas por delante, el día acabó cundiendo mucho.
Este día no madrugamos en exceso. Teníamos pensado visitar alguna cosilla más de Osaka y después tomar rumbo a Kyoto con calma. Pero al despertar nos encontramos con muchos mensajes preguntando por nuestro estado y ubicación: había habido un terremoto de 7,4 en la zona de Sendai con alerta de posible tsunami.
Tras calmar a la familia y amigos, confirmando que andábamos lejos y que no habíamos notado nada, decidimos aprovechar el buen tiempo que hacía y acercarnos al castillo.
Amanecía un día prometedor, ¡nos íbamos a Universal Osaka!
Tras nuestro paso por el de Los Angeles, nos habíamos quedado fascinados por este tipo de parques y con ganas de entrar en la zona dedicada a Harry Potter. Así que, en nuestro segundo viaje a Japón, no lo dudamos. ¡Teníamos que visitar Hogsmeade y Hogwarts!
Este día realicé, la que considero, la acción mas friki que he hecho durante un viaje. Y todo gracias a unos cuantos viajeros que por Twitter me animaron a ello: ¡Llevarme mi cosplay de Misato para subir al Shinkansen de Evangelion!