En nuestro primer viaje visitamos todas estas zonas en domingo, como suele aconsejarse a los turistas.
En especial, el Santuario Meiji para ver bodas, Yoyogi para ver a los rockabillis y Harajuku para encontrarse jóvenes de diferentes tribus urbanas y, tal vez, algún cosplayer (aunque éstos últimos se han ido trasladando a Odaiba, por aquello de estar mas tranquilos).
¿El lado negativo? La aglomeración de gente. En Takeshita apenas pudimos ver las tiendas, era tal la marea de gente que, sencillamente, seguías su curso calle abajo.
Así que, esta vez decidimos ir en lunes para disfrutar un poco mas de los rincones, las tiendas y el callejeo. Es cierto que no encontramos tanta gente "curiosa" como la primera vez (donde incluso vimos una concentración de huskies disfrazados), pero tuvimos alguna grata sorpresa y la tranquilidad de pasear sin agobios.